Antes que cineasta fue crítico. Vivía y sentía el cine por los cuatro costados y te lo inyectaba en vena, metiéndotelo a través de los cinco sentidos.
Ha muerto Eric Rohmer, el cineasta cuyos Cuentos de las Cuatro Estaciones y sus Cuentos Morales me enseñaron que otro cine, más allá de Hollywood, era posible. «La coleccionista», «La rodilla de Claire», «El rayo verde» o «Mi noche con Maude» demostraban, además, que las relaciones personales tenían tantas, tantísimas posibilidades, y todas ellas tan genuinamente creativas, hermosas, diferentes y complementarias… De repente, aprendimos que pasar una noche, en la cama, con una chica, hablando y nada más que hablando, podía ser intensamente erótico y emocionante. O intentamos escuchar esa «Hora azul» en que se produce un silencio total y absoluto, cuando cesan los sonidos de la noche, antes de que irrumpan los del día.
Cuando esa mierda que es la televisión generalista servía para algo distinto que embrutecer a la gente, lo que ahora es La 2 programó un ciclo de cine de Rohmer, a las 10 de la noche.
Eran tiempos en que la esperanza seguía viva y parecía que otra televisión era posible.
Ahora tenemos que pagar por ella.
Descanse en paz, Eric Rohmer, uno de esos directores que tanto me enseñaron de cine. Y, por tanto, de la vida. Un director que me abrió los ojos y que me hizo crecer, como aficionado al cine. Y, por supuesto, también como persona. MÁS INFORMACIÓN sobre su muerte y, especialmente, sobre su obra, pinchando el enlace.
Jesús Lens, de luto.