REENTRÉ

Vuelven los amigos. Van cruzando de nuevo las fronteras que nos los devuelven a esta España nuestra. Salen de debajo de las piedras en que han estado, agostados, durante el verano. Y vuelve a arder la Blogosfera, claro.

Llega Blanca Rosa Roca y nos cuenta varias cosas en su Bitácora de Literaturas/Noticias. Entre ellas, nos pone sobre la pista de un provocador artículo de Luisgé Martín en el Babelia de El País: “¿Leer sirve para algo bueno?” Humor ácido y vitriólico en un fantástico artículo que dice ¿verdades como puños o trata de hacer la puñeta?

Pasopalabra.

Jesús Lens.

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BANGKOK DANGEROUS

Uno sabe aproximadamente a lo que va, cuando pide a la taquillera un par de entradas para “Bangkok dangerous”, así que, a posteriori, no es cuestión de lamentarse o rasgarse las vestiduras por haber dedicado la noche del domingo a ver al alopécico de Nicholas Cage convertido en sicario con pretensiones místicas.

Me apetecía verla, mayormente, por disfrutar de Bangkok en pantalla grande, una ciudad que no conozco, pero a la que le tengo ganas. Esperaba ver imágenes de la capital de Tailandia, tanto diurnas como nocturnas, desde un punto de vista turístico y también desde el más sucio, corrupto y criminal, al tratarse de una cinta de género negro.

Y, sin duda, las expectativas quedan colmadas en el primero de los aspectos, porque a lo largo del guión, el personaje al que interpreta Nicholas Cage se enamora de una lugareña que le llevará a visitar el todo Bangkok más típico y tradicional. Además, en uno de sus “trabajos”, Cage ha de pasar por el famoso mercado flotante, sin ir más lejos.


Sobre la parte de la noche, más tórrida, sin embargo, los Hermanos Pang, directores de la película, corren un tupido velo, apenas mostrando un club y un par de animadas calles. Se ve que el gobierno tailandés ha colaborado con la peli, evitando que aparezcan imágenes de prostitución, drogas y demás corruptelas propias de una capital desdichadamente conocida por el libertinaje que impera en sus calles, tal y como pudimos leer en “Bangkok tatoo”, sin ir más lejos.

Hermanos Pang. Siento decir que no conocía, en absoluto, el original del que este “Bangkok dangerous” es copia. Porque resulta que los Hermanos Pang se hicieron un nombre en esto del cine rodando la historia de un sicario… que era sordomudo.


Evidentemente, y si querían hacer un remake con el lujo del capital americano y con Cage como protagonista, éste no podía ser sordomudo. Bueno, sordo… quizá. Pero… ¡mudo! Con lo que le gusta la verborrea al sobrino de Francis Ford Coppola… impensable.

Así que, para darle un toque silencioso a la película y emparejarla con la original, los Pang han hecho que la virginal chica de la que se enamora el sicario tenga precisamente esa cualidad, lo que la convierte en un ser especialmente vulnerable y angelical.


Y luego está la acción, claro, profesionalmente filmada. Los asesinatos están bien resueltos, incluyendo una secuencia que nos trae a la memoria los disparos a Kennedy y la célebre película de Zapruder. Y la acción, tan bien coreografiada como se puede presumir de un par de directores, hermanos, estetas y orientales.

Pero nada más. La película no da más de sí. La mística que supuestamente rodea al sicario no es creíble y, conforme termina “Bangkok dangerous”, confirmas que el Hollywood más industrial sigue siendo una falaz fábrica de sueños endulzados para consumo masivo.

Valoración: 5

Lo mejor: el paseo turístico en pantalla grande por una ciudad tan fascinante como Bangkok.

Lo peor: la bochornosa relación de maestro-discípulo de Cage y su ayudante, como si del Sr. Miyagi y Karate Kid se tratara, pero a la inversa.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.