¿Cómo lo ves?
¿Para comérselo o medio devorado?
¿Podrido?
¿Es ésta la Gran Manzana?
¿A medio pelar?
¿Picoteado?
¿Picado?
¿Sano?
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En Twitter: @Jesus_Lens
A esa conclusión es a la que he llegado, tras leerme tres años de columnas de Justo Vasco.
Que lo veía claro.
Me explico:
Justo Vasco es un extraordinario escritor cubano que se vino a España allá por los noventa. Y se afincó en Gijón.
Durante tres años, escribió colaboraciones semanales en la prensa asturiana. En “La Voz de Asturias”, concretamente, bajo la denominación de “Fabulaciones”.
Justo escribía sobre todo. Lo que le daba la gana. Sobre lo divino, pero mucho más a menudo, sobre lo humano. ¡Y nada de lo humano le era ajeno!
Lo mejor de todo es que buena parte de las columnas de Justo, leídas diez años de haber sido escritas y publicadas, no solo siguen teniendo vigentes y se leen con la misma frescura que si hubieran sido escritas hoy; si no que demuestran que Justo era un visionario y que predijo buena parte de la cochambre que ahora estamos sufriendo.
Justo alertó contra los excesos del sistema financiero, sobre los despropósitos en materia de educación, contra el delirio nacionalista y contra las ínfulas imperialistas. Justo, además, no se casaba con nadie. Y, por eso, no le tiembla el pulso a la hora de denunciar las barbaridades y las burricies de los unos y los otros. De los de aquí y de los de allí. De los diestros y de los siniestros.
Desde hace un mes, en la web dedicada a Justo Vasco se están poniendo on line sus columnas semanales, justo el día en que fueron publicadas, allá por 2002, 2003 y 2004.
Échales un vistazo.
No solo vas a redescubrir a un preclaro analista de la realidad sino que, además, disfrutarás de una exuberante prosa ácida, sarcástica y afilada. Más afilada que la hoja de un cuchillo jamonero.
Ya sabes.
AQUÍ: Todo Justo Vasco.
Fdo.- Jesús Lens
En Twitter: @Jesus_Lens