¡Cómo entiendo, muchas veces, a estos pajarillos surgidos de la fértil imaginación de Erlich!
Cuando hablábamos el otro día sobre el odioso placer de la escritura. O ayer, sobre finales y esa música que, cuando se termina, te invita a marcharte y a cerrar las puertas tras de ti.
Imagino que será la llegada del nuevo curso, cargada de urgencias y ansiedades.
Pero sí. Me gusta la contradicción en que se debaten esos pajaritos.
Jesús Lens, ostensiblemente Géminis 🙂