¿Qué os puedo decir? Pues eso. Que la serie “Carteles” se sigue engrandeciendo.
Jesús Lens.
¿Qué os puedo decir? Pues eso. Que la serie “Carteles” se sigue engrandeciendo.
Jesús Lens.
Dejamos la columna de IDEAL de hoy, tocando temas sociales.
Según los datos del último informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España 2008, para la quinta parte de los hogares españoles, las siglas PIB no significan, como para la mayoría, Producto Interior Bruto. Para un porcentaje de la población española, entre el tres y el cuatro por ciento, PIB se podría traducir como Pobreza Ininterrumpida Brutal.
Lo peor del Informe es el estremecedor dato de que esos porcentajes de pobreza se han mantenido constantes a lo largo de estos últimos diez años, período de enorme crecimiento macroeconómico y enriquecimiento generalizado. En pocas palabras: el alabado milagro económico español excluye de la multiplicación de panes y peces a cientos de miles de ciudadanos.
Pobreza. Es duro hablar de pobreza, también, en España. Pero existen, la pobreza y la exclusión. Y, lo peor de todo, es que la galopante crisis que se nos ha venido encima, va a hacer que esos porcentajes se incrementen. Ya lo estamos viendo. Muchas personas están empezando a comprar y vender en tiendas de segunda mano, el Monte de Piedad presta sus esenciales servicios a cada vez más personas y llegar a final de mes se está convirtiendo, en muchos e inéditos casos, en una empresa más complicada que los trabajos de Hércules.
Ahora es, también, cuando el trabajo sordo y callado de distintas iniciativas e instituciones cobra una especial y singularísima importancia. De ese Monte de Piedad que permite a miles de personas llegar a fin de mes o salir de un apuro, de forma rápida, segura y solvente a, por ejemplo, el Banco de Alimentos que permite una redistribución muy generosa del producto más básico del ser humano: la comida.
Así, el Banco de Alimentos de Granada es una Fundación de carácter social, laica y sin ánimo de lucro cuyo objetivo es recoger alimentos consumibles y en perfecto estado, con todas las garantías sanitarias, pero que, por alguna razón, no son comercializables. La idea es repartir los mismos, de forma gratuita, entre distintas instituciones benéficas de la provincia, para que sean éstas las que la hagan seguir a las personas más necesitadas.
Labor discreta y efectiva en la que participan, de forma voluntaria, personas de tendencias y credos políticos casi antagónicos. Personas que, trascendiendo diferencias, piensan que siempre se pueden hacer cosas por los demás. Personas que, más allá de la retórica, se ponen el traje de faena, se remangan y arriman el hombro, todos a una.
Lo mismo hacen los voluntarios de otras muchas organizaciones, ONGs y asociaciones cuyo objetivo es, sencillamente, colaborar a mejorar las condiciones de vida de los demás. De todos ellos no se suele hablar, cuando nos referimos a la crisis y a los planes para vencerla. Y, sin embargo, son los que más hacen, día a día, por mitigar sus efectos. Enhorabuena y muchas, muchísimas gracias.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.