¡PODEMOS!

Tras la explosiva alegría por el triunfo de los Lakers y de Gasol en la NBA, que dejábamos ESTA MADRUGADA, vamos con la columna de hoy de IDEAL. De la que me dicen que no. Que no es así… ¿cómo lo ves?

¡Quién nos iba a decir que detrás de su marcial aspecto de sargento de hierro se escondía el alma de un poeta! Nada más terminar el partido que dio el inesperado y sorprendente título de la ACB al Caja Laboral, su entrenador, el adusto Dusko Ivanovic, dijo que lo importante “no es lo que crean de nosotros desde fuera, sino lo que nosotros seamos capaces de creer sobre nosotros mismos”. El Baskonia creyó en una victoria imposible, definida con esta otra perla: “A veces, la realidad es más bonita que los sueños”.

El deporte, con independencia de que nos parezca opio para adormecer a las masas, un simple entretenimiento o uno de los logros más importantes de la civilización humana, cada vez tiene más importancia y trascendencia. A nadie escapa que nuestros dirigentes andaban como locos, descontando los días que quedaban para que empezara el Mundial y así, entre la lesión de Iniesta y el debut con Suiza, hacernos tragar la reforma laboral sin mayores contratiempos.

Por eso tengo la sensación de que en Granada, tras el ascenso del CeFé y la gran temporada del CeBé, algo puede estar cambiando. Escuchar cómo defendía Antonio Jara en Sevilla tanto la vocación andaluza como la autonomía de CajaGRANADA, de forma clara, rotunda, diáfana y sin excusas, nos debe llenar de orgullo y satisfacción. (De lo que hablábamos AQUÍ la semana pasada.) 

A la vez, parece que el Milenio se encarrila hacia algo con sentido, poniéndose en las manos de un Legado Andalusí con acreditada experiencia en la organización de este tipo de eventos. Resulta curioso que, antes siquiera de saber de qué iba el Milenio, ya le hubieran creado una brutal macroestructura con gerentes, directores de comunicación, directores de proyecto y otros muchos puestos de relumbrón. Ahora, más discretamente, y con el horizonte puesto en 2015, un par de personas dirigirán un proyecto que será ejecutado por un grupo consolidado de trabajadores que ya saben de qué va el tema.

Y todo ello coincide con el lanzamiento de una revista, “Garnata”, (que comentamos AQUÍ) que apela precisamente al orgullo de ser granadinos, a nuestra capacidad de hacer cosas importantes por nosotros mismos. No me extraña que en su Consejo de Redacción esté Antonio Claret, otro gran adalid de la autonomía de nuestra Caja y que siempre se ha caracterizado por impulsar ideas y materializar proyectos de tanta envergadura como el Centro Cultural CajaGRANADA Memoria de Andalucía.

No escribo frases como “orgullo de ser granadinos” en términos reduccionistas, antivecinales o localistas. Ni mucho menos. Muy al contrario, viviendo en Granada y amándola, con todas sus contradicciones, se empiezan a vislumbrar felices movimientos, gestos y detalles que dan a entender que empezamos a mirar, por fin, hacia delante. Que dejamos de apelar únicamente a nuestra pretérita gloria histórica para pensar en positivo y en clave de futuro. Que actuamos por nuestra cuenta, sin pedir permisos ni rendir pleitesías. Ojalá no sea un simple espejismo.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

LUNA DE JUNIO

A veces llegan manuscritos. Bueno, manuscritos que no son tales. Sería más propio llamarlos “originales”, que los procesadores de textos hacen maravillas y han terminado casi por completo con la palabra escrita a mano.

Decía que, a veces, tenemos la suerte de leer, en un puñado de folios, la narración de una persona. Su historia. O sea, una de las historias que surgen de su fértil imaginación. Una historia que, piensas, debería ser leída y compartida por otras personas.

Porque es buena.

Porque es divertida.

Porque es diferente.

Una historia como la que escribió Carlos Balado, titulada “Luna de junio”. Y que la editorial ALMED ha tenido el tino y la generosidad de publicar en su moderna, nueva y atractivísima Colección Ultramarina.

Sobre el “de qué va” la novela, podéis leer AQUÍ.

A mí, además de recomendarla vivamente, me apetece hablar del autor, Carlos Balado, Jefe de Obra Social y Relaciones Institucionales de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, al que tengo la fortuna de conocer desde hace varios años y con el que he tenido ocasión de compartir conferencias, ponencias, seminarios…

Durante los años que he sido Secretario General de la Asociación Internacional de Entidades de Crédito Prendario y Social, me tocaba organizar las Asambleas Generales y, en ellas, coordinar las diferentes ponencias e intervenciones. Siempre, por sistema, una de las más esperadas era la de Carlos Balado. Y, después, también terminaba siendo una de las más recordadas, comentadas y memorables, con innumerables peticiones, por parte de todos los oyentes, de recibir su contenido por mail, CD o pen drive.

Porque Carlos no sólo es brillante en las exposiciones, claro y contundente, sino que atesora una cantidad de conocimientos que pueden llegar a apabullar. Conocimientos sobre las más variadas disciplinas que, después, Carlos sabe cómo relacionar y mezclar para conseguir establecer conexiones y conclusiones que nos hacen entender mucho mejor el desmesurado mundo en que vivimos y el entorno global en que nos movemos.

Pero, ojo, que nadie se llame a engaños. Lo mejor de Carlos es que, además, sabe escribir historias tiernas, intimistas, divertidas y simpáticas como “Luna de junio”, protagonizada por un personaje muy singular y a contracorriente que emprende un viaje aparentemente sencillo, pero que, para él, puede convertirse en una titánica aventura.

Consejo de amigo, id a vuestra librería más cercana y pedid “Luna de junio”. Una novela muy apropiada para la temporada de verano que ahora comienza. Y, de paso, una recomendación de otro tipo, pero de la misma editorial ALMED: “Las cenizas de los imperios”, de Karl E. Meyer. Subtitulado como “La lucha por la supremacía en el corazón de Asia”, nos habla del origen de los conflictos que sangran por las heridas abiertas de Afganistán y países limítrofes.

Porque las cosas no ocurren por casualidad. Porque la historia marca el porvenir. Porque, en un mundo global, ningún rincón del mundo nos puede ser ajeno… hay que conocer el origen de “Las cenizas de los imperios”. (Más info, AQUÍ)

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.