Buenos dias o noches, segun se mire. Soy Emilio y me gustaría plantear algunos temas que espero que los informaticos entendidos, esto es para Carlos, lo puedan organizar bien. Ahora son cerca de las 20,30h y he visto varios temas en las noticias que convendría analizar y discutir, pues todos tienen como argumento a nuestros jóvenes y nos plantean problemas como padres. Son los siguientes:
1. Efectivamente el tema que plantea Carlos sobre los menores maltratadores de sus padres.
2. El PNV ha propuesto elevar a 14 años la edad para que una menor pueda consentir relaciones sexuales, de tal manera que por debajo de esta edad sería constitutivo de delito. Actualmente, el límite está en 13 años.
3. Como sabeis se está discutiendo una modificación del aborto y, aparte de los plazos legales, se está planteando el tema de que las chicas de 16 años puedan decidir abortar sin el consentimiento de los padres.
4. Recientemente, la Junta de Andalucia ha aprobado una normativa por la que se exige un certificado de madurez a toda menor que quiera realizarse una operación de cirugía estética.
5.Fenomeno del botellón.
Más que hablar o escribir nosostros, nos gustaría que opinarais sobre estos temas. La cosa tiene miga, porque hay decisiones que parecen contradictorias. De lo que se trata es de que, también aquí, abramos un modesto debate. Puede resultar muy interesante.
Por lo demás, tanto Carlos como yo nos hemos visto sorprendidos por la gran aceptación que está teniendo el blog. Espero que podamos mantenerlo como punto de encuentro y debate sobre los temas que afectan a los menores, principalmente, pero también sobre cualquier asunto de carácter social que nos interese, a vosotros y a nosotros, por la razón que sea.
Lo que yo quiero deciros que yo ni soy psicólogo, ni pedagogo ni nada por el estilo. Soy un juez de Menores, padre y ciudadano. Con esto quiero decir que hay gente que plantea cuestiones que yo no me considero el más capacitado para contestar -que más quisiera yo que poder ayudaros a todos- y por lo tanto, sólo me atrevo a orientar… y no siempre.
Hay gente que se quiere poner en contacto conmigo personalmente. Me consta que se están derivando las peticiones un una dirección de correo electrónico e intentaré atenderlas, siempre y cuando, claro está, no afecte a temas jurisdiccionales. Supongo que lo comprendereis. De todas formas, estoy en mi Juzgado, que está en la calle Marques de la Ensenada de Granada. Los lunes los suelo dedicar a recibir a quien me lo solicita.
De todas formas, las puertas de mi Juzgado siempre están abiertas para el que lo necesita, como no puede ser de otra manera. Por último, quiero dar las gracias por la gran acogida que tuve el otro día en Loja, aquí en la provincia de Granada, y a Jose María por sus palabras y la pregunta del Súper.
Un saludo.
Me voy a referir a la ampliación de la Ley del Aborto y la posibilidad de que las adolescentes de 16 años, puedan decidir sin permiso ni conocimiento de sus padres.
He trabajado durante algunos años en un programa semanal de anticoncepción para adolescentes y tuve ocasión de ver de cerca como se mueve la sexualidad de los jóvenes.
Generalmente cuando intentamos empatizar con un problema de los jóvenes, pensamos en lo que hacíamos nosotros con la misma edad, pero hoy en día, eso no vale.
Los chicos de hoy en día comienzan a tener relaciones sexuales, a una edad temprana, no digo que esté bien o mal, manifiesto una realidad.
Tienen acceso a entidades de ámbito público (como en la que yo trabajé) donde se les da información, anticonceptivos, píldoras del día después sin otro requisito que la propia voluntad del adolescente y en la más estricta intimidad y garantizando el total anonimato.
Es una realidad que los jóvenes no piden permiso a sus padres para mantener relaciones sexuales. Hablamos de tener 16 años que no son los mismos que los 16 de hace 30 años. Les presupongo mayor conocimiento en todo, mayor madurez, saben más de todo.
La existencia de esta Ley, no obliga, abre una puerta a acceder a clínicas legales, con personal sanitario adecuado y la desaparición de clínicas que se están forrando y a las que se acude.
No nos engañemos, el que de momento no esté regulado el aborto para chicas de 16 años, no significa que esta práctica no exista.
Defiendo la ampliación de la Ley como una opción libre a la que acudir si fuese necesario. No quiere decir que las adolescentes en masa vayan a dejar de utilizar métodos anticonceptivos para abortar porque vaya a haber una Ley.
No me gusta frivolizar con este tema, me parece muy serio, pero en cualquier caso es una salida menos mala que la que sería tener un hijo a una edad en la que se tiene que estudiar.
Apreciado, a mi parecer «Don», Emilio:
Hace mucho que sigo sus comentarios, sentencias, escritos y demás informaciones que siempre le rodean y por ende nos interesa a los demás, compartiendo sus ideas y forma de ver el cómo ayudar a los jóvenes de hoy y cómo evitar algunos problemas, aunque como ya ha dicho usted alguna vez, ni existe ninguna fórmula mágica ni es ninguna ciencia exacta.
Por otra parte, y centràndome un poco en el texto concreto de este post, y creo que estos temas que plantea están a fecha de hoy en boca de todos. Para empezar, diré que lo de estar en boca de todos no suele ser ni bueno, ni productivo, pués en este país tenemos mucha boca pero cabeza, lo que es cabeza, menos. Y ese el una parte del problema, ya que debería estar mas en la cabeza y menos en la boca. En esta piel de toro que tanto defendemos y queremos, nos preocupan mas las apariencias de lo que queremos reconocer. Una niña de 16 años, (por mucho que haya quien diga lo contrario, a los 16 siguen siendo niñas) puede tener relaciones consentidas, abortar e incluso acusar a sus padres de malos tratos o acoso, o demases cisrcunstancias. Y no digo que no ocurra que alguna sea capaz de entender estos derechos con lucidez, que es posible que alguna lo haga. Pero es raro, raro, raro. Si en este estado de derecho, una joven de 16 no es capaz de seleccionar a quien le va a representar en las cortes o en el senado o incluso en su comunidad autónoma, no la consideramos capacitada para beber cerveza, vino o cualquier otro licor, no puede fumar, conducir ni crear sociedades ni ser, de echo, una «persona completa» a efectos sociales y jurídicos. Sin embargo, pretenden que si sea capaz y consecuente de decidir si quiere o no abortar. Sorprendente.
Por no alargarme mas, creo,m y esto es solo una opinion, que a mas supuestas libertades les estamos dando a los jóvenes, menos de estas tienen. Me explico. A mas deja a una persona, mas quiere hacer. Si les dejas casarse a los 21, les parece poco y ya se les deja a los 18. Si se les deja a los 18, les parece tarde y quieren ser mayores a los 16. Si les dejamos a los 16… no me digas mas, a los 14 querrán ser ciudadanos de pleno derecho. Eso no está bien. Las personas necesitan, creo, dos cosas para poder madurar: tiempo y situaciones. Un señor no madura sólo con llegar a los 18. No se convierte en un ser mejor que el de 17 por el mero hehco de ser un año mayor. Se es mayor cuando se pasan situaciones, tanto adversas como favorables. Pero si una persona sólo tiene situaciones favorables, si todo se le da hecho, si no «sufre, no se fortalece como persona y no «madura». No es bueno ni para ellos ni para la sociedad que se les deje hacer todo lo que quieran en aras de la libertad individual, o escusas trivialers por el estilo.
En fin, que mal me parece. No creo que sea racional dar mas facilidades a las niñas para que se enreden en unas historias que no deberian ser própias de chicas de esa edad. Por no hablar de lo que facilida la vida a los canallas que se aprovechan de estas niñas, que ese es otro tema. Creo que cada vez mas hay demasiadas leyes o legislaciones que hacen que, como dice mas de una vez Don Emilio, que todo valga, que todo sea correcto. Y no todo vale, ni todo es correcto.
Bueno, que no sigo, que me estoy alargando demasiado. En otro rato, si puedo, hablo sobre los botellones, la cirugía en menores y el resto de puntos.
Saludos y Vesos Berdes 😛
Sobre el tema del aborto a los 16 y sin consentimiento paterno es donde tengo mis dudas. A ver, no tengo inconveniente en que se practique y más en una edad en que no están maduras para tener hijos. Tengo una hija de casi 16, que no puede bajar a comprarme una cajetilla de tabaco o unas latas de cerveza (para mí)con mi conocimiento y mi consentimiento, pero ella por su cuenta puede ir a abortar sin mi conocimiento y por supuesto sin mi consentimiento ¿No hay una contradicción ahí?
Sólo con hablar de la ley (y eso que hablar de la ley no es hablar de la realidad: cf. Alejandro Nieto, «El desgobierno judicial»), ya nos topamos con todo tipo de contradicciones, que se prestan a la confusión y a la sospecha.
Por un lado, la ley permite al menor consentir relaciones sexuales a los trece años (o a los catorce, se pretende). Pero claro, también parece que la ley olvida, de manera frívola, que las cosas no son gratis y que las relaciones sexuales son relaciones sexuales. ¿Qué pasa, entonces, con las menores que se quedan embarazadas a los l3, los 14 o los 15 años? Porque, a los 16, ya se sabe, a abortar, siempre hablando, insisto, desde el punto de vista que pretende el legislador (que también ignora frívolamente que el aborto es … aborto).
¿Por qué un menor es menor -menor inmaduro, valga la redundancia- para votar y para otras cosas pero es un menor maduro para otras?
Si hay un término en la práctica jurídica (que es el reino de la manipulación) que se presta a la manipulación y a la incoherencia del legislador (y del juzgador), ese es el de «menor».
Así, en los procesos de separación o divorcio se les llena a todos la boca con lo de la protección superior del menor, aunque el menor sea el último mono en esos procesos, porque todo consiste en instrumentalizarlo y cosificarlo para meterlo en el mismo saco de la pensión y la vivienda, todo lo cual constituye el botín del ganador del proceso.
Y claro, cuando el menor llega a la adolescencia, el lío legal se hace más tremendo. Además de lo que pasa con la sexualidad y sus consecuencias, a nivel legal, el menor no puede consumir drogas legales en un establecimiento, porque de ahí se podrían derivar acciones legales contra los mayores responsables de ese establecimiento. Solución: que las consuma a la intemperie, práctica llamada de manera simpática «el botellón.»
Los mayores arreglamos así nuestra incoherencia, impotencia e irresponsabilidad hacia nuestros menores, quitándonos el muerto de encima, aunque el muerto sea la cosa más viva del mundo, nuestros hijos.
Como se sabe, la situación actual es el vicio por exceso que compensa la situación viciosa por defecto heredada del régimen político anterior. Pero, para mayor desgracia, los vaivenes del péndulo no son un invento de la Transición. Así llevamos ya siglos, yendo de un extremo al otro, sin pararnos jamás en el término medio. Ya en 1832, Larra, en «El casarse pronto y mal», describía con todo detalle la situación actual:
«Excusado es decir que adoptó mi hermana las ideas del siglo; pero como esta segunda educación tenía tan malos cimientos como la primera, y como quiera que esta débil humanidad nunca supo detenerse en el justo medio, pasó del Año Cristiano a Pigault Lebrun, y se dejó de misas y devociones, sin saber más ahora por qué las dejaba que antes por qué las tenía. Dijo que el muchacho se había de educar como convenía; que podría leer sin orden ni método cuanto libro le viniese a las manos, y qué sé yo qué más cosas decía de la ignorancia y del fanatismo, de las luces y de la ilustración, añadiendo … que «padre» y «madre» eran cosa de brutos, y que a «papá» y «mamá» se les debía tratar de tú, porque no hay amistad que iguale a la que une a los padres con los hijos (salvo algunos secretos que guardarán siempre los segundos de los primeros, y algunos soplamocos que darán siempre los primeros a los segundos): verdades todas que respeto tanto o más que las del siglo pasado, porque cada siglo tiene sus verdades, como cada hombre tiene su cara.»
En resumen, que la supuesta «hermana» de Larra se había leído y llevado a la práctica el famoso decálogo para hacer de su hijo un delincuente tiránico, y efectivamente,
«no es necesario decir que el muchacho … salió despreocupado, puesto que la despreocupación es la primera preocupación de este siglo … fue superficial, vano, presumido, orgulloso, terco, y no dejó de tomarse más rienda de la que se le había dado.»
La cosa termina mal y la hermana, en su lecho de muerte, deja algunos consejos educativos:
«Madre mía: Dentro de media hora no existiré; cuidad de mis hijos, y si queréis hacerlos verdaderamente despreocupados, empezad por instruirlos… Que aprendan en el ejemplo de su padre a respetar lo que es peligroso despreciar sin tener antes más sabiduría … Que aprendan a domar sus pasiones y a respetar a aquellos a quienes lo deben todo.»
Larra predicó en 1832 en el desierto y don Emilio Calatayud, y otros pocos, siguen, a día de hoy, predicando en un desierto legal y político, fruto de los intereses de poder de unos pocos, porque a la inmensa mayoría de los ciudadanos sí que nos interesa un poco de coherencia, responsabilidad y cordura, por lo que toca a nuestros hijos (y al éxito social y popular de don Emilio me remito).
… hemos pasado de «El casarse pronto y mal» al casarse tarde y peor
La contradicción genérica que encuentro en mucho de lo que se legisla, es:
– Por un lado se está demostrando que la educación básica, la humana, o la de los valores, como se la quiera llamar, ha de darse en la familia (y no en la escuela, ni en cursillos, ni en colonias, ni en actividades extraescolares como por desgracia muchas familias pretenden).
– Pero por otro, cada vez se deja menos espacio a la madre, al padre, a las madres, a los padres o a los padres (valga la redundancia escrita aposta) para educar, porque éstos son cada vez más frecuentemente suplantados por las leyes, que son las que permiten, prohíben y castigan a los menores.
No hablo de aspectos penales, hablo de cuestiones más elementales. Tampoco me refiero para nada a la EPC (materia por la que personalmente apuesto), por si alguien quisiera tirar de ese hilo. ¿Soy mayor, soy menor? Es un clásico dilema adolescente, cada vez más acentuado por las contradicciones legales, a mi entender.
Creo que esto de las leyes es cada vez más absurdo. Veo más lógico que se estableciera una mayoría de edad que te permitiera actuar como adulto en todos los sentidos. No puede ser que a los 16 puedas abortar sin el permiso de tus padres pero que tus padres se tengan que responsabilizar de las «fechorías» que se te ocurra hacer. Si son mayores que lo sean para todo, aceptando las consecuencias.
A mí lo de que puedan tener relaciones sexuales desde los 14 años con el beneplácito de la ley, es que sencillamente me parece una aberración. Siento ser explícita pero, vamos, es que a esa edad ni siquiera han cogido el tranquillo de lo que es tener períodos menstruales. Algunas casi ni los habrán comenzado a tener… Vamos, que según están las cosas en el entorno, ya de por sí es más fácil que puedan tener relaciones. Así que en vez de en el grado de la permisividad, mejor que nos pusiéramos en la línea del cuidado y la protección de los niños. Y sobre todo si tenemos responsabilidades públicas… Las de casa ya me las trabajo yo.
Lo mismo con lo del aborto sin consentimiento a partir de los 16 (sólo de pensarlo se me ponen los pelos como escarpias. Una niña en esa situación y sin el calor de su familia. Bueno, el trauma puede ser minino… )
La cirugía estética con certificado de madurez, también tiene lo suyo. Osea, que porque una niña/o quiera ponerse una nariz más atractiva, hay que dejarla. Si quizás, ni se le haya terminado de formar, pienso yo… Sólo si el caso fuera grave entraría la necesaria prescripción del médico o especialista, en cuyo caso, esa sería la justificación necesaria para una acción de este tipo.
Porque, digo yo, ¿no dice el Código civil que la persona se considera menor hasta los 18? Pues así para todo. Aunque, claro, quizás lo siguiente sea cambiar el mismo Código Civil. Como nuestros niños son ya tan maduros…
A mí me preocupa especialmente también el tema de los niños agresores de sus padres. ¿Tan tiranos somos los padres con nuestros hijos para que nos odien así? ¿Tanto deshumanizamos nuestras relaciones con ellos y les aislamos del cariño que necesitan? ¿Cuándo y cómo perdemos el camino? Y, también me preocupa sobremanera, el tratamiento (la venta) de dichos asuntos en los medios. Poco a poco se van normalizando conductas de este tipo, a fuerza de ir viéndolas en las noticias. Vamos, hace unos años, yo creo que los niños no podíamos ni imaginar si quiera algo así. La verdad es que molesta ya tanta carnaza abiertamente mostrada cada día a todas horas y en cualquier lugar mediático.
En fin, un saludo. Y cuánto trabajo tenemos que hacer…
Opino como Candela, un chico menor de 18 años no puede comprar alcohol, sacarse el carnet de conducir y mil cosas mas, pero si pueden abortar ¿? sin el consentimiento de sus padres que si no me equivoco (yo de leyes poco…), se supone que son su padres tutores legales hasta la mayoría de edad..
Y no lo digo porque esté a favor o en contra del aborto (por poner un ejemplo) sino del desequilibrio que me parece apreciar en uno y otro aspecto.
Por no hablar de los puntos 2 y 3.
Hay que tener mínimo 14 años para una relación sexual consentida, y mínimo 16 para un aborto… ¿y de los 14 a los 16? ¿no se queda embarazada la gente, por ley o como va eso?
Dejando aparte creencias, no entiendo como la gente no reflexiona sobre lo que realmente es el aborto: matar a un ser vivo porque nos estorba. ¿Un feto con 14 semanas se puede matar?. Claro como no lo vemos no pasa nada. Lo de menos es la edad lo que realmente importa es que se está cometiendo una auténtica barbaridad que de algún modo hay que evitar. A los que tengan dudas, les invito a que veáis imágenes como esta http://www.vidahumana.org/images/babies/01_22.jpg.
Estupendo, esto se anima cada vez más. Felicidades a los «gestores» del blog. Sólo quiero lanzar una opinión por el tema de la edad del aborto.
Comparto muchas de las ideas que recogéis en los comentarios anteriores, pero hay algo que matizaría: ¿por qué no hablamos de sexualidad y relaciones sexuales antes que de aborto? Por supuesto, cuando está el proceso reproductor en marcha es más difícil pararse a pensar, pero por eso hay que prever antes. No me parece avanzado que asumamos empezar la casa por el tejado.
El fenómeno de «rechazo a la mínima frustración» que estamos observando en todos los aspectos vitales, se está asumiendo también en la sexualidad. Estamos dando por casi seguro que nuestros chicos practican el sexo como se toman un refresco. Pues ahí también hay un campo de acción para la educación (pobre educación, yo también echándole cargos…)y se puede explicar a la gente que no todo lo que apetece es conveniente… (SÉ A LO QUE ME ARRIESGO AL OPINAR ESTO) y, en segundo lugar, evitar «efectos secundarios».
Pienso que un aborto es un fracaso que implica otros más: el de la mujer que aborta, el su colaborador necesario, el de la sociedad y su educación sexual; por eso, habría que invertir más en prevenir los embarazos no deseados.
El hecho, además, de prescindir del consentimiento paterno insinúa una brecha entre la niña-madre y su propia familia, precisamente en el momento en que más necesita de ésta ¿Qué tal si en lugar de generalizar «aborto sí-aborto no» se pudiera estudiar y decidir cada caso particularmente por un comité de expertos? ¿es lógico, como a veces se pretende, dejar fuera de la decisión a los varones?
Comparto la perplejidad de algunos: los menores no pueden comprar tabaco ni alcohol -lo que me parece bien- no pueden votar ni conducir… ¿y se le va a dejar que tomen decisiones de tanta importancia?
Finalmente, hay que reconocer con humildad que el tema es complejo y lleno de dilemas, lo que hace necesario tener las ideas claras y escuchar muchas y, a ser posible, entendidas opiniones.
Ciertamente este blog es un lujo, así que no te extrañes por el éxito, Emilio. Es tremendamente reconfortante poder tener contacto con una figura que siempre hemos visto tan lejana y ajena.
Yo soy padre de una niña de 12 años y siempre he intentado que viva conforme a su edad, según la educación que tuvimos nosotros; me ha preocupado especialmente ceñirme a los contenidos apropiados en medios, películas, etc. Estoy cansado de que otros padres despreocupados les dejen ver a sus hijos películas o series para mayores de 13 ó 18 cuando tienen 10, 11, y eso siempre redunda en mayor dificultad para los que nos importa. Yo creo que es ahí donde empieza ese desfase que se va acumulando y propicia que cada vez quieran adelantarse más a los «acontecimientos». No nos queda más que intentar tenerles bien informados, pero también es importante que disfrutemos (ellos y nosotros) de su candidez y no adelantarles tanto la adolescencia.
No puedo dar una opinión más docta, pero animo a los padres a que estén más cerca de ellos y que no diluyan las distintas etapas de sus vidas.
Gracias, un saludo.
Soy una chica de 26 años, y creo que se entán inventando leyes para atajar los nuevos problemas que creamos, en vez de solucionarlos, con esto me refiero sobre todo a la ley del aborto, sé que hay que respetar las decisiones de los demás, pero no me parece razonable que una chica de 16 años pueda abortar y el tema se trate como si se le hubiesen quemado unas lentejas, creo que deberían poner medios para que una niña de 16 años no quede embarazada (enseñarle a cocinar las lentejas para que no se le quemen vamos). El quedarse embarazada implica no solo tener una vida, sino sentir los síntomas hormonales que se disparan dentro de ti para prepararte psicologicamente de que se tiene «algo dentro» es un proceso natural, es posible que una niña de 16 años no este preparada o no quiera o no pueda tener un hijo, pero también es posible que cuando salga de una clinica abortiva se de cuenta de que los síntomas han desaparecido y con ellos el hijo, entonces es posible que empiece el trauma.