Yo comprendo que los catalanes quieran separarse de España, lo entiendo; pero lo que no comprendo es que antes de tomar esa decisión tan trascendental no hagan una prueba más cercana, la que todos o casi todos hemos hecho, que según las estadísticas ya va el asunto por un porcentaje cercano al 70% . ¿Que cuál es? pues separarse de tu mujer o de tu marido, según el caso, como primer paso a la independencia total.
Yo creo que Artur Mas lo que tenía que hacer es que todos los catalanes se separaran de sus esposas o maridos, ver como les va solos, y luego, si se encuentran mejor… pues venga, un referendo y hacerlo de España; pero así, a lo bruto, todos en manada, a lo bestia… no son formas ¡hombre! no son formas, y los efectos puedes ser catastróficos, superdañinos
Mira, tú eres catalán, de esos catalanes que se llaman Jordi pero que su madre es de Sevilla, ¿sabes?; te separas de tu esposa, y a lo mejor, pues a los tres días echas de menos que te hablen de la Giralda, o incluso el acento tan simpático que tienen por esa zona sureña, o… Que no, que no echas de menos nada… pues entonces, lleno de razón, te apuntas en una lista pidiendo la independencia. ¿Y por qué la pides?, pues por eso, porque has superado la, digamos, prueba del algodón, separarte de tu Toñi y más feliz que un santo.
Es que no es tan fácil como lo ve el Rey Sir Artur Mas. Yo estoy seguro, pero segurísimo, que si a un gallego que vive en Cataluña se separa de España le prohibimos la entrada en Galicia a tomar mejillones, le entra un arrepentimiento… vamos, que se me suicida el compatriota.
Y lo mismo que a un gallego, a un vasco, a un castellano o a un extremeño. Le dices a un vasco que nunca más va a poder levantar una piedra en Guernica o dar un hachazo en plan aizkolari en Azpeitia… y le da un pasmo; a un castellano que ya jamás podrá ver las llanuras de Tierra de Campos… bueno bueno. Y ya no te digo si a un pamplonica le dices que nunca más va a correr un encierro, que los únicos cuernos que va a ver en su vida serán esos, los que todos conocemos… ni pensarlo quiero ya.
En fin, que no se diga, que no se diga que uno no busca soluciones, esta es mi pequeña contribución para resolver este lío de pertenecer o no España, a este país que, la verdad, digo país por decir algo, porque más que país esto parece un campamento.