Tampoco es que sean mentiras, mentiras, que el asunto no es tan grave, digamos que son mentirijillas, trapalladas, que decimos en Galicia. Tú conectas con alguien en Facebook para chatear y, pasado un tiempo, porque se cansa o quiere hablar con otro, te dice: «Te dejo que voy a acostar al niño, que tiene cinco meses».
Y vale, te despides pensando en lo simpáticos que son los bebés, pero a los cinco minutos vuelve y te comenta: «Ya está. Mira, quería saber… » Cómo que querías saber…, saber quiero saber yo cómo eres capaz de dormir a un bebé en cinco minutos porque o le has dado un valium 1.300 y te denuncio, o le has pegado un mazazo y está semiinconsciente o no tienes una bestia parda de esas en casa ¿Dormir a un bebé en cinco minutos?.. venga ya, eso no ha ocurrido desde que el hombre de Cro-Magnon abandonó la última cueva, que si lo sabré yo.
Otros con lo de las mentirijillas tienen tal descontrol que ya no saben ni dónde están y te dicen: «Voy a cenar». Y tú te preguntas «¿Otra vez a cenar ya?, ¿pero si me dijo lo mismo hace una hora?, o ese tío miente o es un gasto descomunal el que tiene a diario porque dos cenas en una hora… ».
Pero es que además este tipo desfasa de tal forma que de tanto chatear con él compruebas que un día cena a las siete de la tarde, otra a las diez de la noche, otras a las doce…. y es tanto el tiempo que emplea en cenar que no sabes muy bien si cena o ha salido a robar para cenar, que todo puede ser, que dicen que esto de Internet es un peligro, no sé.
Y cuando crees que lo sabes todo, viene el del teléfono. «Te dejo que me llaman». Y cuando ya te has olvidado de él, de repente ves abajo en la pantallita del ordenador un número en color rojo, y es él que te dice tan tranquilo: «Ya está». Ya está qué, arruinado el que te llamó o tú, si fue a cobro revertido. ¿Una hora pegado al teléfono y lo máximo que se te ocurre es decir ya está?. Yo me paso una hora al teléfono y es o para organizar mi entierro (bueno, mejor el tuyo) o para convencer a un tío de que no se tire de la ventana o que si se tira, que un poco más a la derecha, que justo debajo de él está mi coche.
Pero lo que he descubierto, y la verdad que no me lo esperaba, es que en Facebook no hay paro. Facebook es el pleno empleo, lo que sueña todo gobernante. Ahí todos curran que no veas. En Facebook todo el mundo deja de chatear contigo «porque me voy a trabajar», «estoy trabajando» o «estoy cansado que vengo de trabajar». Y una responsabilidad… «te dejo que mañana trabajo», «si mañana no trabajara… », «como tengo que trabajar mañana… ». Impresionante.
Nadie, absolutamente nadie te dice que está descansando, vagueando, haciendo el golfo o tocándose el pie. Nadie, absolutamente nadie. Trabajo, trabajo y más trabajo, como los chinos pero con tortilla de patata y botijo. Un ejemplo a seguir y…. ¿cómo?, que si yo he dicho alguna vez alguna mentirijilla… ¿yo, yo Manuel Guisande? Nunca, jamás; por cierto, te dejo que tengo que trabajar.