HABLANDO DE MICROCRÉDITOS

Queridos amigos, el próximo martes y trece, a las 20 horas, dentro del ciclo “Primavera de libro”, el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo de la Rubia, presentará el libro “Microcréditos. La revolución silenciosa”, publicado por la Editorial Debate.

El acto, que se celebrará en la Sede de la Fundación Euroárabe (San Jerónimo, 27. Granada) contará con la presencia de los autores del susodicho libro, a la sazón, Antonio-Claret García y… un servidor.

Muchos ya habéis leído el libro. Otros no. Será ésta una inmejorable ocasión para intercambiar opiniones… no ya sobre el libro, sino sobre las microfinanzas en general, los microcréditos y el crédito social.

Por mi parte, después de haber asistido a decenas de presentaciones, charlas y conferencias de todo tipo y después de haber presentado los libros de amigos y conocidos; es un orgullo “estar al otro lado” y, como diría Umbral, poder hablar, en este caso, de nuestro libro.

Y en la mejor compañía posible: José Chamizo como presentador, Juan Montabes como anfitrión, Antonio Claret, amigo, jefe e inmejorable compañero de esta aventura literario-económico-social que tantas satisfacciones nos ha dado, y, por supuesto, vosotros, los lectores.

Porque los libros se escriben para ser leídos, comentados, criticados y reflexionados. Por eso, tú eres la piedra angular del acto del próximo martes 13.

Te esperamos. Con ganas de participar.

Jesús Lens.

MATAR ELEFANTES VUELVE A SER LEGAL

¿Recordáis la maravillosa película “Cazador blanco, corazón negro”, de Clint Eastwood? En ella se cuentan los entresijos previos al rodaje de “La reina de África”, capitalizados por la obsesión de su director, John Huston, de cazar un elefante.

En uno de los momentos más impresionantes del filme, el personaje que interpreta al escritor y guionista Peter Viertel, le grita a Huston/Eastwood que no entendía cómo podía matar a un elefante, ser majestuoso y uno de los más impresionantes de la naturaleza. Le parecía una atrocidad.

– No. No es una atrocidad- le respondía Huston. – Es un pecado. Es el único pecado que se puede pagar con dinero, sacando una licencia.


Desde hace ya varios años, la comisión de dicho pecado era ilegal. Aunque seguían matándose elefantes por parte de los furtivos, como ha pasado recientemente en el Congo.

Pero la noticia más escandalosa y repulsiva ha surgido en Sudáfrica. Basándose en argumentos conservacionistas y apelando a la superpoblación de elefantes, el gobierno sudafricano ha levantado la prohibición de cazarlos.


Por mucho que lo revistan de argumentos, como los de Japón y las ballenas, de lo que se trata es de volver a favorecer el auge del comercio de marfil, que en la China de vertiginosos crecimientos económicos, es muy demandado. Además, esta prohibición conllevará un efecto rebote en los demás países africanos, un crecimiento del furtivismo y un nuevo impulso al mercado negro de comercio de marfil.

Quienes hemos tenido la suerte de disfrutar de la visión de elefantes en libertad, en los parques de Tanzania, el Tarangire o el Serengeti, podemos dar fe de que sí. De que pegarle un tiro a un elefante es un pecado y una atrocidad. Y que hacerlo para comerciar con el marfil de sus colmillos es de una abyección, una miserabilidad y una crueldad impropias del ser humano supuestamente civilizado del siglo XXI.

Joder, qué asco.