El domingo, casi recién terminada la Media Maratón de Granada, escribíamos este crónica. Unas horas después, mi hermano Jose redactaba las líneas que siguen para esta otra multicrónica del Blog de Las Verdes.
¡Qué nos gusta el espíritu fraternal!
¡Ole!
Recuerdo cuando, allá por Julio, me encontré con Javi trotando por la Chucha y decidió acompañarme un rato. Me comentó que estaba pensando preparar un “medio Ironman”. ¿Eso cuánto es?, pues 2 km nadando, 90 en bicicleta y media maratón. Me quedé callado, pensando un rato. En ese mismo orden, para mí 2 km. nadando me resultarían relativamente fáciles, 90 en bicicleta, con entrenamiento, asequibles; pero medio maratón, definitivamente “imposible”. En mi vida había corrido más allá de los 8 km. que suponen la ida y vuelta de la Chucha a Calahonda. Y de esos 8, los dos últimos ya se me atragantaban bastante.
Se ve que mi hermano debió escuchar ese “imposible” y decidió, como en el anuncio de Adidas, que de imposible nada. En la playa logró que bajara de 5 minutos el kilómetro, y ya de vuelta en Granada, que siguiéramos saliendo por el camino de la fuente de la Bicha.
Ampliamos las salidas de 8 a 10 km. e incluso alguna vez llegamos a los 12, pero siempre pensando que ese era el límite de mis posibilidades.
Y llegó un día, debió ser que la alerta naranja por temperaturas me licuó el cerebro, que decidimos seguir un poco más, y un poco más, hasta llegar a Pinillos y vuelta, lo que hacían 18 km. en total. En realidad se me hizo infernal, pero me hizo ver que el límite, con entrenamiento, se podía ir ampliando.
Y aquí estoy, tras haber finalizado la media maratón de Granada, celebrándolo con unas Alhambras. Y encima, gracias al empeño de mi hermano, aun habiéndome hundido en los últimos kilómetros, en un tiempo que para mí sonaba a ciencia ficción hace tan sólo unos meses:1:52:30.
Cierto que ojalá me cure el hombro y empiece de nuevo a jugar al baloncesto, lo que sin duda hará que salga menos a correr. Posiblemente no supere nunca esta marca y desconozco si alguna otra vez me picará el gusanillo de volver a correr en alguna carrera seria. Pero de lo que no me cabe la menor duda es de que ¡ha merecido la pena!
¡Muchas gracias, hermano!