… en un puñado de imágenes:
Ustedes, a esta altura de la película, ya saben que en Santiago de Compostela no está enterrado el cuerpo del Santo Apóstol ¿verdad?Lo digo porque si vais a leer «Peregrinos de la herejía» es conveniente que conozcáis este dato, vayáis luego a pedirme responsabilidades, daños y perjuicios por recomendar un libro en que se habla, precisamente, de quién es realmente la persona enterrada en la célebre Catedral de Santiago.
¿Os suena el nombre de un tal Prisciliano?
Hace ya muchos años que Ramón Chao, periodista y escritor y, a la sazón, papi de esa bestia de los escenarios llamado Manu Chao, escribió un extraordinario libro sobre el tema, «Prisciliano de Compostela», publicado por la editorial Seix Barral.
Pues bien. Ahora es Tracy Saunders la que vuelve sobre el mismo tema en «Peregrinos de la herejía», publicado por Editorial Bóveda, en un momento muy oportuno ya que estamos en Año Santo y las trochas, senderos y refugios del Camino de Santiago pronto estarán a reventar de peregrinos. Unos harán el camino a modo de reto deportivo. Otros utilizarán el trayecto para intentar encontrarse a sí mismos. Algunos, incluso, verán movidas sus piernas por razones religiosas. O místicas.
Porque, en realidad, da lo mismo la identidad de los huesos que yazcan en el Sepulcro. La mística del Camino radica en otra cosa muy distinta. Por ejemplo, en los millones de peregrinos que ya han hecho ese recorrido, desde hace miles de años. Como un ignoto obispo del siglo IV, considerado brujo y hereje y cuya filosofía, de carácter gnóstico, le llevó a enfrentarse con la doctrina oficial de la Iglesia.
O Miranda. Y Kieran. Y Félix. Y otros tantos peregrinos que, hoy en día, se sienten atraídos irremisiblemente por la mística del camino. Y las personas que con ellos se cruzan, coincidiendo en los albergues o en la propia ruta. O visitando pequeñas y esquivas capillas románicas. O comiendo un bocadillo en una venta.
Porque, como siempre pasa con las cosas de la vida que merecen la pena, lo importante siempre es la gente. Los amigos. Las personas que encuentras, aunque sea fugazmente. Y, como siempre pasa en los libros que merecen la pena, lo importante son los personajes. Y sus relaciones. Sus motivaciones. Y los cambios que sufren a lo largo de las páginas de la novela, como los estragos de los pies, a medida que recorren los kilómetros del camino.
«Peregrinos de la herejía» no es un libro para llevar en la mochila del peregrino. Pesa demasiado. Pero sí es un libro imprescindible para que todos los interesados por la mística del Camino de Santiago sepan, un poco mejor, las razones de su existencia y las verdades que se ocultan tras la verdad oficial y tradicionalmente aceptada como inmutable.
No en vano, una enigmática frase nos saluda desde la portada: «No creáis todo lo que os cuenten».
¡Aviso para peregrinos!
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.