LA BODEGA

Mientras estaba uno viendo la deliciosa película “Entre copas”, sentía la imperiosa necesidad de beber vino. De hecho, cuando terminaba la película, uno se iba al bar más cercano y pedía al camarero un buen tinto, para degustar en buena compañía.


El vino es sinónimo de civilización, hedonismo, amistad, disfrute y amor por la vida. El vino conforma toda una cultura mediterránea y una especialísima forma de entender las relaciones humanas y las relaciones del hombre con el medio. In vino veritas, rezaba el célebre aforismo y Dante sostenía que el vino siembra poesía en los corazones.

Enamorado del vino y de sus efectos, y firmemente dispuesto a que 2008 sea el gran año de mi inmersión definitiva en el universo del zumo de uva fermentado, néctar de dioses, me decidí a despedir el 2007 a través de las páginas de “La bodega”, de Noah Gordon, famoso autor del que no había leído nada hasta la fecha, Médicos o Chamanes incluidos.


Y me ha gustado. Sobre todo, la parte que tiene que ver con el vino, las vides, la cosecha, la garnacha y el tempranillo, la filoxera, los toneles y la construcción de la propia bodega. Porque la novela tiene dos planos muy distintos. Empieza con Josep en Francia, justo antes de volver a España, despidiéndose del bodeguero que le ha enseñado la profesión. Y comienza bien. De forma harto interesante y atractiva. Sin embargo, pronto hay un flash back que, personalmente, se me hizo demasiado largo.


La historia del entrenamiento armado de los muchachos de la montaña, su viaje a Madrid, el atentado (porque hay un atentado) y posterior huída… me llamó menos la atención. Quizá porque mi interés estaba depositado en el tema del vino, de forma que todo el anecdotario de cómo Josep llegó a Francia, me importaba poco.


Luego, todo el tema del vino, como antes hemos señalado, me enganchó. Sobre todo, el cambio de mentalidad. El paso de la crianza de vinagre malo que se vendía al por mayor a la elaboración de un vino digno, rico y sabroso; lo que representa el tránsito de una España rancia, conservadora y cobarde a la España de los jóvenes emprendedores, valientes y trabajadores.

Igualmente está muy bien trazada la relación de Josep con su hermano y su cuñada, con ese Nivaldo tan contradictorio y, sobre todo, con su vecina y su hijo pequeño. Me gustaron los apuntes sociológicos sobre el gobierno municipal de la época y la simbología de los Castellets que tanto siguen sorprendiendo a los visitantes de Cataluña.

Porque “La bodega” se desarrolla en España. Concretamente, en la comarca del Penedés. A través de una narración ágil, directa y sin florituras, Gordon nos presenta una novela muy agradable de leer, que invita a viajar con la imaginación y, sobre todo, a disfrutar del sabor de un buen vino, siguiendo la famosa exhortación de Baudelaire: “Para no ser los esclavos martirizados del tiempo, embriagaos, ¡embriagaros sin cesar! con vino, poesía o virtud, a vuestra guisa.”

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

¡QUÉ MAJA, LA DESNUDA!

Esta foto de Elliot Erwitt, de la agencia Mágnum, nos la envió Rigoletto, que por problemas técnicos no la pudo subir en su momento a su excelente Blog. Y me encantó. Y por eso se la he robado. Sin recato.

Sé que debería contar algo más, pero el día ha sido largo y duro. Lo mejor, ponerles cara, voz y risas a un grupo de amigos internautas generado en torno a otro Blog hermano, el de nuestro amigo Corricolari, José Antonio Flores Vera, cuya charla de esta tarde en Armilla ha sido no sólo completa, didáctica e ilustrativa sino, fundamentalmente, deliciosa. Enhorabuena al Club de Atletismo de Armilla por poner en marcha esta iniciativa de las charlas de atletismo, que contribuyen a hacer piña entre los amigos del correr.
Después nos hemos estado tomando unas Verdes, hablando de correr, de música, viajes, trabajo, enseñanza, educación y todos esos temas por los que nos conduce la vida.
Y aunque se me cierran los ojos, no podía dejar pasar la ocasión de mandar un afectuoso saludo a los Paco, Abel, Javi, Víctor, Antonio y compañía. Sé que me olvido de algún nombre, pero no de los rostros. Ni de las palabras. Que es lo importante.
Y cuando el domingo salgan a correr… se parará el tiempo. Seguro.

"LA SOLEDAD", EL GOYA INVISIBLE

Dejamos nuestra columna del viernes de IDEAL, a ver qué os parece…

Cuando todo el mundo se aprestaba a saludar con parabienes el triunfo de “El orfanato” en la gala de los Goya, culminando con el reconocimiento artístico el masivo beneplácito que le otorgó el público, la Academia ha pegado un puñetazo encima de la mesa y ha premiado “La soledad”, de Jaime Rosales, una película que, paradójicamente, no ha sido vista por nadie que conozca. Y uno, a estas alturas de vida, ya va conociendo gente.


En Granada, ciudad universitaria con miles y miles de alumnos y aspirante a ser la Capital Cultural de cualquier cosa, “La soledad” no se ha estrenado en los cines, salvo error u omisión. Bueno, ni “La soledad” ni casi ninguna película que huela a Festival, a cine de autor o a cualquier tipo de cine minoritario. Es lo malo de la globalización. Cuanta más tecnología tenemos a nuestra disposición, más difícil resulta ver cualquier película que salga de lo corriente y más empobrecedor es el panorama cultural que se nos presenta por delante.


Resulta llamativo que, tras los Goya, no podemos discutir acerca de lo acertado o no de la decisión tomada por la Academia. De hecho, esta vez no podemos ni siquiera debatir sobre la buena o la mala salud del cine español ya que el cine español, en general, no se ve. Y no se ve porque no llega a las salas: el 90% del mismo no se exhibe en cerca de cuarenta capitales de provincia, Granada incluida. Y no digamos ya en el resto de las poblaciones.


Así, el tradicional y recurrente debate sobre la calidad de ese intangible, totum revolutum, llamado “el cine español”, se está convirtiendo en un imposible. ¿Cómo criticar lo que ni vemos ni tenemos posibilidad de ver?

Cada vez que sale a colación el tema de la cinematografía patria (o europea, o asiática) no podemos hablar sino de tópicos y lugares comunes, ya que la mayor parte de ese cine, sencillamente, no se estrena y, por supuesto, no se ve. Puede ser que el público no responda, pero también debemos recordar ese sistema de colonización americano de la “contratación por lotes”: si un exhibidor quiere proyectar Spiderman o Harry Potter, también tiene que comprar y proyectar, obligatoriamente, otros tres, cinco o nueve bodrios yanquis que no interesan a nadie.

Con estos esquemas, vamos fomentando una espiral descendente y conformista en que cualquier cine que se aleje de lo convencional está abocado al fracaso. Brindamos con cava por el éxito de películas tan sólidas como “El orfanato” o “Los crímenes de Oxford”, pero es lamentable que otro cine español, aparte de la comedia chabacana, la guerra y posguerra civil o el drama social contemporáneo, no tenga cabida en nuestras pantallas. Ojalá que el triunfo de “La soledad”, un título tan expresivo y descriptivo del estado de nuestro cine, sirva para sacar de la invisibilidad a un puñado de películas y de cineastas que tienen mucho que contar.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

ARRANCA LA COPA DEL REY DE BALONCESTO

Se trata, posiblemente, del torneo de baloncesto europeo con más solera. Los mejores ocho equìpos de la primera vuelta de la ACB se ven las caras, este año, en Vitoria. Un torneo en que no hay posibilidad de error ni margen de maniobra. El KO por excelencia.

Pusimos una Encuesta en este Blog. La mayoría de la gente da por favorito al Real Madrid. Uno, que es madridista (aunque disfrutó como marrano en charco con la victoria de Estudiantes en Granada) siente que no. Que es imposible. Que Real Madrid de los lesionados Papadopoulus y Hamilton puede ganar un partido. O dos. Pero que es imposible que gane tres partidos seguidos, con la intensidad con que se juega la Copa.

Tampoco creemos en Iurbentia, Unicaja o Pamesa. Por lo mismo. Pueden ganar un partido. Pero tres… Akasvayu juega con la inmensa baza de Gasol. De Marc. Que puede ser una pesadilla para el Madrid. Pero tampoco creemos en ellos.

En el Barça errático y feo de Ivanovic pueden entrar los triples de Lacovic, pero no sólo con triples se gana un título como la Copa. Una Copa que se juega en Vitoria, la tierra del TAU. Y es difícil ser profeta en tu tierra y sobreponerse al peso de la responsabilidad que supone jugar en casa.

Así que uno, como los Álvaros, cree que va a ganar la Penya. Que es puro espectáculo con a conexión Rudy-Rubio. Un Run-Run del que el próximo año ya no podremos disfrutar en la ACB.

Por todo ello y a falta del merengue, nos quedamos con los blanquinegros.

Fdo.- Patón baloncestístico.

DE VUELTA EN TWIN PEAKS

Hemos vuelto a “Twin Peaks”. Deben de haber pasado unos quince años desde nuestra primera visita y, al menos, doce o trece desde que fuimos allá por segunda vez. Y, curiosamente, nada ha cambiado en ese maravilloso y atormentado pueblo de la frontera entre los EE.UU y Canadá.


A la primea persona que encontramos en esta tercera visita a Twin Peaks fue a la Señora del Leño, esa entrañable mujer que, metida en canas y en años, acuna permanentemente a un trozo de madera que, en realidad, sabe mucho más de lo que su arbórea presencia parece delatar. Lady Leño hace una somera introducción de las cosas que van a pasar en el pueblo, a su estilo, entre lo enigmático, lo místico y lo que dicta el sentido común (Véase el vídeo, pinchando un poco a Lady Leño).

En Twin Peaks fue donde, todos lo sabéis, asesinaron a Laura Palmer. ¿Os acordáis? El caso hizo derramar litros de tinta en la prensa de todo el mundo. Las portadas de los periódicos más importantes abrían con aquella pregunta que, por desgracia, hizo famoso al simpático pueblo maderero: ¿Quién mató a Laura Palmer?


Es curioso. A la vuelta de tanto tiempo, la pregunta sigue viva en Twin Peaks. Nadie ha podido olvidar a Laura y, en cuanto llegas a la localidad, es como si todo volviera a ocurrir. Un cierta sensación de deja vú que, paradójicamente, no se hace en absoluto reiterativa.


Porque, al ser más mayores, caemos en detalles que se nos pasaron en las ocasiones anteriores. Y miramos las cosas y a las personas con otros ojos. Por ejemplo, recuerdo que, antes, lo que más me interesó de aquella historia fue, precisamente, encontrara una respuesta satisfactoria a la pregunta dichosa: ¿quién mató a Laura Palmer?

Ahora no. Porque, en realidad, el quién-lo-hizo era secundario en la historia. Y por eso, si antaño me dio un enorme bajón la resolución de dicho enigma, esta vez, descubrir tal extremo no ha hecho sino espolear la curiosidad y el interés por el resto de subtramas y de personajes que habitan el pueblo, y que tenía grande e injustamente olvidados, dicho sea de paso. Y es que David Lynch, el fundador de Twin Peaks, aunque rarito, es todo un genio.


Será la herencia de haber visto tanto “24”, “Perdidos”, “Prison break” o “Mujeres desesperadas”. Que nos dejamos atrapar por las tramas complejas y complicadas, con toques entre lo humorístico y lo surrealista, protagonizadas por personajes raros, peculiares y singulares.


De Twin Peaks, como del cerdo, nos gusta todo. Hasta los chulescos andares del capullo de Bobby Briggs. Nos gusta el agente Cooper y nos encanta la pérfida candidez de Audrey. Donna sigue siendo un poco idiota y James, cargante. Pero es que la gente no cambia y la vida necesita de esos diferentes caracteres. Que en la variedad está el gusto. Le coges cariño a la pobre Nadine y te solidarizas con Norma. ¡Si hasta la modosita mosquita muerta Jocelyn, que es una arpía, se deja querer! O al mamón de Benjamin Horne, convertido en chiflado general Lee.


Pero, en esta (pen)última visita al pueblo, el nombre por excelencia es el de Windom Earle, uno de esos villanos malos, malísimos, al que Cooper compara con un diamante: duro, frío y brillante. Uno de esos archienemigos que pondrán a pruebo el talento de nuestro agente favorito del FBI, con permiso de Mulder. Por cierto, impagable el personaje de Denis-Denise, interpretado por el mismísimo David Duchovny. Y no olvidemos al agente Albert, un auténtico grano en el culo que, cuando revienta, produce un intenso bienestar. Porque… ¡las lechuzas no son lo que parecen!

Twin Peaks está lleno de personajes maravillosos, de los que no se olvidan, a los que coges cariño y cuyo recuerdo te acompaña toda la vida.


Así, noche tras noche, Sacai y yo nos citamos en la Doble R y nos sentamos en la mesa de todos estos seres parasimpáticos, dejando que nos cuenten sus historias. Ahora, el protagonismo es para Windom Earl. ¡Qué nervios! Y, además, nos han dicho que como fin de fiesta, antes de que nos vayamos, en esta ocasión nos vamos a encontrar nutridos y golosos extras que nos permitirán profundizar, un poco más, en el fascinante universo de Twin Peaks, un destino vacacional que viene envuelto en una seductora Caja Dorada, pero que nada tiene que ver con Marina D’Or, afortunadamente.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

PD.- ¿Y que me dicen de esa musiquilla de Angelo Badalamenti que, en cuanto pones los pies en el pueblo, ya no deja de sonar en cada rincón, en cada calle, en cada casa, en cada habitación del Gran Hotel del Norte…