Buenas, soy Emilio Calatayud. Ahora que acaban las vacaciones de Semana Santa (espero que los que las hayan disfrutado hayan vuelto bien a sus casas), sigo sin explicarme qué buscan los turistas que se pasan todo el rato haciendo fotos. Irse de vacaciones para hacer fotos no es ir de vacaciones. Y diré más, obligar luego a los allegados a verlas puede considerarse como un presunto delito de tortura, ja, ja, ja.
Por cierto, ha cambiado la hora y estamos despistados. Creíamos que eran las ocho de la tarde, que es cuando suele salir el comentario, pero son las nueve.
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