De entre las cosas que más me gustan en esta vida está el husmear tranquilamente entre los anaqueles de una librería, coger libros, hojearlos, soltarlos, volver a uno en concreto, echarle otro vistazo, sentir que tienes ganas -necesidad casi- de llevártelo y… ¡que un buen librero coincida con tu criterio!
Así que me ocurrió hace unos meses, en la Librería 1616 de Salobreña, con mi querido Antonio y “El anarquista que se llamaba como yo”, de Pablo Martín Sánchez, una lectura que me acompañó durante mi viaje por los países nórdicos y que ahora recuperamos para nuestra página hermana, Calibre 38.
Una reseña que, por ejemplo, incluye este párrafo: “Un vasto, prolijo y apasionante fresco sobre una parte de la historia de España que, aplastada por el peso de la salvaje Guerra Civil y la grisura de la posguerra; resulta ser vibrante y luminosa, gozosa. Y no porque la vida fuera fácil y los años veinte españoles fueran precisamente felices días de vino y rosas, sino porque existía una conciencia de clase, un anhelo de justicia social y una capacidad de compromiso que, hoy, parece ciencia ficción. Y, sobre todo, porque existía la esperanza del cambio. La mera posibilidad de conseguirlo”.
Y que tienes, completa, a través de este enlace.
¿Qué te parece? ¿Te animas a leerla? ¿Y a leerlo?
Jesús Lens
En Twitter: @Jesus_Lens