MIENTRAS TANTO

Mi amiga Alicia me enviaba ayer este poema, de su amigo Paco Pérez, cuyo Blog «La vida es insomnio» hay que segir, sí o también.

Y se lo quiero dedicar, este miércoles, a mi querida amiga Nerea Riesco, a la que me encantaría acompañar esta tarde en la presentación de su Poemario, en Sevilla.

¡Salud!

MIENTRAS TANTO

Quizá las cosas

tengan que ser así de escasas,

quizá la felicidad

sólo pueda ser disfrutada

con cuentagotas,

quizá sea necesario no tenerse

para que el amor arda,

quizá no haya veneno que mate

más despacio que la rutina.

Y el tiempo mientras tanto,

eso es la vida.

Quizá las cosas se rebelen,

la felicidad se me atragante,

el amor se convierta en ceniza

y el veneno me deje indemne,

pero el tiempo mientras tanto,

eso es la vida

BOARDWALK EMPIRE

Hace unos días estuve haciendo ESTO.

Entre otras cosas, revisé cientos de papeles sepultados entre otros cientos de papeles. Como lo de Wikileaks, pero a nivel personal.

Fui desechando, tirando, rompiendo y escondiendo distintas cosas. Y de repente me encontré con un recortico diminuto en que se anunciaba que Martin Scorsese sucumbía a la televisión y se embarcaba en el rodaje de una serie llamada “Boardwalk Empire”, sobre la mafia y el tráfico de alcohol en los años 20 del pasado siglo, en Atlantic City.

Imagino que cuando se hizo el anuncio, yo ya estaría enganchado a algunas de las series de televisión de las que venimos hablando en esta página de un tiempo a esta parte, pero seguro que aún no tendría el grado de adicción que tengo ahora.

Porque ahora, el nombre de Martin Scorsese me impresiona, claro. Pero más aún me impresiona el de la otra parte que está detrás de “Boardwalk Empire”: Terence Winter.

Ahora pueden pasar dos cosas: que sepas de quién hablo o que no.

Y es que el mundo catódico del siglo XXI se divide en dos clases de personas: los que conocen el nombre de tipos como Terence Winter, David Simon, David Chase o Aaron Sorkin y los que no.

En concreto, Terence Winter estaba detrás de “Los Soprano”, una de las series que revolucionó el panorama televisivo del siglo XXI. Y, por eso, su presencia en esta nueva epopeya mafiosa, aunque la acción se traslade a los años 20, nos resultaba de lo más estimulante. A priori.

Una vez visto el piloto de “Boardwalk Empire”, dirigido por el propio Scorsese, ¿qué tenemos que decir?

Pues, en una palabra: que… ¡mola!

Me gustó, mucho, ese primer episodio. Y me gustó, mucho, el protagonismo del personaje de Enoch “Nucky” Johnson, interpretado por un extraordinario Steve Buscemi. Un personaje cuya carga de estrés, ansiedad y responsabilidad no le augura nada bueno, por mucho que vista unos trajes tan impecables como imposibles.

Me gustaron los secundarios. Y secundarias. Aunque a veces me perdiera en un complicado quién es quién, qué hace y por qué. Imagino que, a medida que pasen los episodios, nos iremos familiarizando con todos ellos.

Y me gustó el diseño de producción, la fotografía y la recreación de ese Atlantic City, con sus luces y sus sombras, las salas de fiesta y el puerto. Y las sacudidas de extrema violencia, súbita, seca y áspera.

Vamos que de “Boarwalk Empire” me gustaron hasta los andares.

Y juraría que, de aquí en adelante, me va a seguir gustando. Así que, como dice un gran filósofo… ¡Ya veremos!

Jesús Empírico Lens.

EN LA MUERTE DE MORENTE

Pocas cosas originales o sabias podremos decir en este momento, cuando se ha confirmado la muerte de Enrique Morente. Yo recuerdo un día, paseando por el Albaycín, que Enrique pasó conduciendo su coche. O en Salobreña, aquel Nuevas Tendencias, donde vi un trozo del Omega en directo… Omega. Y Morente. Siempre en el recuerdo. Muchos se vosotros tendréis anécdotas, historias compartidas… A mí me queda el Omega. Nada más. Y nada menos. Como enlazamos un poco más abajo.

Un abrazo.

Porque este proyecto ya nunca verá la luz. Como tantos otros, personales, profesionales, íntimos, artísticos, vitales… que la muerte ha segado de golpe.

COPIA CERTIFICADA

Comentábamos hace unos días que, a veces, hacemos programas dobles de cine. Y que, tras disfrutar de la exhuberancia estética de ESTA “Flamenco, flamenco” nos dimos el gusto de ver la última película del venerado y veterano iraní Abbas Kiarostami que, por primera vez, ha rodado fuera de su Irán natal.

La trama de “Copia certificada” se desarrolla en la Toscana italiana, a lo largo de un puñado de horas en que un escritor y una galerista de arte se encuentran y comparten una tranquila excursión por la región, antes de que él tenga que tomar el tren para marcharse.

El personaje interpretado por William Shimell acude a presentar un libro en que defiende que, en arte, las copias deberían tener mayor relevancia de la que tienen ya que históricamente se ha puesto el acento en la originalidad, en la pieza única y maestra, cuando no debería ser así. Una película que enlaza con ESTO que escribíamos ayer, sobre el atrás y el adelante.

La galerista, interpretada por Juliette Binoche y más que merecidamente ganadora de los premios a la mejor interpretación por este papel tanto en el Festival de Cannes como en el de Valladolid, defiende la importancia de la originalidad, aunque lleve a su interlocutor a visitar una de las copias más famosas de la historia del arte, albergada en un museo de la región.

Cuando hacen un alto en su camino para descansar, la camarera del café en que entran interpreta que son marido y mujer y, mientras él atiende una llamada de teléfono, ellas aprovechan para hablar de las relaciones de pareja. Y, desde ese momento, entre los dos protagonistas se inicia un juego que tiene un punto de masoquismo y sufrimiento al simular que, en realidad, sí son pareja. Pero una pareja mal avenida. Una pareja de vuelta de todo. Una pareja que hace aguas y cuya relación está en vía muerta.

Ella, que se quedó con el hijo de ambos y ha tenido que educarlo sola; por una parte le reprocha su despreocupación. Por otro, intenta atraerle de nuevo a una vida familiar, a la vida compartida. A la vida de pareja.

El cine de Kiarostami, tan especial, te hace ser testigo de un pedacito de la vida de sus personajes. Que podríamos ser cualquiera de nosotros, con nuestras razones, sinrazones, errores y aciertos. Pero que son ellos. Los actores que, a través de un trabajo descomunal, nos mantienen imantados a la pantalla.

Una pena no haber podido ver la película en versión original para haber podido disfrutar de toda la tragedia y el dramatismo que rodea al personaje de la Binoche, un auténtico monstruo de la interpretación que, en “Copia certificada” está inconmensurable.

Una película para disfrutar sin prisas y sin urgencias. Como los buenos vinos o una buena comida. Como todo lo que merece la pena en esta vida.

Una película excelente, de las que dan que pensar y sobre la que te gustaría hablar con personas íntimas y cercanas, a ver qué opinan, cómo la ven y qué les parecen las tesis sostenidas por sus personajes.

¿Hablamos?

Jesús Lens.

CORREGIR, ROMPER, TIRAR, REESCRIBIR

“Corregir, borrar, reescribir, cortar, recortar… reordenar, recolocar, abrir, cerrar. Tirar, tirar, tirar, tirar. Y dejar atrás lastres ;-)”

Eso escribía en mi Twitter hace un rato, en plena vorágine dominguera de autoimpuesta esclavitud.

Porque esto de los repasos y las correcciones, como escribíamos AQUÍ, es una tortura. Pero necesaria, si queremos hacer un trabajo digno y decente que os guste a la hora de leer el resultado.

El caso es que, para no despistarme, rehabilité mi despacho, quitándome de la tentación de la tele, el Satélite, el DVD, la Sierra llena de nieve… yo es que me distraigo con una mosca.

Un despacho lleno de libros. Y de papelajos, fruto de mi inveterado vicio por los recortitos, de lo que hablaba AQUÍ.

El caso es que, a la vez que corrijo el texto de “Café-Bar Cinema”, voy ajustando cuentas con el pasado que, en el despacho, me asalta por doquier.

Tirando papeles, recuerdos, notas, mensajes… me deshago de un pasado, más o menos reciente, que ya no me aporta, no me sirve, no me gusta, no me interesa. Soltar lastre. Dejar espacio y hueco para lo que esté por venir. Porque el Tiempo, como escribíamos ESTA MAÑANA, es traicionero.

Igual, estoy cambiando la decoración: cuadros, imágenes, fotos, figuritas, libros…

A ratos leo, subrayo, tacho y reescribo.

A ratos miro, leo, veo, recuerdo… y tiro, rompo y sepulto.

Cuando se abre la veda del romper, se rompe. ¡Vaya si se rompe! De repente y a nada que lo piensas, eso que en su momento tanto te preocupó, ahora sientes que te importa un carajo. Aquello que tanto te hizo sentir, ahora no te dice nada. Eso sin lo que no podías vivir, ahora no te parece más que un mero trámite. Lo que entonces tenía un valor incalculable, ahora no vale más que un puñado de céntimos. Lo que te conmovía hasta las lágrimas, ahora te deja frío como un carámbano. Insensible. Impasible. Indiferente.

¡Uf! No pensaba yo que un fin de semana de enclaustramiento y acartujamiento podía dar tanto de sí.

¡Menudo proceso de adelgazamiento vital!

Siento que me he quitado un buen puñado de kilos de encima.

Ahora, a buscar con qué recuperarlos, para volver a engordar. No vaya a quedarme enflojinao.

Jesús en tránsito Lens