Tengo un amigo, Ricardo, que no para de darle al bolín. Una cosa, lo de este muchacho. Los fieles seguidores de esta Bitácora lo podéis identificar porque lleva La Balacera, porque edita «.38», una revista virtual que es una pasada, porque escribe novelas, porque es un lector compulsivo, un fotógrafo excelente… lo que os decía. ¡Una cosa!
Hace unos días me hacía una propuesta y, en un puñado de horas, con la colaboración de amigos traductores como Tutato, ya está materializada: Un Blog en una botella.
¿De qué se trata? Pinchad en el título del mismo y lo sabréis.
Anticipo, en pocas palabras: se trata de mezclar el bookcrossing (eso de «liberar» libros que tan bonito suena y, me temo, tan pocos efectos reporta. Yo lo hice una vez y no conseguí retorno alguno. Así que, desde entonces, prefiero regalar libros a la gente que viene por casa de vez en cuando) con los Blogs.
¿Y cómo?
Pues creando un Blog, del que proporcionamos la clave de acceso de forma pública, para que todos podáis publicar en él, estrictamente, lo que os dé la gana, con el único límite de que su contenido o continente no viole las normas de uso de Blogger, el servidor en que lo hemos alojado.
Pero dejaos de leer este rollo y pasad a Un Blog en una botella. Para todos vosotros. Abierto las 24 horas. En castellano, inglés y francés.
Venga. Publica lo que te dé la gana… ya no hay excusa.
Jesús Lens, lanzando botellas al océano virtual.