– “Es un cándido. De bueno, a veces, tonto”.
Así le describe su amiga Silvia, que le conoce bien.
El conocido bloguero Jesús Lens, está missing. Ha desaparecido. Está perdido. Se fue hace unos días al Senegal y, allí, se le ha perdido la pista.
¿Otra vez al Senegal? Sí, hijo, sí. Otra vez.
– “Es un cansino. Cuando le da por algo…”
Ahora es Álvaro, otro de sus amigos, el que habla de Lens. Álvaro también le conoce bien. Compañeros de trabajo, baloncesto, barras de bares y viajes, ha compartido habitación con Jesús en varias ocasiones. Una de las últimas, precisamente, en un viaje anterior a Senegal.
– “Y conste de no hablo desde el resquemor o la inquina de que me metiera una mascá, una noche, mientras dormía. El caso es que viajamos en diciembre, antes de Navidad. A un Festival de Música y Artes Negras. Allí conocimos a una chica, en la Isla de Goree. Dijo llamarse Macoumba. Era muy chiquita, recogida y poquita cosa. Pero simpática y divertida. Nos encasquetó algunos abalorios y, a Pepe y a Jesús, les llegó a endilgar unas camisas que no había por dónde cogerlas. Luego comimos juntos, con ella y una hermana, en un chiringuito junto a la playa. Volvió a Dakar en nuestro mismo barco. Habló, sobre todo, con Jesús. Al despedirse se intercambiaron números de móvil y direcciones de mail y quedaron en escribirse. Lo normal en estos casos. Con la diferencia de que, por una vez, así lo hicieron”.
Hemos intentado hackear el portátil de Lens, a ver si en las tripas de su ordenador podría encontrarse alguna pista sobre su paradero. Pero no ha sido posible. Es decir, no ha sido posible dar con nada revelador porque piratearle el sistema informático fue cosa de niños, dada la ínfima ¿seguridad? con que protege sus accesos cibernéticos.
¿Por qué volvió a Senegal, por tercera vez, en vez de quedarse a disfrutar de ese Corpus granadino que tanto le gusta, con las casetas, las sevillanas, las faralaes y demás fanfarria típica de estas fechas?
– “No tengo ni idea. Pero a ninguno nos ha sorprendido. De hecho, pocas cosas de Lens nos sorprenden ya. Con decirle que tenemos una Cuenta Ahorro Rescate que sus compañeros de la Peña GastraCafres constituimos cuando se fue a Yemen, dedicada únicamente a pagar una posible indemnización en caso de secuestro…”
Pedro se muestra tranquilo, impávido y para nada preocupado sobre la desaparición de Lens. Casi podría decirse que lo estaba esperando, como dice Miranda, otro Gastrocafre…
– “Es que ya me dirá usted: Etiopía, Siria, Líbano, Jordania, Tanzania, Guatemala, Yemen… el sitio más normal al que éste se ha ido fue a Rusia, la pasada Semana Santa…”
Su Cuate Pepe rompe una lanza por él, con la anuencia de Panchi:
– “Le gusta moverse por el mundo y conocer nuevas culturas. ¿Por qué volvió a Senegal? Pues porque, en estos meses, había consolidado una cierta amistad con la frágil y Petit Macoumba. De hecho, le mandó dinero una vez que ella estaba enferma y no tenía ni para comprar medicinas. Y, después, la ayudó a que montara su propia tienda en la Isla de Goreé, en el mercado. Estaba muy contento por haberle podido echar una mano y quería conocer un poco mejor a la buena gente de Senegal, dejarse invadir por su famosa Teranga, descubrir un Dakar diferente, de la mano de una de sus habitantes”.
Lens salió para Senegal hace unos días. Confirmó por SMS que había llegado bien. Y tomó su habitación en el hotel Farid, muy céntrico, cercano al Marché Kermel y al puerto del que salen los Ferries para Gorée. Conseguimos conversar con uno de los empleados del hotel, un tipo hermético, silencioso y poco hablador. Un tipo extraño que respondía al improbable nombre de Teniente Daniels:
– “Sí. Aquí está alojado. No da un ruido. Lee mucho. Y escribe. Y come. Como una lima. Y fuma pipas de agua. Pero hace tiempo que no le vemos.”
Y se queda tan pancho. ¿Qué piensa José, su hermano, sobre todo esto?
– “El disgusto del año. Este chico es que nos sale a disgusto por año. Cuando no nos dice que se va a probar fortuna en Hollywood, amenaza con correr una Maratón entre las fieras africanas. Así que hemos aprendido a relativizar…”
¿Y su sobrina? ¿Qué opina su sobrina?
– ¡Cuarentón!
¿Será posible que, el muy mastuerzo, aún no haya asumido los 40, y siga en crisis, un año después? Hablamos con María Jesús, otra sufridora de las paranoias lensianas que señala que, antes de salir, había contactado con un tal Álex por Twitter, otro español que tiene montado un chiringuito de comidas españolas en Dakar, cerca de la Universidad:
– Vamos, que amenazaba con hacerse senegalés y retirarse allí a vivir, después de la jubilación…
Irene está de acuerdo con dicho análisis:
– Yo lo veía como Lens el Africano. Tanto sur, tanto sur… pero no pensé que fuera a quedarse en Senegal. De hecho, creo que este verano tenía pensado cruzar el charco y visitar Argentina, Chile, Bolivia, Brasil y toda esa zona. Espero que vuelva. Que me gustaría saber qué le parece el cuadro que tengo pensado para su proyecto “Café-Bar Cinema”…
Así las cosas, ¿saldrá su nuevo libro en otoño, como anunció hace unos días? En fin. Puestos en contacto, por teléfono, con la Petit Macoumba, le preguntamos por Lens. Y se mostró muy parca en palabras, seguramente por el desconocimiento del idioma español:
– Está en sitios. Viendo cosas.
Y, excepto una oferta para vendernos unas pulseras, poco más de provecho pudimos arrancarle a la, por otro lado, encantadora vendedora de la Isla de Goreé.
Y ahora, ¿qué?
En teoría, Lens tiene billete de vuelta para el próximo domingo. Esperaremos a ver si reaparece por estas latitudes o si, por el contrario, se confirma su desaparición. ¡Qué cosas!
Cronista de Áfricas
PD.- El pasado año, el autor de este blog escribía esto…