Se acabó lo que se daba, se terminó el puente y volvemos a la cruda realidad de un lunes que promete ser terrible.
¿Cómo lo afrontas? ¿Cómo lo llevas? Y, lo que es más importante: ¿has hecho, terminado, ejecutado, disfrutado y/o concluido lo que fuera que te propusiste al empezar este Acueducto, hace ya diez días?
Yo he fracasado, miserablemente, en uno de los deberes que me había autoimpuesto: escribir un cuento para el certamen de relatos de invierno que todos los años convoca IDEAL.
¡No ha habido manera!
Estaba seco y estrujado. La imaginación por los suelos. Missing. Desaparecida. Sin comparecer.
Cuando me pasan estas cosas, me calzo las zapatillas y me voy a correr. Y suelo venir, si no con ideas, sí con la cabeza más clara y con las neuronas más receptivas. Si hubiera leído con más atención a Punset, os diría la parte creativa del cerebro que a mí se me espabila, lo mismo corriendo que bebiendo Alhambras Especiales, con los amigos.
Pero no me atrevo a echarme a los caminos, dar algún resbalón o mal paso y a que se me abran los puntos de la espalda, que solo me faltaba tener una infección o algo así. Que poca cicatriz ha hecho la herida en estos días.
Así que, como no daba con la tecla para el relato, escribí un no-relato que justifique el porqué no escribí el relato, y que publicaremos el 24 de diciembre, claro.
Por lo demás, bien.
Porque el hecho de no haber escrito el relato no significa que no haya escrito. De hecho, apenas he hecho otra cosa que escribir. Y ver películas. Como “The company men”, una de esas películas sobre la crisis que os recomiendo ver. Y comentar. Y “Los demonios de la noche”. Y alguna otra.
Hablando de todo lo cuál… ¿eres un iPadicto? ¿Alguna App especialmente recomendable que se te ocurra?
En fin. Que esto se acaba y que mañana, todos calvos.
Be Happy, Monday-Men