Las brujas de Zugarramurdi

Venga va. Digámoslo cuanto antes: la parte final de la película no le hace justicia a la primera y, como en otras ocasiones, a Álex De la Iglesia se le va la mano en un final desmesurado y alargado ¿innecesariamente?, pecando de una cierta propensión hacia lo elefantiásico que… ¡Demonios! ¡Bienvenida sea!

 Las Brujas de Zurragamurdi

En estos tiempos de mojigatería y de propensión hacia lo políticamente correcto, tiempos de no señalarse, de pasar inadvertidos, de disimular para que nadie se fije en uno… ¡qué gusto da empacharse con los excesos de Álex De la Iglesia!

De verdad, en esta época de escasez y del 21% de IVA que grava al cine, hagan por ahorrar el equivalente a cuatro cafés, tres birras o una copa y vayan al cine a ver “Las brujas de Zugarramurdi”. ¡El Día del Espectador, por ejemplo, que es más barato y habrá más gente en la sala!

 Las Brujas de Zurragamurdi Casas

Esta película es una de esas que, en compañía de otros, se ve y se disfruta más y mejor. En primer lugar, por su espectacularidad. Insistir, a estas alturas, en lo prodigioso de la secuencia del atraco en la Puerta del Sol no tiene demasiado sentido, ¿verdad? Está dicho, escrito, publicado y reconocido por todos. Y, por supuesto, el final Gargantuélico; que gana mucho en pantalla grande. ¡Dale, dale, Akelarre!

Pero es que, además, está el humor. El humor salvaje, bruto y animal. El humor basto, si quieren ustedes. Hiriente. Ácido. Sarcástico. Humor de cacharrería y de chatarrería que, compartido por varias docenas de espectadores, provoca más y mejores risas. Carcajadas. Porque en la oscuridad de la sala, se ríe uno más abiertamente, con más libertad. De forma contagiosa. El vitriolo es así.

Y está la potencia visual que Álex De la Iglesia imprime a cada secuencia, a cada uno de los fotogramas de esta visualmente impactante “Las Brujas de Zugarramurdi”. Desde la muerte de Bob Esponja hasta el número de magia final.

 Las Brujas de Zurragamurdi Areces Segura

Te podrá gustar más o te podrá gustar menos. Podrás salir hasta el moño de Carolina Bang. Podrás acabar un poco de los nervios, durante el Akelarre. Pero esta película NO te va a dejar indiferente. Comentaba una muchacha, al salir: “me he reído al principio, cuando se suponía que no había que reírse. Luego, me he quedado en shock”. ¿Se puede expresar con mayor contundencia?

Vale. Carolina Bang, cansa. Pero todo el mundo coincide en señalar que Mario Casas y Hugo Silva lo bordan, haciendo las mejores interpretaciones de sus carreras. Y Carmen Maura, claro, que ya está en otra dimensión, a la altura de Magneto o Gandalf.

 Las Brujas de Zurragamurdi Maura

Yo me quedo, también con las más “discretas” María Barranco y Terele Pávez. Y con su bar, majestuoso: el Maritxu.

Y, por supuesto, adoro a las dos señoronas. A esas damas de la muerte que responden al nombre de Miren y Conchi, interpretadas por dos auténticas promesas del humor: S. Segura y C. Areces.

¿Qué no es perfecta? ¡Claro que no! Pero te aseguro que no te arrepentirás del dinero invertido en la taquilla. Porque esta es una de esas películas que no se olvidan y que la majestuosidad de muchas de sus partes, diálogos, situaciones y personajes están por encima de un conjunto feliz y estrepitosamente sobredimensionado, que no fallido.

Y, si vas en compañía y, después, te tomas unas cañas; disfrutarás de la conversación que inevitablemente estallará en tus manos, ácida y sarcástica.

 Las Brujas de Zurragamurdi Bang

Pero ve. Ve y me cuentas. A la sala. Que no es lo mismo ver una película que ir al cine. Y en este caso, la frase cobra mucho más sentido.

Jesús Lens, Brujuleando.

En Twitter: @Jesus_Lens

Escaqueado

No sé si te acordarás de este Microrrelato, pero al ver esta imagen no he podido evitar acordarme.

Escaqueing

Y es que cada vez más me seduce la idea de mezclar imágenes con palabras, textos con fotos, ilustraciones con esos destellos de la ficción súbita que tanto me motivan.

De ahí imágenes como ésta y como ésta otra, con Katha. Y los trabajillos con Colin. Como éste. No sé si os gustará la idea, pero a mí me fascina y por ahí vamos a seguir tirando, siempre que la creatividad, el ingenio y las musas nos acompañen.

Lens negro5

¿Vale?

Pues eso.

En Twitter, ¡seguimos! como @Jesus_Lens

Y ahí se fraguan muchas de esas ideas que luego se convierten en algo más. ¡Venga a seguirnos todos!

Cabo Sacratif

No sé si seguís las cosillas que voy publicando en el Twitter (que se puede ver en la Margen Derecha de esta pantalla o a través de mi cuenta @Jesus_Lens ) y del Facebook ( www.facebook.com/jesus.lens ) , pero estos meses  he subido un tipo de foto recurrente: un libro en la playa y, de fondo, un cabo sobre el que reina un faro.

Herejes

Ese cabo, el Cabo Sacratif, es una de las vistas esenciales de mi vida. Uno de los paisajes de mi infancia, juventud, madurez y… ¡lo que te rondaré!

Escucho esta composición de José Antonio Guerra y siento que ahí está, el Cabo Sacratif. Que ahí está su magia y su poesía. Una maravillosa banda sonora para uno de esos lugares que ocupan un lugar especial en nuestro corazón, en nuestro imaginario.

 

¡Gracias, José Antonio, por ponerle música a un paisaje único y Mucha Chucha!

Jesús Lens

Proyectos

Barajo ahora mismo varios proyectos, ideas y propuestas. De cine, de música, literarias, pictóricos, gastronómicos, culturales… pero en cuanto empiezo a pensar en ponerme manos a la obra, me atenaza y me paraliza la misma duda: ¿para qué?

¿Tiene sentido?

La experiencia del pasado martes, más de 170 personas viendo «Las uvas de la ira» y, después, participando del coloquio que mantuvimos Luis González, Fernando Marías y yo así parece acreditarlo. Que sí. Que hay ganas. E interés. Que se pueden hacer cosas. Que se deben hacer. Que somos como los tiburones. Que, o seguimos nadando, o nos ahogamos.

Las uvas de la ira

Y por eso, esta tarde dudaba entre pasármela escribiendo o meterme un maratón de cine coreano de gángsters. Y que salga el sol por Antequera.

Al final, me dormí un par de horas y estuve leyendo. «Herejes», de Leonardo Padura. Un libro que te provoca ganas de conocer la pintura de Rembrandt. Y vuelta a empezar.

En fin. Que por ideas no será.

Después, ya veremos. Porque ya sabemos que, como sostiene mi querido Colin, «Tener ideas es el paraíso. Ejecutarlas es un infierno».

El Padrino

Y ahora… ¡SEGUIMOS!

Jesús Lens Desbordado.

En Twitter: @Jesus_Lens

 

Soñé con elefantes

Hablemos de libros, ahora que llega el fin de semana. Porque hay que leer. Leer siempre. En nuestra página hermana, el Calibre 38, tenemos la reseña de «Soñé con elefantes», de Ivica Djikic, publicada por Sajalín Editores.

 Soñé con elefantes

Dice así:

Uno de los viajes más complicados que he hecho en mi vida fue a los Balcanes, hará ahora cuatro o cinco años. Un viaje caótico, improvisado, a lomos de trenes que cogíamos por la noche y en los que tratábamos de dormir entre control de pasaportes y control fronterizo. Partiendo de Viena, pasamos por Eslovenia, Croacia, Bosnia y Serbia para terminar en Budapest, antes de volver a casa.

 

El caos.

 

Y eso es precisamente lo que ofrece Soñé con elefantes. Caos. Una narración que avanza y retrocede, que gira sobre sí misma y que apunta en varias direcciones a la vez; que cuenta con varios protagonistas y múltiples puntos de vista.

¿Quieres saber más? Pues date una vuelta por esta maravillosa web y aprovecha para bichear, que hay multitud de temas candentes y apasionantes.

 Calibre 38

Jesús Lens, el Balcánico

En Twitter: @Jesus_Lens