Rokia Traoré.
Así arranca su novísimo “Tchamantché”.
Este “Dounia”, posiblemente, tiene todo lo bueno de Rokia.
Comienza misteriosamente, con una base rítmica importante de guitarra. De inmediato, su voz. Susurrante, un delicado mandinga, como si te hablara al oído. La puedes sentir muy, muy cerca de ti. Íntima.
“Sé ban ou yé wa.”
Y después, los juegos de voces. ¿Qué dicen? Da igual. La magia de la música es ésa. Transmitir sensaciones.
Sube un tono.
Y entran los fascinantes sonidos de más instrumentos de cuerda. Más guitarras. Y más percusiones. Y, dándose la mano tradición y modernidad, los sámplers se dejan escuchar por detrás.
Y Rokia alza la voz. Y se calienta. Y casi, casi grita.
“Fadjiri bé na télé fitiri bé na kalo.”
Y luego vuelve a bajar el tono.
Una canción sencilla, pero llena de matices y sugerencias. Hasta con su batería al final y sus samplers.
Y ésta, M´bifo, es una de mis canciones favoritas de Rokia:
«Kéle Mandi», tranquilita
Pero como final de fiesta, pongan bien alta esta gloriosa «Sara»:
Una maravilla de música. Sí. Ya lo decíamos. Estamos, estoy, enfermo de África.
Jesús Lens