De verdad que en Hollywood hacen películas porque no deben conocer donde está España porque si lo supieran… si lo supieran no necesitarían buscar exteriores, ni pagar extras ni efectos especiales, aquí lo tienen todo, pero absolutamente todo para grabar Chapuza Real II.
Un filme con Juan Carlos en el papel de «Yo soy rey», Sofía en el de «Hasta el moño»; Felipe en el de «El preparao»; Letizia en el de «La telediario»; Urdangarín en el de «El deme algo» y Cristina en el papel estelar de «La no me acuerdo». Y como artistas invitados, todo el Parlamento en el de «La banda del buen vivir».
El rey que no es rey pero quiere ser rey y es rey
Y es que no hace falta ni ser guionista para esta infinitometraje, solo ver lo que está pasando, tomar unos apuntillos de ná y grabar; eso sí, para grabar hay para dar y tomar. Y todo puede empezar (aprovechando que hay un mes de fútbol con el Mundial para ver si así nadie se entera) por un país donde un rey abdica, que entonces porque abdica ya no es rey, pero que quiere seguir siendo rey y termina siendo rey sin ser rey; un rey que por la cara, la caradura, obviamente, aceptó un megayate de varios miles de millones y un palacete para ir a veranear a Baleares en detrimento de la promoción de otras zonas del país; y un rey, apenado, pero mucho, por el paro juvenil, y que de la noche a la mañana se va a cazar elefantes que hablan alemán y son rubios. Una especie protegida, creo
Un futuro rey que es un flipe
Y para unir las diferentes escenas de Chapuza Real II… un príncipe que está tan preparado, pero tanto el tío, que para decir 10 líneas en público tiene que leerlas, con un carisma que la última vez que expresó su espontaneidad fue cuando lloró porque le echaron en la cabeza el agua en la pila bautismal, y una princesa que nadie sabe lo que hace, que nadie conoce sus actividades excepto ir agarrada del brazo de su marido como si fuera un llavero, sacar dinero del cajero, irse de vez en cuando a tomar copas de noche con los colegas y que odia los protocolos. Vamos, que a la niña Letizia le quedan dos telediarios cuando un día sí y otro también tenga que asistir a recepciones y demás saraos. Es lo que hay y no se puede pedir más.
El independentismo, banda sonora
Y en medio de todas estas secuencias con banda sonora de independentismo (que esto más que un `país parece un campamento del que todo Dios se quiere largar) un Parlamento en plan trilero, que lo mismo saca de un día para otro un decreto para que el que no es rey siga siendo rey, o que de tapadillo y a toda leche, nombre al nuevo rey que tampoco tendría que ser el rey porque si hombres y mujeres son iguales ante la ley quien tendría que ser la cabeza visible sería una reina que se llama Elena, pero esto no lo deben saber las feministas, no dicen nada o están atareadas en hacer pancartas con punto de cruz. A saber.
El yerno intocable y la hija muda
Y cuando parece que no hay más para hacer un giro inesperado a la peli… pues lo hay. Para darle a la cinta cinematográfica un aire internacional y optar a algún premio… los Alpes. Y allí, un yerno que mientras el resto de los españoles que tienen que ir a un juicio están acojonados para cuando los llame el juez, este menda lleva como dos años disfrutando de la vida, esquiando y con casa en Suiza pagada por a los que presuntamente robó; y su mujer, la Cris, que sigue sin saber nada, (excepto cobrar a final de mes) que sigue viviendo en un lapsus mental permanente porque no se acuerda de nada mientras decora la casa suiza con lo que también presuntamente se apropió. Y el juez Castro… que estudie el caso mientras.
Los ladrones que nadie detiene
Y para rematar el guión de la peli y elevar la tensión del espectador, un país repleto de imputados y con parte de la ciudadanía que quiere una República, cuando esto no hay cristo que lo arregle, ni Monarquía ni República, hasta que esta banda de ladrones sea juzgada y sentenciada; pero esto es probable que ocurra en la próxima temporada cinematográfica con el filme De Chapuza Real 2 a Democracia 0.0 y todo empiece de nuevo. Falta hace.
Botín y los juguetes
Y en medio de toda esta trama, como secuencias secundarias, para darle un tinte de emoción y misterio, los que manejan todo el tinglado en la sombra, los poderes económicos como Botín, que se compra un scalextric, pero de verdad (la escudería Ferrari) y todos los domingos aparece en la tele, gordito, calvo y vestidito de rojo como caperucita idem mientras se dedica a lo único que sabe hacer: Prestar dinero y cobrar por cualquier medio por lo prestado. Apasionante profesión.
Habitantes desesperados
Y ya para ambientar todas las escenas y que no se vean planos vacíos, sin movimiento, y como gran final de la cinta (broche de oro no puede haber porque igual alguno de estos lo mangan): la población. Una población perseguida a la que no hacen caso por muchas protestas que haga, ciudadanos que sufren depresiones o suicidan porque les quitan la casa, jóvenes emigrando, niños que se marean en los colegios porque están mal alimentados, familias durmiendo en la calle y hombres y mujeres que van todos los días a centros de beneficencia o a acuden a los mercados para recoger restos de comida y tener algo que llevarse a la boca. De verdad, Hollywood… es que ni puta idea donde está España, y a este paso… nosotros tampoco. Así estamos.