Media Maratón de la Mala Follá Granaína

Este año ha llegado antes que nunca. ¿Cómo? ¿Ya? ¿Ya toca? ¡Pero si sigue haciendo un calor increíble y aún no han cambiado la hora!

Media Maratón Mala Follá Granaína

Sí. Vale. Pero, efectivamente, ya toca. Antes, incluso, que le Media Maratón de Motril.

El próximo domingo, 3.500 sufridos corredores nos dejaremos la piel sobre los 21 kilómetros y 90 metros del trazado de una prueba que me sigue apasionando, por mucho que lleve naufragando en la misma, una y otra vez, en los últimos años. Pero me da igual. Sigo amando las Medias Maratones, cuya distancia, dura y exigente, te obliga a darlo todo en carrera, si quieres terminar y cruzar la meta. Máxime cuando, como es mi caso, apenas estás entrenando con seriedad para conseguirlo, como acreditaba mi naufragio de hace tres semanas, en Guadix, en esta durísima Media Maratón del Melocotón que conté aquí.

El tiempo, el ritmo, las medias kilométricas… todo eso da igual. Se trata de terminar. Se trata de re-correr tu ciudad, entera, de cabo a rabo.

Media Maratón Granada 2013

Se trata de correr.

¿Que por qué corro? Porque no me gusta que me salga hierba en los pies. ¿Y tú? ¿Tú por qué corres?

Jesús Lens

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Caminando por la superficie del sol

Colin Caminando por la Superficie del Sol

Temer las olas del mar y

enfrentarse a lenguas de fuego.

 

Tener miedo de ahogarse en el océano y

ser devorados por la arena.

 

Pánico al agua y

morir de sed.

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En este caso, no fui capaz de escribir un microrrelato que fuese una colección de tópicos. Así que, poniendo en práctica la Ley de Bertholet según la que “Menos es más”, eso es lo que hay.

Ya sabes que, partiendo de la siguiente imagen, sí construí este relato

 Colin El Hombre Desdibujado

Jesús Lens

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Caníbal

Hoy, en las páginas de Cultura de IDEAL, publico esta reseña sobre «Caníbal», esa película «granadina» que tanto está dando que hablar. Y más que dará…

“Yo no hago personajes.

Yo hago personas”

 

Antonio de la Torre

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Desde hace ya algunos años, Antonio de la Torre se ha convertido en el mejor actor de la cinematografía española, encajando en cualquier papel, por difícil que sea, interpretando a personajes muy diferentes entre sí. Una versatilidad y una variedad de registros que han desembocado en ese memorable sastre antropófago granadino que protagoniza “Caníbal”, de Manuel Martín Cuenca.

 Caníbal de la torre

No es “Caníbal” una película fácil ni va a ser plato de gusto para un público mayoritario. Se trata de un filme lento, pausado, reflexivo y analítico; en el que los silencios dicen mucho más que las palabras. Una película de miradas, en la que lo sugerido está mucho más presente que lo mostrado en pantalla. Una película de vacíos; despojada, austera y fría. Como su protagonista. Una película estática, en la que una cámara predominantemente fija es testigo de lo mucho que ocurre… fuera de plano. Una opción estética muy arriesgada de la que, sin embargo, Martín Cuenca sale airoso.

 canibal poster

La Granada que muestra “Caníbal”, impecablemente fotografiada por Pau Esteve Birba, galardonado en el Festival de San Sebastián con una Concha de Plata; es una Granada opresiva y angustiosa. Silenciosa. Introspectiva. Volcada hacia dentro. Gélida, como la nieve que tiñó de blanco sus calles aquel mágico 28 de febrero: ¡esa Carrera del Darro, suspendida en el tiempo y el espacio, que tan inquietante y misteriosa resulta! Remarcable, el acierto del director al mostrar la vivienda del sastre a un lado del río, y su taller justo al otro, nada más cruzar el puente; lo que permite disfrutar de un juego de espejos en el que la figura del doble está permanentemente sugerida.

En ese sentido, el homenaje a “Vértigo”, de Hitchcock, está muy logrado por Martín Cuenca, gracias a la magistral interpretación de la protagonista femenina de la película, Olimpia Melinte. Pero, y volviendo al principio de estas líneas, “Caníbal” es un Antonio de la Torre que se come, literalmente, la pantalla. ¿Quién no recuerda a Anthony Hopkins, en su papel de Hannibal Lecter? Nuestro antropófago es radicalmente diferente. No hay más que verle en la áspera y minimalista secuencia de la cena, cuando se come el filete a la plancha. Solo. En silencio. Sin un poquito de pan o unas patatas fritas que lo acompañen. Solo, la carne. Y el vino, claro. Del que apenas da un sorbo, para remojarse los labios. Sin aspavientos. Sin gesticulaciones. Sin aditamentos. Como en una ceremonia, íntima y privada. ¿Era necesaria, pues, la secuencia de la comunión en la eucaristía? Quizá. Solo quizá.

 Caníbal cena

Y están los trajes, exquisitos, que viste el protagonista. Anticuados. Elegantes. Perfectos. Como él. Como su casa y su taller: paredes blancas, casi sin decoración. Pero en las antípodas del universo Ikea, por supuesto. Grandes puertas de madera. La célebre colección de libros que publicó RTVE y que resulta más añeja que el coñac. Como los muebles. Y esa inquietante colección de dibujos de anatomía en las paredes: lógico que las tenga un sastre; terrorífico, en el caso de un caníbal.

 Caníbal carne

O la secuencia en que coloca la carne el frigorífico, tras su primera excursión a las altas cumbres de una Sierra Nevada arrebatadora y espectacular; pero también ominosa y amenazadora, inquietante. Peligrosa. O las imágenes de la playa, mientras cae la oscuridad. “Caníbal” es, en fin, una cinta con secuencias muy poderosas. De hecho, muchas de sus imágenes se quedarán grabadas en la retina del espectador. Por siempre jamás. ¿Es necesario un mejor aval para ir al cine, a disfrutar en pantalla grande de una película que debería marcar un antes y un después en Granada, como escenario para futuros rodajes?

 Canibal granada

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El hombre desdibujado

– Necesito que lo encuentres antes de la medianoche del viernes. Si no, será tarde.

– ¡Coño, Cris! ¿Y no tienes nada más que ese boceto que me pasaste por mail? ¿Un nombre? ¿Un teléfono? ¿Algo?

– Lo siento. Nada más.

Colin El Hombre Desdibujado

Difícil. Muy difícil, el encargo que le hizo su amigo Crisóstomo, ese lunes. ¡Con la semana que tenía! Y lo peor era que, terminando la tarde del viernes, no había avanzado ni un ápice. Nada. Ni una pista. No era cuestión de deudas o de pasta. Ni de cuernos. Ni era cosa de problemas en el Registro. Así, y por más que miraba el boceto… ¡Cojones con el encarguito! ¿Quién podría ser ese tipo, de aspecto atildado, con la corbatita y… el sombrero?

 

– ¿Cris? Ya lo tengo.

– Justo a tiempo.

– Sí. ¿Nos vemos a las diez para cenar?

– Si no estás tan liado como siempre, si tienes un rato y si no te importa…

 

Crisóstomo fue al baño, miró el frasco con las pastillas sobre el lavabo y lo volvió a guardar en el armario. Se afeitó pulcramente y, antes de salir de casa, comprobó que llevaba el móvil, la cartera y las llaves. Le dio un beso a la foto de su esposa. Aquel viernes se cumplían, exactamente, tres años del fatal accidente.

 

Frente al espejo del ascensor, se ajustó el nudo de la corbata, se abrochó la gabardina y se caló el sombrero. Hacía frío aquella noche. Y llovía. Pero se sentía mejor.

 

Este trabajo es una nueva colaboración de Colin Bertholet, que hizo el dibujo original, y de Jesús Lens, que lo interpretó libremente y a posteriori.

 

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Humor grafico lectura caminante letras

El móvil del crimen

Hace unos días, cuando me pasó esto, quise matar. Metafóricamente hablando. Que luego hay quien piensa que soy un tipo violento. Y quise matar por un móvil. Literalmente, en este caso. Lo del móvil. No lo de matar. Que era metafórico. Además, quise matar con el móvil, si recordáis el final de esa «Conversacioncita».

Ahí fue donde surgió la chispa para plantearle a Katha un nuevo reto. En este caso, negro y criminal. Y, a través de Chacón, llegó eso tan importante que es el concepto. ¿Qué crimen icónico tenemos grabado, todos, en nuestro subconsciente?

Pues yo creo que ninguno tan impresionante como éste:

El móvil del crimen

¿Mola o no mola?

Aprovechemos para recordar otras dos genialidades de Katha.

Cine película

Patatas Bravas

¡Y es que así da gusto! Por algo decía yo que quiero seguir trabajando en esta línea de mezclar dibujos, fotos e ilustraciones con textos…

Jesús Lens EnKanthado

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