Nuestro querido Colin Bertholet y su mirada nos ofrece, en ESTE post, una colección de auténticos, verdaderos, deseables y fantásticos Brotes Verdes. Si yo fuera ZP, montaba una campaña entera para vincular la cultura, la lectura, la educación y la regeneración de la sociedad post crisis financiera y económica. Espero que os sorprendas las fotografías. Y os planteo un reto: ¿qué libro elegirías para convertirlo en macetero? Item más y si eres aficionado a la botánica: ¿qué planta crees que sería la más adecuada para vivir en tan especial superficie? ¡Paso palabra!
Mes: abril 2010
LA MEMORIA ENTERRADA
La columna de hoy viernes de IDEAL, en que tocamos un tema obligatorio y necesario, claro, al hilo de nuestro último viaje.Fue sin querer. Había ido a visitar el Museo de la Nación, pero su colección permanente estaba cerrada por obras. Sí se podía visitar, sin embargo, una exposición temporal de fotografía. Me encontraba en Lima y su caótico tráfico había hecho que tardara una hora en llegar al museo así que decidí amortizar la excursión y visitar la referida exposición. Dos horas después, aplastado por el peso de la realidad, firmaba en un libro de visitas repleto de citas y palabras emocionadas de perdón, esperanza y reconciliación. La exposición estaba organizada por la Comisión de la Verdad, creada el 30 de noviembre del año 2000 para investigar el conflicto armado que, entre 1980 y el propio año 2000, dejó en el Perú más de 69.000 muertos. (Más info de la exposición, AQUÍ)
Las fotografías muestran, con toda su crudeza, la documentación gráfica de un conflicto desatado por el terrorismo de Sendero Luminoso y contrarrestado por el terrorismo de estado que se organizó y ejecutó desde los despachos más señeros de los ministerios peruanos. Fotografías, documentales y testimonios sonoros siguen el rastro a miles de muertos, ejecutados y desaparecidos, por uno y otro lado.
En los taxis, en los bares, con la gente normal y corriente, se puede hablar de todo ello. Con pena y tristeza, pero con naturalidad. Abimael Guzmán y el resto de capitostes senderistas están encarcelados. Fujimori, Montesinos y otros ex-dirigentes del gobierno peruano, también.
Qué contraste con lo que pasa en esta España nuestra, tan dada a practicar la táctica del avestruz, a mirar hacia otro lado, a enterrar bajo toneladas de tierra y olvido los recuerdos más oprobiosos de nuestra historia. España, faro y luz de la justicia universal, en la que todos aplaudíamos alborozados el coraje y la decisión de parte de nuestra judicatura, empeñada en desentrañar los crímenes de lesa humanidad, con independencia de fronteras espacio-temporales.
Y aquí estamos, enfangados nuevamente en un ambiente guerracivilista por no haber hecho las cosas bien. Ni entonces ni ahora. ¿Leyes de Amnistía y Punto Final? ¿Por qué? ¿Para quién? ¿Por qué no valían en otros países y sí en la moderna, desarrollada, comunitaria, reconciliada y pacífica España del siglo XXI?
Siempre haciendo la esquiva, sacudiéndonos los problemas de encima, se nos llena la boca hablando de tolerancia, dignidad y solidaridad. Pero lejos. Y de lejos. A nosotros, que no nos salpique. Ni nos afecte. ¿»Color y Café» en Granada? Claro que sí. Pero en el extrarradio. El Polígamo del Más Allá, lo más cerca. Y lo peor de todo es que el señor alcalde, viendo una posible sangría de votos, termina por darles la razón a unos vecinos que, con más de cuatro millones de parados e inmersos en la peor crisis económica de nuestra historia, cortan las calles para manifestarse en contra de un centro de atención a los pobres. Para pobre, esta España nuestra, sin rumbo, credibilidad ni sentido. Del común, ni del decoro. Ni de la vergüenza.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
¿PARA REÍR O PARA LLORAR?
CUALQUIER OTRO DÍA
¿Os acordáis de que hace semanas decía que ni de coña leería este libro? ¿Por qué he cambiado de opinión? ¿Os acordáis de la que montamos con «Shutter island»? ¿Os acordáis de aquella joya llamada «Mystic river»? ¿Tenéis astenia primaveral y no sabéis qué leer? ¿Tenéis que aconsejar/regalar un libro esta Feria del ídem y andáis confusos? ¿Queréis pasarlo EN GRANDE leyendo un GRAN libro? Pues pinchad AQUÍ y salid de dudas…
Jesús Lens. En corto, pero conciso. Y concreto.
EL ESCRITOR
Pobre. Muy pobre la traducción del título original de la última genialidad de Roman Polanski, «The ghost writter». Es verdad que, en castellano, «El escritor fantasma» nos podría hacer pensar en tipos como Juan Manuel de Prada y, automáticamente, arruinar el taquillaje de la película. Por lo era necesario hacer una interpretación. Pero… ¿»El escritor»?
Si precisamente los personajes se pasan toda la película ironizando sobre el no ser escritor por derecho propio del personaje interpretado por Ewan McGregor. Porque, en realidad, su personaje interpreta a un negro. A un negro literario, se entiende. Al que escribe para que otro firme en su nombre. A ese tipo que pone la letra a las autobiografías de gente famosa, sin ir más lejos.
En el caso que nos ocupa, el Escritor Fantasma, el Negro, ha de trabajar en un manuscrito sobre la vida del ex primer ministro inglés, que vive en una casa de diseño, aislado en una isla de la Costa Este norteamericana. Un manuscrito redactado por otro Negro anterior, fallecido en extrañas circunstancias.
A partir de ahí, en un ambiente claustrofóbico, se desarrolla la acción de una película que, cargada de sutilezas, nos habla sobre algunos de los más recientes episodios de la política internacional, mostrados a través de las cámaras globalizadas de la CNN, pero desde la óptica de los personajes encerrados en una casa, cercada y encerrada en una isla en la que no para de llover.
Una casa de diseño, aparentemente majestuosa pero que, en realidad y con sus cuadros de arte contemporáneo, es más fría que un carámbano. Como los personajes que la habitan, desde el ex Primer Ministro y su esposa, protagonistas de un matrimonio en disolución, a las ayudantes del ex-Premier. Una casa en la que se comen sandwiches, de forma compulsiva. Una casa en la que la privacidad no existe, con tanto ventanal, cristal y espacio diáfano.
Perfecta y precisa metáfora de nuestro tiempo: transparencia, pero dentro del encierro. Globalización, pero residiendo en una isla semivacía. Conectividad total, pero desde el aislamiento más absoluto. Y, en medio, mentiras, envidias, conspiraciones, persecuciones, fantasmas, investigaciones, teléfonos que suenan, teléfonos que callan, GPS´s, cinismo, amor, sexo, lujuria…
Cuando se dictó la orden de detención de Polanski, la película ya estaba filmada. La supervisión del montaje, sin embargo, fue llevada por el director desde su encierro en su chalé de Suiza, del que no podía salir. ¿Como evitar el proclamar eso de la vida imita al arte y el arte imita a la vida?
«El escritor» es una película sobresaliente de las que, al terminar, te dejan aplastado contra el asiento, de las que recomiendas con pasión a todo aquel con el que te encuentras, a sabiendas de que no quedará defraudado por un Roman Polanski al que lo ajetreado de su vida personal no hace sino engrandecer una obra compleja, enigmática, variada y siempre atractiva.
Valoración: 8
Lo mejor: El comentadísimo y alabadísimo final. La DGT debería pronunciarse al respecto.
Lo peor: Nada. Sólo una pregunta: ¿por qué el prota le va contando todo a todos, sin distinción de género, edad, filiación, color, raza o nacionalidad?