Debería haber leído “No es país para viejos” (Ed. Mondadori) antes. El grupo de lectura que tenemos montado en NOVELPOL había seleccionado la novela para ser leída y comentada a la vuelta de año nuevo, pero no me dio tiempo. Y aquí estamos. Cuando faltan apenas tres días para que la versión cinematográfica de la obra de Cormac McCarthy llegue a las pantallas, queremos hablar de una novela a la que le valen multitud de calificativos: excelente, fría, rara, extraordinaria, desasosegante, compleja, ágil, evocadora, sensorial, inquietante, peculiar…
Es verdad que el hecho de saber que uno de los protagonistas de la novela ha sido interpretado en la película por Javier Bardem, ese prodigioso centauro, desatada fuerza de la naturaleza, condiciona la lectura. Porque le pones cara al cabronazo de Anton Chigurh. Y menuda cara. Desde que se hizo público el cartel de la película, con la efigie de Bardem insinuada a todo lo largo y lo ancho de la misma, estoy deseando ver qué han hecho los hermanos Coen con el personalísimo universo y los singulares personajes de McCarthy, un escritor con nombre de senador, cazador de brujas, que tiene un estilo absolutamente personal e intransferible.
A mí, que sí me ha gustado mucho mi bautismo de fuego en la obra mccarthysta, me han encantado, especialmente, tres perlas de “No es país para viejos”: «Ni siquiera me has preguntado a dónde voy, dijo. “Te apuntas a un viaje y probablemente crees tener cierta idea de cuál es el destino de ese viaje. Pero podrías no tenerla” “Hay dos clases de personas que no hacen muchas preguntas. Unos son demasiado tontos y los otros no necesitan hacerlas.” Estaremos de acuerdo en que el estilo de McCarthy no es precisamente vulgar ¿verdad?… Se trata de un autor que escribe sobre la vida en la frontera, sobre personajes al margen, sobre paisajes inhóspitos. Y escribe sobre la violencia del mundo contemporáneo. Una violencia extrema que, en la mayor parte de los casos, no tiene sentido. O sí. Depende de cómo se mire.
El autor, Cormac McCarthy Y el fatalismo. Sus personajes actúan como los de la célebre historia de la rana y el escorpión que le pide a aquélla que le ayude a cruzar el río: en base a su naturaleza. Así, Moss sería la rana y Chigurh, el escorpión. El sheriff Bell, por su parte, sería el narrador de la historia, un personaje en quien Bob Dylan podría haberse inspirado para escribir su célebre “The times they’re changing”. Javier Bardem, caracterizado como Chigurh “No es país para viejos” es, por tanto, una extraordinaria novela de muchas lecturas entre cuyas bondades es necesario destacar dos, por encima de todas: te deja una inaplazable necesidad de ver la película de los Coen y, además, te obliga a tirarte a la librería más cercana, a comprar más novelas de McCarthy. Jesús Lens Espinosa de los Monteros. |
Mes: febrero 2008
UNA IMAGEN QUE CONMOCIONÓ AL MUNDO
Esta terrible fotografía ha cumplido cuarenta años. La guerra del Vietnam queda reflejada, en toda su crudeza, en esta imagen.
Toda la historia de la misma, a golpe de click, dentro de la propia imagen.
Y tampoco podemos olvidar esta otra terrible foto, también reflejo de la barbarie y el sinsentido de una guerra…
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ENCUESTAS II
De momento hemos terminado con dos de ellas. Una, deportiva. La de Gasol. Por abrumadora mayoría (más del 90% de los treinta y pico de votos) los seguidores de este Blog consideran que ha sido un acierto su fichaje por los Lakers. Algún recalcitrante piensa que si hasta Shaquille O´Neal salió espantado del egocentrismo de Kobe Bryant, lo que le espera a Pau no es un camino de rosas, precisamente.
Esta noche, la del Supermartes, debuta con el equipo de la camiseta amarilla. Ojalá que hayamos tenido razón, los del noventa y pico por ciento.
En la segunda encuesta, ya terminada, el 53% de los también treinta y pico de votantes pensó que “El orfanato” sería la gran triunfadora de los Goya. En este caso, ganaron los siete internautas que apostaron por “La Soledad”, quizá la película que ha ganado un Goya menos vista de la historia.
¿Alguien ha visto “La soledad”?
Pero ya volveremos más adelante sobre ese tema…
Y tenemos tres consultas en marcha. Una, sobre la Copa del Rey de baloncesto. ¿Real Madrid o Barça? ¿Tau o Unicaja? ¿Ganará un equipo con menos solera? ¿Reivindicará Marc Gasol el peso de su apellido y la fuerza de sus números? ¿Será letal la conexión Ricky-Rudy?
Anímense.
Por otro lado, y según parece, más que el cine, la música y el deporte, lo que más os gusta son las columnas y artículos de opinión. Aunque ese tema tampoco está tan claro. Venga, mójense.
¡Ah! Y por 23 a 9, de momento, ZP volvería a ser Presidente del Gobierno. Aunque hay quien piensa que un Tercer Hombre puede tener alguna posibilidad. ¿Seguro?
ZP se destaca de Rajoy, pero…
La blogosfera nos permite opinar y votar. Ya saben, en la columna derecha de esta su bitácora amiga.
RAJOY, SIN SALDO
La cara de Rajoy, al enterarse de la factura que
se le viene encima con su original campaña
EL 488
El domingo, Álvaro y yo debutamos en el Gran Premio de Fondo de la Diputación de Granada, conjunto de citas atléticas que, a lo largo del año, nos invitan a trotar por diversos puntos de nuestra geografía más cercana, de la capital y alrededores a la Costa, Alpujarras y la zona Norte de la provincia.
Es curioso. Hasta la fecha, mis únicas tres pruebas cronometradas, excepción hecha de las del colegio, habían sido tres medias maratones. Pero La Industrial, que celebraba su vigésimo aniversario, sería mi primer 10.000, mítica distancia del fondo mundial. Mi objetivo, teniendo en cuenta lo poco y mal que estoy corriendo, mis problemas gastrointestinales y una molesta tendinitis en el pie izquierdo que no cede; era hacer 5 minutos el kilómetro. Álvaro y yo calentamos poco (que somos vaguetes) y salimos casi en cola de grupo, por lo que los primeros y tortuosos metros, que una colega corredora calificó acertadamente de gincana, los hicimos más bien despacio. Progresivamente fuimos incrementando el ritmo y, efectivamente, empezamos por ir a 5 minutos el kilómetro. Pero el recorrido era favorable, el día esplendoroso y las piernas nos pedían más. Así que, poco a poco, aceleramos el ritmo. Había bajada, luego una suave subida… en conclusión, que hicimos 45 minutos, a un ritmo de 4,30 el kilómetro.
Corricolari nos sacó esta foto, en el kilómetro 5.
El reto, a partir de ahora: ser capaces de mantener esos ritmos durante más tiempo. A ver si en los entrenamientos nos lo tomamos más en serio y forzamos la máquina, aunque sea durante unos kilómetros, para ir acostumbrando a piernas, corazón y pulmones a correr a un ritmo más ágil y vivo del habitual.
Con Corricolari, al terminar la carrera. Lástima no poder quedarnos más rato, pero el CB Granada jugaba en Canal Sur 2 y el otro Álvaro, Hoces, nos había convocado en su casa para un festival gastronómico de altura, que se prolongaría hasta entrada la noche. Despedimos esta Entrada recordando que el propio José Antonio, corredor, bloguero (que no globero), articulista de IDEAL, ingenioso conversados y afilado observador de la realidad circundante; da una charla el próximo viernes, a las 20 horas, en el Teatro de Armilla, cita imprescindible a la que acudiremos con todo el gusto, dispuestos a pasar un buen rato, hablando del correr físico y del correr mental, del cinematográfico y musical. A ver se puede venir nuestro amigo fondista y bloguero Paco Montoro, que hay ganas de conocerlo en persona.
Nos vemos, trotando, por esos caminos. Fdo.- Neopatón el Trotón. |
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