Podríamos traducir la palabra Insanity como Locura o, más técnicamente, como Demencia.
Y ya saben ustedes que mi apellido, Lens, aunque tenga origen francés y mucho predicamento en la zona del Paso Norte de Calais y alrededores, hunde sus raíces en el latín. Y en el inglés.
Así, todas las cámaras de fotos, cine y vídeo del mundo llevan impreso “mi” nombre, Lens.
Lente.
Una de las cosas que más me gustan del inglés es su capacidad de mezclar dos palabras para generar un término nuevo, sonoro e inédito, con su propio significado, que no solo mezcla, sino que potencia el resultado de la fusión de los dos originales.
Y de ahí Lensanity.
Una demencia óptica.
Un nombre que me vino a la cabeza recordando esta secuencia de “El perro andaluz”, gracias al libro sobre Buñuel que, escrito por Ian Gibson, me regaló mi hermano esta Navidad.
Y, antes, por esta otra impactante imagen de “La naranja mecánica”, de Stanley Kubrick.
Y es que Lens, en inglés, también hace referencia al cristalino que tenemos en el ojo y que nos permite ver.
Ver.
No voy a descubrir la pólvora si ahora me declaro y me defino como un “visor” compulsivo de películas. Y de series de televisión. Y de partidos de baloncesto. Y de paisajes. Y de sueños.
Un mirón, en el sentido no obsceno de la palabra, de imágenes en movimiento.
Un enfermo, claro que sí, de las lentes.
Un loco, un chiflado del cine. Un adicto. Un enganchado.
Y es que, de forma figurada y en inglés, Lens también hace referencia a una cierta forma de ver y de mirar. Y yo me la aplico a mí mismo. De hecho, a veces me gustaría publicar un libro que se titulara “El cine, como yo lo veo”.
Y por eso, para comenzar este 2014, un nuevo término.
Lensanity.
Y un nuevo diseño de la maravillosa, incansable y genial diseñadora gráfica, Katha, cuyo extraordinario trabajajo deberías seguir en su página de Facebook.
En rojo sangre.
¡Me gusta esta Lensanity! Por estética. Y por negro y criminal. Y por convencimiento, qué demonios. Ese Rojo y ese Negro…
Hoy, toca Lensanity.
¿Y tú, qué vas a ver?
Jesús Lens