CUAVERSOS DEL MAL

Esta foto de John Demjanjuk, conocido como Iván el Terrible, me «inspira» los Cuaversos de hoy.

 

Unos Cuaversos inquietantes, cuando menos, llamados a no gustar. Unos Cuaversos visuales que nos muestran el rostro, la mirada del Mal. Con mayúsculas. Y, al final, el poema «Los rostros anónimos de la maldad», de Osvaldo Luis Palladino.

 

 

LOS ROSTROS ANÓNIMOS DE LA MALDAD

 

Los rostros anónimos de la maldad

No tienen rostros propios,

No tienen nombres propios,

Siquiera tendrán alma alguna…

Son los rostros de gente cobarde,

De gente fanática y enferma,

Enferma de locura y de poder,

Que se esconden detrás de una mentira

Llena de palabras huecas y discursos vacuos

Y ejercen el terrorismo de las ideas

Sobre los pueblos inocentes

Colocando bombas arteras,

Desalmadas y criminales,

Sin ninguna pizca de piedad.

Argumentan ser rostros de la venganza,

Dicen ser las voces inflamadas del odio,

Ser el puño de una justicia divina

e invocan a imaginarios Dioses,

Ofrendando su inmolación a una causa.

Palabras vacías y discursos altisonantes

Porque ningún Dios o Santidad

Podría avalar ésta violencia sin sentido.

Ellos simplemente son asesinos

Y no habrá ningún paraíso

Que cobije sus sueños enfermizos.

Sólo habrán logrado ganar

Una condena universal y perpetua

Sobre ellos mismos y sobre su gente,

A quienes en cierta forma

Condenan al atroz sufrimiento

De la vergüenza y del aislamiento.

Los rostros anónimos de la maldad

No tienen bandera, no tienen país,

Siquiera tienen un uniforme,

Tan sólo tienen la cobardía

Que los identifica y los iguala.

Osvaldo Luis Palladino

CUANDO EL ROJO ES NEGRO

Hace unas semanas anunciábamos la salida de la revista .38, en que se incluía la reseña que os dejo a continuanción, entre otras muchas exquisiteces que os recomiendé leer vivamente. ¿Lo hicistéis? 😉 

La tercera de las novelas que Almuzara publica en español de Qiu Xiaolong suponía, para mí, un reto muy importante ya que si el debut del autor chino con «Muerte de una heroína roja» me deslumbró, la continuación de las aventuras del inspector Chen, «Visado para Shanghai», me dejó más bien frío.

 

Y me dio rabia ya que, con Qiu Xiaolong se inició mi fascinación por ese Crimen Globalizado que nos lleva a leer tramas negras y policíacas que se desarrollan en escenarios tan distintos a los habituales del género, de Suecia e Islandia a Tailandia, Camboya o, como en este caso, China.

 

Una China sumida en cambios tan vertiginosos como inasibles para buena parte de la población. Entre ellos, el de la vivienda y la construcción. Con lo que hemos oído hablar sobre la famosa burbuja inmobiliaria, la especulación urbanística y la grosera invasión de demenciales centros comerciales que se ha producido en nuestras ciudades, ha tenido que ser un autor chino, residente en EE.UU., el que ponga el dedo en la supurante llaga de uno de los asuntos más candentes de la actualidad del siglo XXI.

 

La novela comienza con el inspector Chen tomándose unas vacaciones. Como sus seguidores más acérrimos ya sabemos, para completar el magro sueldo que cobra uno de los mejores policías de Shanghai por el ejercicio de su cargo y gracias a su vocación literaria, ha de hacer traducciones del inglés al chino, sobre todo, de novelas policíacas. Y precisamente por ello, por conocer los entresijos de una sociedad como la yanqui, el todopoderoso señor Gu le pide que le ayude con un trabajo muy especial: la traducción del proyecto Nuevo Mundo, un futuro centro comercial vanguardista que se construirá en el corazón de la ciudad y que será una recreación de la cosmopolita y chispeante Shanghai de los años treinta; un proyecto a caballo entre lo cultural y lo comercial que… bueno. Ya se verá en qué acaba desembocando.

 

Y mientras, en un Shikumen, una auténtica casa antigua y tradicional de Shanghai, una de esas casas enormes que se han ido parcelando y cuarteando para albergar a decenas de inquilinos, aparece muerta una mujer muy especial, famosa por haber escrito una polémica novela bastante crítica con el sistema y conocida por una antigua historia de amor con un intelectual purgado en la Revolución Cultural.  

 

De la resolución de este caso se encargará el detective Yu, ayudante de Chen, que tendrá una inmejorable oportunidad de demostrar que es un gran policía y que sabe volar solo.

 

Lo mejor de la novela, además de esas continuas referencias a los clásicos de la poesía china (unos cuaversos le dedicamos) que pespuntean la acción, que a muchos irritan y a mí me encantan; es la doble dimensión de la historia de la China que nos plantea Xiaolong, como espejos que se miran, enfrentados, mostrando los sueños de un tiempo, devenidos en pesadilla años después.

 

Y, sin embargo, toda la novela transmite un cierto optimismo y esperanza en un futuro en que lo individual termina teniendo preeminencia sobre un sueño colectivista que se ha demostrado tan imposible como catastrófico.

 

«Cuando el rojo es negro» nos reconcilia con un Qiu Xiaolong analítico de la actualidad de un país que es todo un universo en sí mismo, atractivo, fascinante, contradictorio… Una gran novela.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

CUBA & OBAMA

Recién llegado de Cuba, leo la noticia de que Obama levanta las restricciones a los viajes a Cuba y permite el envío libre de remesas a la isla, y me acuerdo de Lucía, una chica que tocaba la flauta en el grupo de La Bodeguita de Enmedio y nos dijo que esa misma mañana habían actuado para un grupo de congresistas americanos que estaba de visita en la isla.

 

¿Hay vientos del cambio en la Perla del Caribe?

 

Eso parece. Pero ¿hacia dónde? ¿Se terminará el bloqueo yanqui? ¿Cómo reaccionarán los Castro? Las declaraciones de Fidel son duras, para variar: «Cuba no extenderá jamás sus manos pidiendo limosna», como señala hoy IDEAL, en el enlace señalado.

 

Aprovechando esta noticia y el regreso a casa, tras una intensa Semana Santa en uno de los países más arrebatadoramente mágicos que he conocido, creamos un grupo en el Facebook, al que os invito a uniros y en que participar, dar opiniones, colgar noticias, etcétera, a través de este enlace:

 

¡Viva Cuba completamente Libre!

 

Jesús Lens, en clave guajira, caribeña y optimista.