Buenas, soy Emilio Calatayud. Como siempre que ocurre un suceso terrible en el que, presuntamente, se ven implicados niños o adolescentes, se alzan voces que reclaman un endurecimiento de la Ley del Menor porque hay quien entiende que es blanda. En mi opinión no lo es. Los centros de internamiento de menores infractores no son campamentos de verano. Son tan duros como las prisiones de los adultos, pero cuentan con más medios de todo tipo para rehabilitar a los chicos. Y en la gran mayoría de los casos, se consigue, lo que evita que los chavales reincidan cuando se hagan mayores.
Pero si queremos abrir el debate por el drama que ha ocurrido en Castro Urdiales y que aún no ha sido juzgado (no lo olvidemos), hay que hacerlo con todas las consecuencias, ¿Estaríamos dispuestos a poner la prisión permanente a los niños con delitos muy graves? Yo no. En Estados Unidos, por ejemplo, existe esa posibilidad. En España no. Aquí no encerramos a los niños y tiramos la llave.