La columna de hoy de IDEAL, referida al evento del pasado martes, con referencias imprescindibles de artistas que darán, ya están dando mucho y bien que hablar, como comentamos en verano y como veréis pinchando el link correspondiente. ¿Os gusta?
Hace unos días tuvimos ocasión de participar en el apasionante Primer Encuentro de Periodismo Cultural, en que hablamos sobre las nuevas tendencias y los nuevos retos que el mismo plantea. Para preparar mi intervención, pregunté a distintas personas del mundo del periodismo y la cultura, entre ellas, a una emergente y excelente artista llamada Sara Oblisar, con la que había contactado gracias a Internet.
En una página llamada Artelista, ella y otros cuantos miles de artistas no sólo tienen expuesta su obra, sino que también permite establecer contacto directo con ellos, dejar los comentarios y opiniones que te apetezca y, llegado el caso, comprar on line algunos de sus trabajos.
Cuando le pregunté a Sara acerca de la Red como vehículo para dar a conocer su obra me decía que el futuro está ahí, pero que todavía no ha llegado su momento puesto que la televisión sigue siendo el medio más influyente, aunque su contenido artístico y cultural es ínfimo. Y que, después, los grandes medios de comunicación escritos, periódicos y revistas, son muy conservadores, dedicando páginas y páginas prácticamente clónicas a las mismas grandes exposiciones de los viejos maestros o, en todo caso, a algún publicitado participante en ARCO y alrededores.
Así, sacar la cabeza, para los artistas emergentes, es muy complicado. Pero no es Sara una mujer pesimista y está segura de que quiénes realmente valen terminan saliendo adelante y que, a fin de cuentas, en el underground también se puede crear. Y vivir.
Lo malo es que, quiénes no están inmersos en el ajo artístico, literario o cinematográfico, se pierden, nos perdemos grandes obras, eclipsadas por la homogeneización reduccionista de la globalización cultural que permite a los grandes Popes estar lo mismo en Madrid que en México DF, Moscú o Shanghai, pero que impide traspasar hasta las fronteras más locales al 99% de los creadores.
El caso de «Ágora» es paradigmático: salas de cine abarrotadas de espectadores que salen henchidos de orgullo patrio ante este nuevo cine español, pero a los que ni se les pasa por la cabeza ver «Gordos» o «Agallas». Porque ver «Ágora» va más allá de ir al cine. Es una cuestión social. Si no la ves, igual que si este verano no habías leído a Larsson, estás fuera de las conversaciones más in y enrolladas del momento. Son las sevicias de la cultura del espectáculo.
Por eso… en Internet confiamos. Aunque no les haya llegado el momento, para saber lo que realmente pasa en la calle hay que leer blogs, webs alternativas y foros de discusión virtuales. Para tirarte el rollo cultural, basta con una pátina de Babelia o El Cultural. Para encontrar cosas nuevas y salirte del rumbo marcado por la mercadotecnia de las multinacionales, la curiosidad, Internet y el boca-oreja son las tres herramientas de que disponemos actualmente. Aprovechémoslas.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.