Criticábamos hace unos días la falta de profesionalidad de un camarero que nos atendió tarde, mal y nunca. Y nos quedó mal sabor de boca porque, como dice Alfa, hay otros muchos profesionales de la hostelería que cumplen extraordinariamente bien con su exigente y generalmente mal remunerado trabajo.
El domingo a mediodía, sin ir más lejos, tuvimos ocasión de comprobarlo en la persona de Rosa, la simpática y diligente camarera de una Venta situada en mitad de la vega, entre Fuente Vaqueros y Valderrubio.
– Habéis llegado pronto – nos dijo la rubia señora que, elegantemente ataviada con su chaquetilla negra, nos recibió a la entrada de la Venta.
Con simpatía y profesionalidad, un camarero consigue lo que se proponga de su cliente. Y éste pide y pide; y después paga tan contento. Porque cuando comemos en la calle, nos gusta sentirnos bien tratados, cómodos, alegres y a gusto. Es la manera de prolongar la estancia en el local y, por ende, de consumir más. Es la forma que te hace volver en sucesivas ocasiones. Porque los colegas de Las Verdes somos amigos del correr, pero también del recuperar los líquidos perdidos, en forma de zumo de cebada. Y en botella verde. Nos gusta comer, beber y disfrutar de largos, regados y merecidos terceros tiempos. Y gracias a Rosa, esa Venta que queda a mitad de camino entre la Fuente y Valderrubio ya se ha convertido en lugar de referencia y regreso obligado para nosotros.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros. PD.- Sin olvidar, claro, la alta calidad de las carnes que nos comimos. ¡Qué choto! ¡Qué lomo! ¡Qué chuletones! ¡La que te perdisteis, Compae, Víctor, Mario & Co!
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Día: 31 de marzo de 2008
SIEMPRE ES BUEN MOMENTO PARA TOMAR UNA CERVEZA
CAMBIOS, CABECERAS, MUTACIONES
Y es que uno tiene muchos y buenos amigos, que le echan una mano en un montón de cosas. Si Twister preparó una cabecera en verde hace unas semanas, que ha lucido orgullosamente en esta página durante un montón de días; ésta de ahora, repleta de detalles y que combina colores, letras y símbolos, es todo un lujo.
No sé qué os parecerá, pero a mí me gusta un montón. Es tan ecléctica y variada como lo son los contenidos de la Bitácora, de cine y música a deportes, viajes, libros y televisión.
Imagino que será más del agrado de unos que de otros.
Pero es una chulada esto de tener amigos que le permiten a uno que su Blog sea algo vivo, mutable, adaptable, diferente y único. Mil gracias a todos los que hacéis cabeceras, los que me mandáis fotos e IMGs curiosas, los que comentáis las entradas, los que me enviáis mensajes privados dando opiniones o sugerencias, los que estáis al otro lado, leyendo…
Suscribamos las palabras de Elliot Gould: “Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar.”
Un fraternal abrazo virtual a esta comunidad de Pateantes del Mundo, que crece, que cambia, que evoluciona.