Antes, un niño acababa en el juzgado por su mala cabeza o la de sus padres; ahora, porque tienen la cabeza mala

Buenas, soy Emilio Calatayud. Antes, un niño acababa en el juzgado por su mala cabeza o la de sus padres (o por ambas cosas a la vez). Ahora, en cambio, acaban en un juzgado porque tienen la cabeza mala, porque tienen problemas de salud mental. Es una tendencia que va en aumento. Los centros de internamiento son, cada vez más, clínicas para tratar trastornos mentales. ¿Qué será de ellos y de sus familias cuando salgan? He aquí un reto al que las instituciones deberían enfrentarse ya.

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