9 días más

Las autoridades recuerdan que el fin del mundo, según las teorías mayas, está fijado para el 21 de diciembre del corriente 2012, no para el 12-12-12, como algunos se empeñan en creer y propagar, sembrando la confusión entre la gente.

 

Es cierto que el comportamiento de los mercados, la Prima, los defraudadores, las SICAV, las agencias de calificación y los defraudadores de impuestos parecen haberse empeñado en que no lleguemos hasta el 21 y en hacer que todo el tinglado salte por aires antes de tiempo.

Por favor, insisten las autoridades: seamos razonables y racionales.

Todo está preparado y dispuesto para que el fin del mundo llegue el día 21. No cometan locuras ni hagan tonterías, pensando que la fecha señalada es la del 12. No hay ningún indicio racional, más allá de los acontecimientos en Grecia, que hagan prever el fatal desenlace para esa fecha.

Este resto arqueológico es claro indicio de los mayas sabían lo que se decían

Por tanto, seamos felices y disfrutemos. Si creías que el 12 era el día señalado, te acabas de encontrar con una prórroga de 9 días. Aprovéchala.

Eso sí. Lo de comprar lotería de Navidad, este año, se antoja realmente estúpido. Como todos los precedentes, por otra parte. Pero en esta ocasión, nunca será de tanta aplicación el viejo adagio de que la mejor lotería es el ahorro y la economía.

Sobre todo, si sobrevivimos al 21.

Recuerda. El final está cerca. El invierno ha llegado.

¡Arrepiéntete! (O no. Total… para lo que va a servir…) 😉

 

Jesús milenarista Lens

Ahora, a ver los 27 de noviembre de 2008, 2009, 2010 y 2011

¡Mou, quédate!

Querido Jose, parece que el idilio que mantenías con Florentino Pérez, tu presidente y el mío, no pasa por el mejor de los momentos y anda un poco mustio y de capa caída. Frío, frío. Frío, como en “Juego de tronos”… se acerca el invierno.

Hasta ahora, con cada crisis institucional -cuando echaste a Valdano, cuando has fichado a paquetes portugueses que no ocupan ni el banquillo, cuando te has enfrentado a determinados jugadores, cuando casi le saltas el ojo a Tito Villanova, cuando mandas a Karanka a dar la cara por ti, etcétera, etcétera- Florentino te ha apoyado y te ha defendido, a capa y espada.

Parece que ahora, cuando la has liado parda con la cantera, has puesto en el ojo del huracán a Iker o a Sergio Ramos y andas enlodando la posibilidad de que Casillas aspire a algún reconocimiento por encima de Cristiano; a Florentino se le está acabando la paciencia.

Eso y que, desde primeros de septiembre, el Real Madrid tenga la Liga perdida, claro.

Por eso es momento de gritar, aullar, clamar y exclamar: ¡Mourinho quédate!

Querido Jose, quédate porque, desde que llegaste a la Casa Blanca, mi vida es intelectual y socialmente mucho más rica y fructífera que antes. Pero que mucho más. ¡Dónde va a parar!

Desde que te hiciste con las riendas del club de mis amores, creo que solo he visto dos o tres partidos, y siempre porque ha habido gente en casa. Algunos Madrid-Barça y quizá alguna eliminatoria de Champions, el año pasado. Pero poco más. Y eso, claro, ¿sabes la de tiempo libre que me deja?

Tiempo para leer, para jugar al Apalabrados, para ver series y películas, escuchar buen jazz y para disfrutar del baloncesto de la ACB (¡ese prodigioso Real Madrid, eléctrico y electrizante, de Pablo Laso!) y la NBA.

Además, como tus continuos lloriqueos, menosprecios, insultos y mal humor ya aburren hasta a las ovejas (el seguimiento que te hace la prensa deportiva es interesado: tienen que rellenar horas y horas; páginas y páginas de información intrascendente) las victorias y las derrotas del equipo nos dejan indiferentes y, en las barras de los bares, hablamos de cualquier cosa antes que de fútbol.

Antes, si íbamos a quedar para ir al cine o tomar unas birras, tratábamos de que el evento no coincidiera con un partido del Madrid. O, al contrario, nos juntábamos para verlo y disfrutarlo. Ahora, nos da igual. Nos trae al fresco. Al pairo.

Querido Mou: no te vayas. Gracias a ti, el Real Madrid de fútbol ha dejado de ser importante en mi vida y ha dejado tiempo y espacio para muchos intereses y aficiones que, antes, se veían constreñidos y condicionados por mi pasión blanca.

¡Florentino, no le largues! No largues al portugués iracundo para traer a cualquier entrenador que nos vuelva a hacer sentir y vibrar con el equipo. ¡No nos vuelvas a hacer interesante el fútbol y nos obligues a volver a tener interés por los partidos del equipo de nuestros amores!

Ahora que nos hemos acostumbrado al ser y a la nada… ¡no te vayas, Mou! ¡No nos obligues a volver a abrigar esperanzas, deseos o ilusiones con el Real Madrid de fútbol!

Jesús exblanco Lens