Biblioteca

Pues sí, amigos. Estoy plenamente de acuerdo con los dos últimos sostiene del fin de semana.

Sostiene Edmundo de Amicis que «Una casa sin libros es una casa sin dignidad», al igual que Jaques Benigne Bossuet sostenía que «En Egipto se llamaba a las bibliotecas El Tesoro de los Remedios del Alma ya que en ellas se curaba la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás».

Biblioteca Novela Negra Lens

Me gustan mis libros. Como bien dice Colin Bertholet, si entro a la casa de alguien y la veo despojada de libros, se me cae el alma a los pies. De hecho, en lo primero que me fijo y donde más me gusta determe, al visitar un hogar, es en los anaqueles que albergan a esos fieles amigos.

Biblioteca Viajes Lens

Ahora, con el libro electrónico, podría pensarse que ya no son necesarias tantas baldas ocupando un espacio precioso. Es posible que todo el contenido de las imágenes que ilustran esta entrada cupiera de uno o dos de dicho mágicos artilugios. No lo discuto. Pero, desde luego, a mí no me gustaría entrar en mi casa y privarme de estas vistas.

Biblioteca Cine Lens

Aunque solo fuera por eso, por las vistas, nunca dejaría de comprar y atesorar libros.

Biblioteca Fotografía Lens

Porque, sostiene Jesús Lens: «Los libros son los que nos hacen libres».

Be Book, My Friend!

¿Nos seguimos en Twitter? Yo soy @Jesus_Lens

A ver los 9 de julio de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012, qué blogueé.

Alaya

¿Qué sería de la lectura de la prensa sin la foto diaria del paseíllo de la jueza Alaya, arrastrando su maleta, a la entrada y a la salida de su juzgado sevillano? El otro día lo comentaba con un compañero de trabajo y, sin embargo, amigo: ¿cuánto hay de postureo en la actitud de doña Mercedes?

Alaya

Item más: ¿está cobrando las horas extra que debe pasar con los papeles de los ERE en casa o debería irrumpir la Inspección de Trabajo, una tarde cualquiera, en su hogar, a ver lo que se cuece allá dentro? Sin entrar en la que se armaría si, aprovechando estos calores, a algún caco despistado y poco informado le diera por pegar un tirón a la trolley de la jueza, pensando que es una turista cualquiera…

 

El guante está lanzado: ¿postureo o denodada e infatigable trabajadora?

 

En Twitter también se admiten respuestas: @Jesus_Lens  

Ardiente Chano. Y desmelenado

Si la actualidad informativa lo permite, lo primero que leeré mañana en IDEAL, al despuntar el alba, será la crónica que Juan Jesús García haya escrito sobre la actuación de Chano Domínguez ayer sábado, en el maravilloso y adictivo Festival de Jazz en el Lago de Atarfe.

 Chano y Posé

Reconozco que iba predispuesto a que la cosa me gustara. En primer lugar, porque adoro a Chano. No es que lo crea… es que sé que es el músico al que más veces he visto en directo. Haciendo ayer la cuenta con mi Cuate, creo que me salen cerca de diez. La (pen)última, en la mismísima Nueva York, como lo contamos en ese enlace. Y la última, a pie de escenario, en el Granada Jazz Club (enlace que incluye vídeos grabados en riguroso directo)

 Chano Domíngez Granada

Bueno, la última… hasta ayer. En Atarfe, tras zamparnos unas bravas que eran bravas, unas Milnoh que estaban heladas, una morcilla muy de la tierra y unas chuletillas de cordero que no lo parecían.

Y todo ello, al fresco de un paraje mágico, en la Ermita de los Tres Juanes. Mientras Granada se abrasa de calor, a quince minutos hay un remanso de frescor que nos obligó, a eso de las dos de la mañana, a ponernos una sudadera.

Antes de que Chano le pegara fuego al escenario del Lago, Jesús Hernández trajo otra muestra de flamenco jazz. Pero más pausado. Más delicado y sencillo. Tanto que, entre el gentío y el trajín de la barra se perdían los matices de una música que alcanzó vuelo cuando Julián Sánchez dio cancha a su extraordinaria trompeta.

Y entonces llegó el Chano. A presentar sus “Flamenco sketches” o, lo que es lo mismo, su personal, único e intransferible homenaje al mítico “A kind of blue” de Miles Davis.

Mi disco, en concreto, está firmado por el gran Chano. Ea.
Mi disco, en concreto, está firmado por el gran Chano. Ea.

No lo olvido. A Miles. En las páginas de Ajoblanco. Sosteniendo que cuando escuchaba flamenco se ponía de rodillas.

Y aquí estamos, unos veinticinco años después, glosando las maravillas de un doble concierto de Flamenco Jazz, una disciplina que debería consolidarse en Granada como uno de sus distintivos musicales más importantes, como ya señalaba en este otro artículo de hace tiempo, tras una fructífera conversación con Antonio y Sergio Pamies.

 Chano Flamenco Jazz

Chano, ayer, estuvo brutal. Desmesurado. Incendiario. Arrebatador. Se ponía de pie, saltaba, aporreaba las teclas del piano, invitaba a un bailaor a que pespunteara magistralmente los acordes de Miles y… ¡se sacó de la manga un sintetizador que, colgado del hombro, fue utilizado igual que un combatiente usa el AK-44, acribillándonos con andanadas y andanadas de notas que hacían blanco en un público entregado!

Foto cedida por Juan Jesús García
Foto cedida por Juan Jesús García

Amaga Chano con venirse a Granada. A vivir. A radicarse. Comenzó hablando de la magia de esta tierra. Quizá sería lo que nos haría falta para terminar de consolidar uno de los focos jazzistícos más importantes de España, gracias al trabajo de clubes como el Granada Jazz Club o el Fusión de Salobreña; de asociaciones como Ool Ya Koo (que presenta una atractiva programación para este verano, en la Plaza de las Culturas de CajaGRANADA) y, sobre todo, del buen hacer de Festivales como este del Lago y, por supuesto, del Jazz en la Costa , el Jazz en las Alpujarras y del decano, del Festival de Jazz de Granada.

 Jesús Lens y Chano Domínguez

Pero de todo ello hablaremos más adelante.

Hoy nos quedamos con el aroma a Cuerno de Chivo quemado que dejó la actuación de Chano en Atarfe.

¡Mons-truo! ¡Thelonius! ¡Qué nos vas a matar de…!

¿Nos vemos en Twitter? @Jesus_Lens

Mesing

No. El Mesing no es jugar como los ángeles al fútbol los fines de semana y defraudar a Hacienda los días de diario, como Messi. Ni es el gerundio anglófono de «mesar». No. I am nost messing my hair por los nuevos descubrimientos de Bárcenas a Pedro J.

Mesing

Mesing es la acción de trabajar sobre una mesa de mezclas por la que van pasando todo tipo de objetos, papeles y chismes raros, en un intento de dar con cosas chulillas e interesantes de cara a la nueva semana que ya empieza. Imágenes para el Blog y el Facebook. Aforismos. Recorticos. Historias… Mis folleteaícas, que diría en gran Andrés Sopeña.

¡Tratando de ser ingenioso, o sea!

Tony-Montana

Conseguirlo ya es otra historia.

Mientras sí, mientras no… ¡seguimos!

En Twitter: @Jesus_Lens

Y veamos los 8 de julio de 2008, 2009, 2010, 2011 y 2012 qué publicamos. Que seis años son toda una vida…

Antes del anochecer

Hay películas que, además de ser “propiedad” de su director, guionistas, intérpretes y del resto del equipo que las hacen posibles; también son tuyas. Y mías. Nuestras. Literalmente y en el sentido afectivamente patrimonial del término. Películas que forman parte de nuestra vida y sin las cuales nada sería igual. Quizá porque la vimos con aquella persona especial. O porque está vinculada a un suceso, a un acontecimiento que cambió nuestra existencia. Radical o, al menos, parcialmente.

 Antes del Anochecer

Hay películas, en fin, que las ves en un momento vital tan singular que se integran en tu yo más profundo y te acompañan por siempre jamás.

Para los cuarentones, la Trilogía de “Antes de…” forma parte de nuestra educación sentimental desde aquel ya lejano 1995 en que los personajes interpretados por Ethan Hawke (1970) y Julie Delpy (1969) se conocieron en un tren. Diez años después, Jesse y Celine volvieron a coincidir en París. Por sorpresa. Nadie se lo esperaba. Porque “Antes del amanecer” fue una de aquellas películas pequeñitas y discretas que, disfrutadas por un puñado selecto de espectadores, ni arrasó en taquilla ni se hizo acreedora de grandes premios.

“Antes del atardecer” nos trajo, en 2005, el reencuentro entre los dos personajes con el guionista y director Richard Linklater, nuevamente como testigo de excepción, y demostró una vez más que la magia, en el cine, es posible. 80 minutos de diálogo en los que la misma pareja de actores, que ya sí figuraban en los créditos como coguionistas, hacen avanzar una historia de amor que pareció imposible y que, sin embargo…

 Antes de

En 2013, Jesse y Celine ya peinan canas, sus rostros empiezan a estar surcados de incipientes y reveladoras arrugas y la lozanía, los sueños y las esperanzas de entonces han dejado paso a la confirmación de una realidad palpablemente contradictoria conformada por carreras profesionales tan exitosas como exigentes, una vida en común, un par de hijas compartidas… y todos los problemas inherentes a una pareja que empieza a tener más pasado que futuro.

La llegada de los 40.

La caída del viejazo, o sea.

La tercera entrega de esta saga, filmada con las tripas y el corazón es, de largo, la más dura, la más amarga y la más descarnada de las tres. Y, sinceramente, no podría ser de otra forma. Se suele decir que, a los 40, cada uno tenemos la cara que nos merecemos. Jesse sigue teniendo cara de niño. Ha crecido, pero mantiene incólume su sonrisa de malillo y su atractivo canalla. Celine, sin embargo, a pesar de su maravilloso culo francés y de la belleza de su parcial desnudez, está más perjudicada, más ajada y envejecida. Y la cámara no hace nada para disimularlo. Sobre todo, en la secuencia del hotel. Esas piernas hinchadas, esos tobillos inflamados…

 Antes del Anochecer Delpy

No. El tiempo no ha tratado con el mismo rasero a ambos protagonistas. Y eso se nota. Se nota en los diálogos, en las pullas y en las réplicas y contrarréplicas que vuelven a jalonar una película intimista y dialogada en la que la palabra es la protagonista absoluta, como en las dos entregas precedentes.

En este caso, y para ponernos en situación y explicar qué ha sido de nuestros dos protagonistas, dado que están juntos desde que se reencontraran en París y no sería muy creíble que ellos mismos nos contaran su vida, el guion, en una hábil pirueta, nos presenta a un grupo de amigos que disfrutan de una agradable comida antes de dar por concluidas sus creativas vacaciones en el Peloponeso.

Y ahí, en unos primeros quince minutos que podría haber filmado el mejor Eric Rohmer, los personajes hablan, bromean y juegan, para poner al espectador en situación y hacerle saber qué ha pasado en estos últimos años con Jesse y Celine, antes de dejarles a ellos nuevamente solos, frente a ese espejo que son los ojos de quiénes les vemos desde el otro lado de la pantalla.

 Antes del Anochecer actores

Un paseo al aire libre, una puesta de sol en un café, una habitación de hotel y nuevamente el café. Y la vida, claro. La vida que pasa. Y pesa. La vida de dos personas, con sus ilusiones y decepciones, con sus sueños y sus pesadillas. La vida. Su vida. La mía. La tuya. Nuestra vida.

Porque pocas veces una serie de películas ha estado tan apegada a la realidad de lo que cuenta y, sobre todo, es difícil pensar en otra trilogía que haya sabido captar las aspiraciones, los miedos y las desilusiones de toda una generación que, en Jesse y Celine hemos encontrado el mejor y más ajustado reflejo que el cine puede mostrar.

 Antes del Anochecer cartel

No sé si habrá cuarta parte, cuando estemos rondando los cincuenta. Hasta entonces, creo que sería una inmejorable idea, cuando “Antes del anochecer” esté en el mercado doméstico, ver la trilogía de una sentada… y hablar. Hablar, como decía Paul Auster, hasta que se nos suban los colores, “Blue in the face”.

Porque hay veces en que el cine solo es la excusa.

@Jesus_Lens , impresionado.