Estábamos en un lugar llamado la Quebrada del Diablo, viendo formaciones rocosas imposibles, cuando aparecieron dos ciclistas, que están recorriendo Sudamérica sobre dos ruedas. Ella es rubia y francesa. Él, ecuatoriano y negro zahíno. Salieron de Buenos Aires hace seis semanas y quieren recorrer unos 20.000 kilómetros, en dos años. Pedaleaban en vaqueros y camiseta y sus bicicletas pesaban quintales, pero no dejaban de sonreír, eufóricos. Y mira que estábamos en una zona con fuertes desniveles y en la que el viento arrastraba un polvo desértico, como si de una película de John Ford se tratara.
Y nos cuenta una anécdota que les pasó hace unos días, cuando estaban en un pueblito diminuto y escucharon a un niño pequeñito decirle a su padre:
– ¿Y por qué no matas al negro, lo secamos, y lo sumamos a la colección?
Jesús en ruta Lens.