Granada, parada (con Alhambra al fondo)

Hoy publicamos este artículo en IDEAL. Y lo usamos como aPostado ya que pocas recomendaciones más sugerentes para este ardiente agosto que una Alhambra bien fresquita, en la mejor compañía. Al menos, mientras nos dejen. Porque el tema… ¡lean, lean!

Parada, inmovilizada, esclerotizada y maniatada. Así está Granada, no solo una de las provincias españolas con mayor tasa de paro, el 36,5%, sino la que más desempleados ha producido en el segundo trimestre de 2012. Contrasta este dato con el bochornoso episodio de confrontación que están protagonizando, nuevamente, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía, esta vez con Cervezas Alhambra como arma arrojadiza.

De las Alhambra, como de los marranos, me gustan hasta los andares. No solo soy un fiel consumidor de Especiales, Normales y, esporádicamente, de la 1925; sino que soy prescriptor, recomendador y embajador oficioso de Cervezas Alhambra por toda España. Y parte del extranjero. Así, asisto atónito a la polémica interinstitucional acerca de los ruidos provocados por la fábrica, las sanciones de la Junta y los estruendosos silencios de unos, que contrastan con la muda algarabía de los otros. Porque, en éste, como en tantos y tantos asuntos; lo que parece primar entre el PP y el PSOE no es tanto la búsqueda de soluciones, como el quedar por encima del otro. O, peor aun, que el otro quede por debajo del uno.

Es como si dos conocidos se citan en un bar, piden dos Alhambras y, en vez de centrarse en su paladar, en su intenso sabor, en el frescor y en el bienestar que provoca su ingesta; agarrasen las botellas por el cuello y las golpeasen contra la barra para, una vez rotas y convertidas en armas letales, agredirse con ellas, sin haber disfrutado siquiera de uno de los mayores y más sencillos placeres que hay en este mundo: ese primer sorbo que nos hace llorar de alegría y delectación.

Que los vecinos estén hasta el moño del follón, es normal. Pero no se puede olvidar que, cuando se construyeron y vendieron aquellos pisos, ya se sabía lo que había; que la fábrica de Cervezas Alhambra lleva ahí toda una vida. La situación, en cualquier caso, es insostenible, más allá de las medidas tomadas por la dirección de la empresa para mitigar circunstancialmente el inevitable ruido que conlleva toda actividad industrial.

Lo que sí nos hace llevarnos las manos a la cabeza es escuchar que el traslado de la fábrica a una zona propicia para el desarrollo de actividades industriales puede tardar diez años. Nos escandaliza, pero no nos sorprende: bien sabemos que Granada es la provincia con la Autovía Inconclusa más antigua de la historia de la Humanidad, el AVE más lento del mundo o el N-IKEA con más solera de toda Europa.

Entre imprecaciones y mamandurrias, entre desafíos y chulerías, Granada sigue parada y sin trabajo, los vecinos no pueden conciliar el sueño, la producción de cerveza está a medio gas y, por supuesto, en Málaga o Córdoba ya se frotan las manos, viendo acercarse la Alhambra a sus más acogedores y luchadores territorios. A los granadinos, claro, nos quedará llorar. ¡Jodida herencia nos dejaron Boabdil y su madre!

Jesús Lens

Hasta ahora, llevamos tres aPostados: Batman, un libro que no recomendamos y ¡Poder Viejuno! ¡Seguimos!

A ver, los 4 de agosto de años anteriores: 2008, 2009, 2010 y 2011

Giggs: ¡poder viejuno!

El tercero de los aPostados de este agosto reivindica a una figura «menor» dentro de los Juegos Olímpicos. Porque no solo de la ÑBA, Phelps, Mireilla o Bolt vive Londres… ¡poder viejuno! (Por cierto, gracias a Barrera por convertirnos en parte de su verano, como podéis leer aquí.)

Ryan Giggs, Ryan Giggs, running down the wing,

Ryan Giggs, Ryan Giggs, running down the wing,

Feared by the blues, loved by the reds,

Ryan Giggs, Ryan Giggs, Ryan Giggs.

Cántico de los aficionados del Manchester United

Hace muchos, muchos años, cuando un servidor ejercía como abogado y el Turno de Oficio aun pagaba las guardias y las asistencias a los detenidos; Internet era algo que, al conectarse, hacía ruidos y gemía como los goznes de una casa antigua en una noche de tormenta. Recuerdo aquellos extraños lamentos de la línea telefónica porque prácticamente todos los días me iba a la habitación de mi hermano para jugar al novedoso y extraordinario PC Fútbol y su Liga Manager, en la que eras a la vez el presidente, el entrenador, el mánager y hasta el psicólogo de tu equipo.

El programa valoraba a los jugadores entre el 1 y el 100. Los mejores jugadores, con un noventa y pico de valoración, eran Stoichov, Cantona y Overmars, creo recordar. Y había por ahí una estrella emergente, que apenas sobrepasaba los 80 de valoración, llamado Nazario, posteriormente conocido como Ronaldo. El de entonces. El vividor. El gordo. El de amarillo. El brasileño. El genio.

Pero entre los grandes cracks de aquel primitivo PC Fútbol, igualmente valorado con un noventa y pico, también se encontraba un lateral zurdo del Manchester United, de origen galés: Ryan Giggs.

¡Dos grandes viejunos, todavía en activo... y revoltosos!

Si están ustedes siguiendo los Juegos Olímpicos y no han abominado del fútbol tras la debacle y el ridículo del combinado español (ya solo el nombre de La Rojita es sonrojante) estén atentos al equipo de Gran Bretaña, capitaneado por un “joven” jugador que ya no sube la banda izquierda a la velocidad del rayo para centrar misiles al área contraria, sino que, más centrado, sabe cómo templar, mandar y dirigir a su equipo desde la solvencia, la sapiencia y la experiencia de quién debutó en 1991, con 17 años, en Old Trafford, el mítico estadio del no menos mítico Manchester United. Su nombre: Giggs. Ryan Giggs.

A nada que hayan puesto las neuronas a funcionar y hayan echado cálculos, les habrá salido que, efectivamente, Giggs tiene ya la friolera de 38, para 39 años (los cumple en noviembre).

¡39 tacos y ha renovado, un año más, con el United, equipo en el que sigue jugando partidos de la Premier League y la Champions! Treinta y nueve primaveras, 876 partidos oficiales disputados con los Red Devils, 33 títulos ganados y, sobre todo, un récord absolutamente fantástico: nunca ha sido expulsado en los 909 partidos que ha jugado, en las diferentes competiciones en las que ha participado.

Tan es así que, en 2003, en el cénit de su carrera, el inefable Homer estaba viendo la televisión y se sorprendía en uno de los episodios de “Los Simpson”, exclamando: “¿Pueden creer que han amonestado a Giggs?”

Y, sin embargo, Giggs no es ningún ser apocado, blandito o timorato. Cuenta la leyenda que, una noche, Beckham le pidió ayuda ya que alguien había entrado a robar en su casa. No tardó el galés en presentarse en el hogar de su compañero y amigo acompañado de… un bate de beisbol.

Ahora que otro jovencito incombustible, Roberto Carlos, se ha retirado; ahora que Vinokurov ha anunciado su adiós, después de hacerse con la medalla de oro de ciclismo en ruta; a la generación de los primeros setenteros cada vez nos quedan menos espejos en los que mirarnos, si buscamos a deportistas de élite, de primera línea mundial, competitivos, comprometidos, luchadores y ganadores.

Así las cosas, Ryan Giggs es, hoy más que nunca, uno de esos referentes a los que admirar y reverenciar. Por su tenacidad, por su espíritu de sacrificio y por su voluntad.

¡Larga vida (también deportiva) a Giggs!

Jesús admirativo Lens

Éste ha sido el tercer aPostado de agosto. Los anteriores: «Batman» y «Ejército enemigo«. ¡Seguimos!

¿Y el 3 de agosto de 2008, 2009, 2010 y 2011?

Entre el fuego y el precipicio

Leyendo la narración de los momentos de pánico que se vivieron en Portbou cuando se declaró el incendio que ha asolado el Ampurdán, no pude evitar hacer una analogía con la actual situación de la economía española, con todo el respeto por las personas fallecidas y heridas en la tragedia.

Según parece, cuando se extendió el fuego provocado por la impaciente colilla de un conductor aburrido, las personas que estaban varadas en mitad del típico atasco de un fin de semana de verano se vieron obligadas a tomar una súbita decisión. ¡Qué sangrante, el contraste: pasar del disfrute de un domingo de sol y playa a tener que luchar por salvar tu vida!

De las doscientas personas que se encontraron frente una lengua de fuego que amenazaba con abrasarlas vivas, ciento cuarenta decidieron quedarse quietas y esperar a ver qué ocurría. Por el contrario, las otras sesenta optaron por poner pies en polvorosa y huir de la amenaza, aunque eso supusiera tener que bajar por un escarpado acantilado repleto de rocas sueltas y espinosos cactus. Un descenso para el que, con un calzado inadecuado, la mayoría de las personas no estaban preparadas. Magulladuras, ansiedad, pinchazos, pies rotos, sufrimiento y episodios de heroísmo y solidaridad fueron el balance principal de una odisea imprevista y, hasta cierto punto, obligatoria.

La travesía culminó con éxito para todos los expedicionarios, excepto para cinco franceses que, presas del pánico, se arrojaron al mar desde distintas alturas del acantilado. De los cinco, tres sufrieron heridas de distinta gravedad y se encuentran hospitalizados. Otros dos, sin embargo, perdieron la vida.

Llevamos semanas escuchando que la economía española está al borde del precipicio y no dejamos de leer todo tipo de análisis, vaticinios y previsiones; cada uno más catastrofista e intranquilizador que el anterior. Mientras que el gobierno y los poderes públicos optan por mantenerse a pie firme, esperando que el viento cambie la dirección del fuego; cada vez hay más partidarios de adentrarse en el acantilado, abandonar la zona de riesgo y buscar la salvación de una forma activa y diferente a la de, sencillamente, esperar.

Como ciudadano, cada vez me siento más estupefacto e impotente ante el panorama al que nos enfrentamos. Entiendo incluso a quiénes quieren saltar, esperando encontrar la salvación definitiva ahí abajo, en mitad de las aguas. Pero no puedo dejar de pensar que aquellas ciento cuarenta personas que esperaron a ver qué pasaba, finalmente pudieron subirse a su coche para volver a casa.

En determinadas ocasiones, la vida nos sitúa en escenarios y momentos que nos obligan a tomar decisiones tan trascendentales que marcarán nuestro futuro. España se encuentra, ahora mismo, en esa encrucijada: al borde del abismo y hostigada por una lengua de fuego que amenaza con calcinarla. ¿Cambiará el viento? ¿Bajarán las temperaturas y se aplacará el fuego? ¿Llegarán a tiempo los bomberos y los equipos de salvamento? ¿Saltaremos? ¿Habrá agua debajo?

Jesús Lens

El por y el para qué

Pocas veces, tan pocas palabras han sido tan explicativas y justificadoras de una idea, un proyecto, un trabajo que nos llevará decenas y decenas de horas de esfuerzo y placer; de ver, buscar, leer, escrutar, resumir, compilar y, sobre todo, escribir y teclear.

Y en ello estamos.

Avanzamos.

¡Y seguimos!

Jesús #Áfricacine Lens

Veamos, los anteriores 2 de agosto: 2008, 2009, 2010 y 2011.

¿No va más?

Aplazo la entrada que tenía programada para esta hora. Porque, tal y como pintan las cosas, una pregunta no deja de atormentarme:

¿Terminarán por ser éstas la película y la banda sonora del año?

Pareció que sí. Después que no. Pero, a 2 de agosto, cuando el mundo tiende a paralizarse, Ángela se va a la montaña para adelgazar (se podía llevar a la Prima con ella) y Mariano piensa en relajarse en Pontevedra… ¿hay quién pare la inmensa bola de nieve que viene rodando desde lo alto de la montaña, crecida, hace ya muchos meses?

Entre el Fondo de Rescate y un Rescate a Fondo, apenas hay diferencia. ¿O sí? Ahora nos aprestamos a vivir auténticos combates dialécticos y conceptuales al estilo Barrio Sésamo, para diferenciar entre ayudas y rescates, por ejemplo. Entre acciones e intervenciones. Entre auxilio y socorro. Entre echar una mano y echarla al cuello. Entre insuflar y asfixiar.

El batacazo del rey, por la mañana, no ha tenido ni punto de comparación con el que el Íbex se ha pegado unas horas después. Y menos mal que los Mercados han cerrado. Que ya podrían alargar el fin de semana y no abrir hasta el lunes. Aunque…

En fin. Que Francis & Jim tienen la palabra…