Me despertó un sonido extraño, monótono y amenazador. Salí de la cama y me acerqué a la ventana. Descorrí la cortina y levanté la persiana. El cristal estaba todo salpicado.
Cerré la ventana de inmediato y bajé la persiana. Volví a la cama y, refugiado bajo el nórdico, encendí el iPad.
Allí estaba el titular, cinco columnas para una sola y enigmática palabra:
“Llueve”
Este relato tiene una versión reducida y absolutamente minimalista, que rezaría simple y obviamente:
“Llueve”
Y, además, hemos escrito una variación sobre el mismo tema:
“Al despertar, me asomé a la ventana y, viendo que llovía, rompí a llorar.”
Jesús secano Lens
¿Qué subimos a esta bitácora los 14 de enero de 2009, 2010 y 2011?