PERO SIGO SIENDO EL REY

Si ustedes son seguidores habituales de este Blog ya conocen mi debilidad por Carlos Salem, cuyas novelas «Camino de ida» y «Matar y guardar la ropa» (recientemente galardonada con el Premio NOVELPOL a la mejor novela policíaca del 2008) constituyeron dos de los grandes hitos literarios del pasado año. Por eso, si están ustedes tristones, deprimidos, asténicos o hasta los cataplines de la crisis, vayan a su librería de cabecera y háganse con lo nuevo de Carlos Salem: «Pero sigo siendo el rey».

 

Ya sabrán que tuve ocasión de disfrutar de un borrador de esta novela que ahora comentamos, «Pero sigo siendo el Rey», que leí y comenté a la vuelta de aquel revelador viaje por Damasco y el Líbano, la pasada Navidad, en el Post que titulamos, precisamente, «Sigues siendo el rey». ¡Cuánto bien me hizo aquel puñado de folios, en las largas noches damasquenas!

 

Han pasado unos meses y la editorial Salto de Página acaba de publicar, esta primavera, la versión repasada, pulida y depurada de la novela de Salem, lo que nos ha dado la oportunidad de volver a disfrutar de una historia delirante, descacharrante, refrescante y desbordante de imaginación y radicalmente actual. (Si quieren una presentación, en vídeo, PINCHEN AQUÍ)

 

Si hay una cosa que estos meses de crisis galopante está dejando muy clara es que, para entender la realidad de las cosas y para hacer crítica social, nada mejor que el humor. Siempre y cuando, sea inteligente, por supuesto.

 

Carlos Salem es uno de esos escritores urbanitas que viven en la calle, van a los bares y hablan con la gente, manteniendo el contacto con la realidad, por lo que podemos estar seguros de que todo lo que cuenta en su fantástica novela está (o podría estar) basado en hechos reales.

 

Por ejemplo, la fuga del Rey.

 

Porque la novela arranca con un encargo muy especial que le hacen al detective José María Arregui, su inefable protagonista: buscar a Don Juan Carlos de Borbón, que se ha fugado, dando esquinazo a sus guardaespaldas, sin que nadie sepa dónde se encuentra y que sólo ha dejado tras de sí un enigmático mensaje: «Me voy a buscar al niño. Volveré cuando lo encuentre. O no. Feliz Navidad.»

 

Y es que, efectivamente, la Navidad se acerca. La desaparición de Su Majestad se mantiene en secreto, pero una amenaza terrible se cierne sobre el país: ¿qué pasaría si llega el 24-D y, a las 9 p.m., no apareciese la regia imagen en todas las pantallas de televisión, pronunciando las célebres palabras «Constituye para la Reina y para mí motivo de orgullo y satisfacción…»?

 

Pero Arregui es un tipo listo y sabe dónde buscar. Lo malo es que convencer al monarca de volver a la Zarzuela no será tan fácil. Además, alguien intenta acabar con él, lo que obligará a Arregui y a Juan Carlos a realizar un sorprendente periplo por la España profunda. Una España tan surrealista como la que nos contara José Luis Cuerda en la memorable «Amanece que no es poco».

 

Si decimos que los personajes se convierten en un trasunto de Don Quijote y Sancho, nos podríamos poner muy serios y academicistas, pero la verdad es que Arregui y Don Juan Carlos recorren los caminos de España desfaciendo entuertos y chocando con las situaciones más aparentemente inverosímiles que, sin embargo, sabemos que son reales y ciertas, pues las hemos leído en la prensa de estos últimos meses. En serio, ver a Don Juan Carlos convertido en un decidido hombre de acción, es todo un lujo.

 

Además, en «Pero sigo siendo el rey» aparecen algunos de los más queridos y entrañables personajes de las anteriores novelas de su autor, como Soldati y Octavio. Un compendio del mejor talento de Carlos Salem, quintaesencia de su mejor y más depurado estilo, repleto de personajes proteicos e inolvidables.

 

Estamos ante una de esas novelas que son una gozada, de las que fastidia que se vaya acabando y cuyas últimas páginas vas leyendo con cuentagotas, en un postrer intento de prolongar y alargar el placer lo máximo posible.

 

Permítanme que termine con una de las frases que ya hemos utilizado, hablando de este libro: Si España fuera un país serio e inteligente, «Pero sigues siendo el Rey» se encaramaría a lo más alto de la lista de los best seller de este país.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

 

PD.- Una pregunta: ¿hay personas interesadas en hacerse con ejemplares firmados y dedicados por el autor de esta novela?