Tardó en llegar. Como si se hiciera el interesante. Todos lo esperábamos. Incluso con ahínco. Pero no terminaba de aparecer.
Será por eso que ahora no hay quien lo largue. Y aquí está, incombustible, dándonos la brasa.
Hay momentos en que parece que, por fin, va a pirarse, a irse, a marcharse. Amaga con levantarse y salir. Pero no. Se queda. Imperturbable. Impertérrito. Da igual lo que le digan. Ahí está. Presente. Impasible el ademán.
Yo creo que lo hace por provocar.
Impávido, pavoneándose y regodéandose, no hay manera de que se vaya de una maldita vez.
El verano. El largo y cálido verano de 2013.
Jesús Lens, cociéndose.
En Twitter: @Jesus_Lens