A ver. Escribir, escribo. Reseñas, columnas, notas y un montón más de cosas. Pero cuando toca ponerse a escribir un cuento, un relato, las ideas no llegan. O se escapan. No fluyen. Y se evaporan. Y escribir sin ideas…
Ya empezó a pasarme con el cuento de navidad de este año. Pensé que, como era algo tan especial y tasado, no tendría importancia.
Me he pasado las Navidades currando como un demente en un nuevo proyecto, que está quedando bien, pero que no requiere de emplear grandes dosis de ficción.
La alarma saltó al leer esta convocatoria, que parece hecha pensando en alguien que se ha despachado un libro sobre bares de cine y al que le encantan los cuentos: relatos de cerveza ficción.
Me encanta el manifiesto sobre lo que es, y debe ser la Cerveza Ficción. Y lo comparto radicalmente.
Pero no soy capaz de construir nada que se parezca a un buen relato de Cerveza Ficción.
¡Estoy bloqueado!
Veía el otro día uno de los primeros episodios de la serie “Alcatraz”, lo más nuevo, lo ultimísimo de J.J. Abrams. Una joven inspectora que anda buscando a un fugado intenta “meterse” en su piel. Y para ello se encierra en su celda, sola, en compañía tan solo de los utensilios y efectos personales del preso. Y pasa allí la noche.
¿Hasta dónde hay que llegar la romper un bloqueo creativo? ¿Qué se puede/debe hacer y qué línea no se puede/debe cruzar?
En fin.
Que se busca una (buena) idea para un relato de cerveza ficción.
Se recompensará.
Jesús bloqueado Lens