Buenas, soy Emilio Calatayud. El otro día, hablando de la costumbre de los chavales de no responder nunca cuando les das un toque al celular, un amigo me dijo lo siguiente medio en broma medio en serio: «Voy a escribir una carta a mi hijo para que me coja el móvil». Se refería a una carta como las de antes, las que se escribían en papel con bolígrafos, se metían en un sobre con un sello y se echaban al buzón. Esa carta, podía empezar así: «Hola, querido hijo, espero que al recibo de la presente estés bien. Por aquí todo bien. Te escribo para rogarte que me cojas alguna vez el móvil cuando te llame, aunque sea porque lo pago yo».
Nos reímos por no llorar.