Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuando llega una catástrofe y todo falla (se va la luz, el agua, no hay cobertura…), como ha ocurrido en Valencia y Letur, no se arregla con ‘influencers’ ni pantallitas: pico y pala y tractores. Es una lección importante que nos deja la tragedia. Cuando de verdad estamos al límite, es mejor saber manejar una pala que una red social.
Estoy con usted, pero también creo que remueven conciencias y sobre todo llegan a los más jóvenes… No como algo de unos pocos, o de los mayores… sino de todos los españoles. A los jóvenes hay que «machacarlos» con valores como los de arrimar el hombro, meterse en faena hasta las cejas, sacrificarse por el prójimo,… y los influencers ayudan también, no cree?
Un saludo fuerte! Aquí una admiradora! ❤️
Exacto, Sr Calatayud.
Buenas noches.
Los más olvidados, los agricultores, siempre están dispuestos
Totalmente de acuerdo con usted.
Q razón tiene algún día me gustaría y me contactara le contaria mi historia la de una mujer q hoy tiene 53 años con una familia maravillosa pero q he fracasado reiteradamente en esta vida y le he fallado a los q me quieren por defender a mi hijo menor me siento tan culpable q la sepresion y la ansiedad son mis compañeros de vida. No tengo ganas de vivir pero no puedo hacerle eso a mis padres ni a mi hijo mayor usted dirá y a mi q coño me importa. Pues si mi hijo hubiese dado en su primera detención con un juez como usted otro gallo cantaría hoy q tiene 27 años 2 hijos y está en libertad provisional para colmo mi padre ha sido del cuerpo especial de prisiones 54 años. Respetado por todos y yo le he avergonzado le dejo mi mail gracias por leer a esta loca q no tiene derecho a vivir pero vive para no hacer más daño. quimeracanija@gmail.com mluz céspedes tirado dni 27318478k y teléfono 657306499
Genial tu comentario!
Sin palabras!
Sr. Calatayud admiro su coherencia y al mismo tiempo su capacidad de analizar las cosas de la vida con tanta claridad.
Que buenas palabras !!! Bravo
Pues gracias.
Es verdad.
Así es: pico y pala y tractores. Necesitamos aprender a valorar los trabajos realmente esenciales.
Es verdad. Cada vez sabemos hacer menos cosas con las manos. Un saludo.