La palabra del Puente ha sido una, clara, concreta y determinada: corregir.
Así me he pasado la mayoría del tiempo: corrigiendo. Corrigiendo los 468 folios que componen lo que espero que sea mi próximo libro de cine, titulado «Café-Bar Cinema», de momento.
En pleno proceso de corrección vi que el Cotton Club estaba muy deficientemente tratado así que hice un alto en el camino y abandoné el despacho (hasta ese punto de seriedad le he dado a la corrección, encerrándome en el despacho) y me tumbé en el sofá para volver a ver la película de Coppola.
Para saber lo que me parece y el porqué tendréis que esperar a que el libro se publique (crucemos los dedos) pero os anticipo una de las secuencias que más me gustaron de la película y que resume buena parte de su espíritu.
¿No es fantástica?
Lo dicho. Que vayáis ahorrando para comprar el libro, que tanto desvelo tiene que tener recompensa.
😀
Jesús el corregidor Lens