The Artist

Era tanto y tan bueno todo lo que se oía y leía sobre “The Artist” que parecía imposible que estuviera a la altura de las expectativas generadas. Por ejemplo, al volver a casa, impactado y maravillado, después de verla en la nutrida sesión de las 5 de la tarde de un miércoles de principios de enero, mi Cuate me mandó un mail con el listado de premios, reconocimientos y galardones que ha obtenido la película.

¡Y lo que te rondaré, morena!

Reconozco que dudé acerca de ir o no ir a dicha sesión. La noche anterior había dormido poco, pero mal y cuando Pepe me dijo de tomar algo a la salida del curro y verla a primera no las tuve todas conmigo.

Pero como soy un facilón, me tiré al barro: birra helada, pescado frito y película en blanco y negro. Y, encima, muda. ¡Ya habría tiempo para dormir!

Porque, y esto ya lo sabe hasta el más recalcitrante de los aficionados al cine, “The Artist” es en blanco y negro. Y muda. Sí. Muda. Muda de no hablar. Muda. Con cartelitos de los que explican qué dicen los actores Una película como las de antes. Como las de un antes anterior a cualquier antes que podamos imaginar.

Porque ni tú, ni yo ni prácticamente nadie que conozcamos vio jamás una película muda de estreno, si exceptuamos alguna cosita de Mel Brooks, en plan paródico.

¡Qué fuerte, ver en pleno siglo XXI, una película hecha a la manera en que se hacían en el siglo XIX!

Y, sobre todo, ¡qué fuerte lo bien hecha que está, la cantidad de sensaciones que transmite, la de cosas que cuenta, su frescura, su clasicismo y, paradójicamente, su modernidad!

Se me hace difícil escribir sobre “The Artist”. Primero, porque todo el mundo ha hablado tanto sobre ella que resulta complicado decir algo nuevo, diferente u original. Y, segundo, porque describir con palabras una película muda tiene algo de sinsentido, de extraño, de contradictorio.

¡Pues claro que los actores están geniales en sus papeles! ¡Por supuesto que ese perro merece un Oscar! ¡Sin duda que es difícil ser más elegante que el actor principal, un Jean Dujardin que arrasará con todos los premios de interpretación que haya que dar este año!

¿Y los secundarios no caninos? Ese conductor-asistente interpretado por James Cromwell, uno de los villanos habituales de Hollywood. El gran (en todos los sentidos) John Goodman. El enigmático Malcom McDowell.

Y Bérénice Bejo, que se come la pantalla. Y la música, esplendorosa.

¡Qué bueno, en fin, que Francia siga produciendo y creyendo en un cine a contracorriente y que se haya rendido al guión y a la dirección de Michel Hazanavicius, produciendo una película a priori imposible como es “The Artist”!

No sé cuántas cosas sorprendentes nos reservará 2012. (En una dimensión positiva y optimista, quiero decir) Pero será difícil que nos olvidemos de ésta.

Así las cosas, no es de extrañar que entre los aficionados al cine, la pregunta clave de estas semanas sea la obligatoria y necesaria: “¿has visto ya “The Artist”?

¡Gracias, Cuate, por organizar una estupenda excursión a Multicines Centro, el único reducto granadino del cine independiente y a contracorriente!

Jesús mudo y en blanco y negro Lens

¡Raquel nos trae dCabeza!

Querida Raquel:

Lo estabas pidiendo a voces.

Tú, amante de las palabras, enamorada de la gramática y tan adicta a los diccionarios como Charlie Sheen a… bueno, a casi todo lo que puede ser adictivo; estabas pidiendo a voces tener un blog.

Porque las redes sociales, el Twitter y el Facebook, los buzones de mensajería instantánea y los mails están muy bien, pero no son suficientes.

Aunque llevas mucho tiempo trabajando entre letras y palabras, hay muchas cosas que solo se pueden escribir, decir y publicar desde una tribuna individual, privada y personal.

Y tú tienes mucho que decir. Y que contar, opinar, proponer, debatir, sacar a colación, expresar, discutir y comunicar.

Por todo ello, ¡enhorabuena! ¡Y gracias! Estoy convencido de que esta nueva bitácora, dCabeza, nos va a proporcionar muchas y muy buenas alegrías.

Habrá veces que pienses que, en vez de dCabeza, le tendrías que haber puesto dCulo: estarás cansada, harta y, quizá, sin ganas de escribir.

Todo eso es pasajero. Las ganas siempre vuelven. Igual que, a veces, se van.

¿Todos los días? Quizá no todos, pero sí la mayoría. Y no siempre hay que escribir. A veces una foto, una imagen o enlazar un artículo es más que suficiente. ¡Como tú te sientas! ¡Como tú lo sientas!

Es curioso y sintomático. Ahora, la edición digital de El País se está encontrando con la sorpresa de que artículos o reportajes publicados hace meses, incluso años, son redescubiertos por lectores que los lanzan a las Redes Sociales y acaban convirtiéndose en lo más leído del día. Ejemplo: El negro. Majestuoso.

La actualidad no siempre manda. O, quizá, hay temas que nunca pasan de moda y siempre son actualidad.

Así que, no te agobies. Escribe tan bien como sabes y cuenta lo que te apetezca contar. Es tu espacio, es tu bitácora.

¡Es tu cabeza!

Conste que esta cabeza es una metáfora. Nada más 😉

Y gracias a tu, a vuestra feliz iniciativa, ahora podremos saber, un poquito mejor, que fluye, borbotea y ruge ahí dentro.

¡Seremos testigos de excepción de tus conexiones neuronales!

Seguidores impenitentes, jueces implacables.

Querida Raquel, has traspasado la línea de no retorno.

¡Bienvenida al Infierno! 😉

Jesús bloguero Lens

A ver qué blogueábamos los pasados 10 de enero: 2009, 2010 y 2011.

El debate: ¿Demo, Party o MerKracia?

Segundo lunes del año y segunda propuesta de debate. A ver si cosechamos más éxito que con la primera, en la siempre se puede volver a hablar, claro.

 

En los últimos años, en España, se decía no había una verdadera Democracia, sino una Partitocracia que, en muchos casos, acabó siendo una Happy Party en la que muchos representantes públicos se lo llevaron crudo. Y, además, sin ningún disimulo.

Quizá el mejor resumen de todo ello sería la frase acuñada por el 15-M: “No nos representan”.

Ahora, sin embargo, la crisis parece haberse llevado por delante no ya la democracia, sino incluso a los partidos. Lo que ha pasado en Grecia e Italia, así lo acreditaría.

¿Pensáis que hemos entrado, de verdad y sin máscaras, en una MerKracia, o sea, el gobierno de los Mercados, encabezado por doña Ángela Merkell?

Jesús Lens.