Cuando en un centro de internamiento de menores se cierran las celdas y se apaga la luz, no se oyen gritos de delincuentes, si no el llanto de niños
Buenas, soy Emilio Calatayud. En el anterior comentario aquí en el blog hablamos de la paga que reciben los chavales que son encerrados tras cometer delitos y quizá ese detalle, que es tan polémico como desconocido por la sociedad, traslade la idea de que es leve el castigo que se impone a los menores…
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