De ladrones y estafadores en Canal +

¡Qué fuerte!

Me ha llamado una chica de Digital + para decirme que los técnicos que hacen sus instalaciones son unos ladrones y unos delincuentes.

Tengan ustedes cuidado.

Les explico: por haberse quedado obsoleto el iPlus que COMPRÉ (sí, yo fui de los gilipollas que lo compraron) hace dos o tres años, fui a una tienda a ver la posibilidad de que me lo cambiaran por otro, dado que había hecho una petición a través de Internet y no obtuve respuesta alguna.

El caso es que el hombre de la tienda me dijo que tenía que dar de baja y de alta la tarjeta, porque era necesario un cambio de titularidad, pero que no me preocupara, que el técnico se llevaba la tarjeta antigua y que él mismo se encargaba de tramitar la baja.

Cuando veo los movimientos de mi cuenta, en enero, hay dos cargos de Digital +, por lo que procedo a devolver el recibo que no corresponde.

Y entonces sí. Entonces sí que comienzan las llamadas. Llamadas que, en cuanto contestas, te ponen una musiquilla durante dos minutos. Imagino que así parece que la persona que te ha llamado está haciendo algo. A efectos de control interno, supongo.

Tras los dos minutos de espera, y tras una agria conversación en la que la operadora no escucha nada de lo que le digo, la chica me señala que un técnico no puede llevarse una tarjeta, que las bajas han de tramitarlas los usuarios y, por tanto…

¡¡¡¡QUE ME VAN A RECLAMAR LA TARJETA, SU IMPORTE Y YO QUE SÉ QUÉ MÁS!!!!

Claro, si eso es así, resulta que el técnico en cuestión es, lisa y llanamente, un ladrón.

Y, por supuesto, en el momento en que a mí me reclamen la dichosa tarjeta, pienso ir a la policía, al juzgado de guardia o a dónde sea menester para denunciar por robo, allanamiento, apropiación indebida, estafa, etc. tanto al técnico que se llevó la tarjeta como al fulano de la tienda que me dijo eso tan español de “usted no se preocupe”.

En fin.

Que mucho ojo con Digital +, sus ofertas, sus técnicos, sus comerciales y sus teleoperadoras. Porque estás un miércoles, tranquilamente, leyendo; y de golpe llaman moroso y estafador cuando los sinvergüenzas y los estafadores son ellos, de ser así las cosas.

Veamos qué blogueábamos en 2009, 2010 y 2011

The Artist

Era tanto y tan bueno todo lo que se oía y leía sobre “The Artist” que parecía imposible que estuviera a la altura de las expectativas generadas. Por ejemplo, al volver a casa, impactado y maravillado, después de verla en la nutrida sesión de las 5 de la tarde de un miércoles de principios de enero, mi Cuate me mandó un mail con el listado de premios, reconocimientos y galardones que ha obtenido la película.

¡Y lo que te rondaré, morena!

Reconozco que dudé acerca de ir o no ir a dicha sesión. La noche anterior había dormido poco, pero mal y cuando Pepe me dijo de tomar algo a la salida del curro y verla a primera no las tuve todas conmigo.

Pero como soy un facilón, me tiré al barro: birra helada, pescado frito y película en blanco y negro. Y, encima, muda. ¡Ya habría tiempo para dormir!

Porque, y esto ya lo sabe hasta el más recalcitrante de los aficionados al cine, “The Artist” es en blanco y negro. Y muda. Sí. Muda. Muda de no hablar. Muda. Con cartelitos de los que explican qué dicen los actores Una película como las de antes. Como las de un antes anterior a cualquier antes que podamos imaginar.

Porque ni tú, ni yo ni prácticamente nadie que conozcamos vio jamás una película muda de estreno, si exceptuamos alguna cosita de Mel Brooks, en plan paródico.

¡Qué fuerte, ver en pleno siglo XXI, una película hecha a la manera en que se hacían en el siglo XIX!

Y, sobre todo, ¡qué fuerte lo bien hecha que está, la cantidad de sensaciones que transmite, la de cosas que cuenta, su frescura, su clasicismo y, paradójicamente, su modernidad!

Se me hace difícil escribir sobre “The Artist”. Primero, porque todo el mundo ha hablado tanto sobre ella que resulta complicado decir algo nuevo, diferente u original. Y, segundo, porque describir con palabras una película muda tiene algo de sinsentido, de extraño, de contradictorio.

¡Pues claro que los actores están geniales en sus papeles! ¡Por supuesto que ese perro merece un Oscar! ¡Sin duda que es difícil ser más elegante que el actor principal, un Jean Dujardin que arrasará con todos los premios de interpretación que haya que dar este año!

¿Y los secundarios no caninos? Ese conductor-asistente interpretado por James Cromwell, uno de los villanos habituales de Hollywood. El gran (en todos los sentidos) John Goodman. El enigmático Malcom McDowell.

Y Bérénice Bejo, que se come la pantalla. Y la música, esplendorosa.

¡Qué bueno, en fin, que Francia siga produciendo y creyendo en un cine a contracorriente y que se haya rendido al guión y a la dirección de Michel Hazanavicius, produciendo una película a priori imposible como es “The Artist”!

No sé cuántas cosas sorprendentes nos reservará 2012. (En una dimensión positiva y optimista, quiero decir) Pero será difícil que nos olvidemos de ésta.

Así las cosas, no es de extrañar que entre los aficionados al cine, la pregunta clave de estas semanas sea la obligatoria y necesaria: “¿has visto ya “The Artist”?

¡Gracias, Cuate, por organizar una estupenda excursión a Multicines Centro, el único reducto granadino del cine independiente y a contracorriente!

Jesús mudo y en blanco y negro Lens