CELDA 211

Ganadora del Goya a la mejor película del Año así como ganadora de otros varios premios gordos, la traemos de nuevo al primer plano de este Blog. Lo sabéis. «Celda 211» es muy importante para mí, desde que hace unos años le dimos uno de los premios literarios de Semana Negra a la novela en que está inspirada. Hoy, un trocito de Goya lo siento mío. 😀

 

 

Al principio de la película, en la primera secuencia, pensé que me mareaba. Dado que tenía a mi lado a un tipo duro, mi amigo Jorge, hice de tripas corazón, le di un sorbo a la coca cola, y seguí mirando a la pantalla. Y es que, para no quepan dudas sobre lo que el espectador va a ver en las salas en que se proyecta la extraordinaria «Celda 211», la primera secuencia es dura, áspera y doliente como asfalto cubierto de sangre después de un accidente. Brutal.

 

Después llega la introducción. Dos funcionarios de prisiones enseñan a un novato las instalaciones de una cárcel sevillana. Se oye un tremendo portazo y, ante el sobresalto del nuevo, que ha adelantado un día su visita a la prisión para causar buena impresión, los veteranos le dicen que se acostumbrará pronto ya que, a fin de cuentas, los presos terminan saliendo algún día, pero que ellos se quedan allí dentro para siempre. Uf.

 

Y aparece él. El hombre. El único, brutal, impactante y sobrenatural Malamadre, encarnado por un Luis Tosar al que, como él mismo dice en una entrevista, ahora le espera un buen chorro de ofertas para que interprete a todo tipo de hijos de puta cachas, tatuados y dotados de una amenazante voz ronca de cojones; carismático, escurridizo como una serpiente, letal como un tiburón blanco y con la sabiduría ancestral de las bestias acorraladas.

 

Malamadre.

 

¿Os acordáis? Lo contábamos hace unas semanas, cuando hablábamos en ESTA ENTRADA de los prolegómenos de la peli y del especial cariño que le tengo a la misma, desde que la novela homónima «amenazó» con convertirse en celuloide: ¿qué actor hubiera sido el mejor y más indicado para interpretar al personaje surgido de la imaginación de Francisco Pérez Gandul?

 

Una vez vista la excepcional película de Daniel Monzón, la respuesta sólo puede ser una: Luis Tosar, un tipo de da miedo, impresiona y resulta enormemente atractivo, todo a la vez. Y que, a buen seguro, ganará el Goya. Debería. Anunciadas las Candidaturas a los Goya, junto a «Ágora», es la más prometedora.

 

Ahora bien, que si Tosar está de lujo, el resto del reparto penitenciario y patibulario no le anda a la zaga. Sobre todo el inquietante Luis Zahera, el preso con gorra y muñequera de España que, desde su primera aparición, hiela la sangre de los espectadores. ¿Alguien sabe si es actor profesional o es uno de los presos figurantes y, sobre todo, si esa voz es la suya? Porque, más que miedo, da pánico.

 

El elenco de guardias, sin embargo, está menos conseguido. Todo lo que tiene que ver con ellos es más maniqueo e incluso el siempre solvente Resines palidece, en comparación con los presos, además de que su personaje es demasiado, demasiado…

 

Pero da igual. Porque «Celda 211», partiendo de una novela estupenda, ha desembocado en una película genial, cuyo ritmo no decae apenas un instante en sus dos horas de metraje, con secuencias de una fuerza tsunámica y, como hemos dicho, con varias interpretaciones magistrales y abrasadoras. Todo lo que ves en pantalla es creíble, aunque a veces sea tremebundo. Daniel Monzón consigue trasladarte a esa cárcel sevillana y hacerte partícipe del motín, las lealtades, las palizas, las fidelidades y las traiciones.

 

Un P-E-L-I-C-U-L-O-N.

 

Con mayúsculas.

 

Valoración: 8

 

Lo mejor: Inevitablemente, Malamadre.

 

Lo peor: Algunas interpretaciones y alguna parte demasiado forzada en el guión.

 

 

PD.- «Celda 211», como «After» o «Agallas», también es cine español. Y cine bueno, comprometido y de altísima calidad. A ver si el público que defendía el heroísmo españolista de ver «Ágora» responde de la misma manera, yendo en masa a ver este películón.   

           

CAFÉ-BAR CINEMA: EL COMIENZO DE UN PROYECTO

«-¿Por qué de todos los antros apestosos que debe haber en México hemos quedado en éste?» 

 

Fue precisamente viendo la escena que sigue de esta película que se me encendió la lucecita. ¿Y si…? Lo primero fue ESTE reportaje en IDEAL. Y después, dada la buena acogida de nuestro libro, «Hasta donde el cine nos lleve», pues eso. Que me pensé muy seriamente lo del ¿Y si…? Y ahí estamos. Embarcados en mitad de travesía de un viaje cinéfilo-literario que nos lleva por los bares y cafés más memorables de la historia del cine, aprovechando para hacer eso que tanto nos gusta: recorrer los cinco continentes, visitando garitos, hablando con la gente.

 

Y para ir contando la evolución del proyecto, creamos ESTA página en el Facebook, en la que os espero a todos. Y todas. Y en la que, por ejemplo, planteamos una pregunta en busca de respuesta, partiendo de un artículo de hoy en IDEAL.

 

¿Tendrá buen fin este nuevo proyecto? ¿Os parece factible? ¿Viable? ¿Interesante? A ver, a ver. ¡Animaos a acompañarnos en el mismo!

 

Jesús Lens, expectante.

¿QUÉ BUSCA WALLY?

Sí. Antes de colorearse, ese tipo de la imagen es Wally. Y antes de perderse entre las multitudes para hacerse difícilmente encontrable, era él quién buscaba algo. Nuestro amigo Colin, gracias a su mirada infalible, ha encontrado lo que busca Wally. En menos de diez segundos… ¿qué busca Wally?

Tic, tac. Tic, tac. ¿Qué busca Wally?
Tic, tac. Tic, tac. ¿Qué busca Wally?

Jesús Lens, encontradizo.

OPERACIÓN EXTERMINIO

Llueve. Y nieva. Y hace un frío del carajo. Si eres espabilado, estarás en casita, bien calentito, tomando sopa de ajo, viendo cómo el grajo vuela bajo. ¿Qué mejor momento para ponerse a leer? Aquí tenéis una buena recomendación…

 

«La novela comienza en la cárcel de Carabanchel, en el otoño de 1946, cuando la Falange se las ingenió para infiltrar a uno de sus colaboradores en la prisión, con el fin de que se ganara la confianza de uno de los presos que, una vez liberado, le guiaría hasta las montañas asturianas en que operaban los restos del ejército republicano, en forma de guerrilla, emboscados en la montaña.

 

Así nació la Operación Exterminio que da título a una novela que, como es habitual en todas las de Alejandro Gallo, se lee de un tirón, con la respiración contenida y el pulso acelerado.»

 

A un sólo golpe de click, AQUÍ, la reseña completa de «Operación exterminio», de Alejandro M. Gallo.

 

Y si optaste por subir a la Sierra conduciendo sin cadenas… ánimo. Ya queda menos para que te rescaten.

 

Jesús Lens.  

TATUAJE

No. Lo peor no fue el daño que le hizo el tatuador. Ni la pasta que costó hacerse esta obra de arte en su cuerpo. No. Lo peor no fue mostrarle a su novia lo que había hecho con el reverso de su cuerpo. Ni las miradas de reprobación de su madre. Ni mucho menos. Lo peor llegó cuando, por su mala cabeza…

… acabó en la trena y fue a ducharse en el baño común de los presos habituales…

 

😀