Nuestro amigo Bartolomé Leal se ha convertido en el gran abanderado del Cuy como rico plato andino que, personalmente, me resultó un tanto indigesto, quizá porque no debí cenármelo. Aunque los precedentes de personas que cenaron cuy son impresionantes…
Día: 25 de marzo de 2010
VENTANAS INCAS
Querido Colin, cuando vi esta ventana, evidentemente, me acordé de ti. Viajar, tomar fotografías, escribir, escuchar música, ver películas… todas esas cosas que tanto nos gustan significa abrir ventanas que nos permitan ver más allá de lo aparente, de lo inmediato. Nos permiten dejar volar la imaginación. Como esto de bloguear. ¿Qué es sino abrir una pequeña, íntima, personal y cariñosa ventana al mundo?
PISCO SOUR
Hablemos de cosas importantes, antes de dormir. Hablemos del Pisco Sour, dando la palabra a nuestra querida Raquel Rosenberg, nuestra maestra gastrónoma por excelencia.
Imposible hablar de Perú sin nombrar que en cada uno de sus restaurantes y bares se comienza con un pisco sour. Pero ese es el trago, el aguardiente de vid con el que se lo prepara es mucho más. Nació en el Siglo XVI y salió a ver el mundo desde el puerto peruano de Pisco, de ahí el nombre. El lugar está ubicado en el valle de Pisco, tierra de los Piskos, alfareros expertos en vasijas donde almacenaban sus bebidas.
José Moquillaza Risco, director de la Denominación de Origen, explica que el Pisco se obtiene por destilación de mostos frescos de uvas pisqueras (Quebranta, Negra Corriente, Mollar, Italia, Moscatel, Albilla, Torontel y Uvina) recientemente fermentadas, utilizando métodos que mantengan el principio tradicional de calidad establecido en las zonas de producción reconocidas. Posee un grado alcohólico alto (38º a 48º). Existen diferentes variedades: el Puro, de una sola variedad de uva; el Acholado, de corte y el Verde, mostos que se destilan antes de la fermentación. Para el Pisco Sour José recomienda utilizar uno no aromático, el más neutro posible.
Y déjenme que les diga una cosa que aprendí en el Museo del Oro: los vasos rituales, los fabicraban los andinos de dos en dos. Siempre. Porque un vaso está hecho para beber con un amigo o para compartir con una deidad. Los vasos, como los huevos, siempre por pares. Como los Géminis, por otra parte. Y que viva la dualidad…
Jesús Lens, siempre dual: ¡SALUD!