Ayer fue un día complicado. Al escribir mi artículo sobre la manifestación del domingo, sabía que generaría controversia, pero no esperaba tanta visceralidad y, en algunos casos, tanta mala baba. No es plato de gusto tener que bloquear en Facebook a un indocumentado que insulta gratuitamente, por ejemplo. La mañana fue bien, con críticas argumentadas y sensatas, pero por la tarde la cosa se fue un poco de madre, con varios hilos confusos que se mezclaron y se liaron, dando lugar a algún malentendido que, espero, quedara resuelto.
Y por eso, hoy quiero cambiar de tema en IDEAL y reivindicar algo tan sensato y lleno de lógica como es la presidencia de España para Obama. Pero no para Barak, ahora que lo va a dejar en Estados Unidos, sino para Michelle, que también cesa como Primera Dama.
Pedirle a Barak que ocupe la Moncloa sería tanto como pedirle a Guardiola o a Mou que, tras dirigir al Barça, al Bayern o al Real Madrid, se hicieran cargo de un equipo de Segunda B. Que mucho hablar de desafíos, pero que no se apean de los banquillos punteros de la Champions.
No. Dejemos a Barak tranquilo, para que pueda sacarle lustre a aquel Nobel de la Paz que no ha podido lucir en ocho años de mandato y dejemos al mando de nuestro país a una Michelle que, según todos los entendidos, no tardará en seguir los pasos de Hillary.
Igual que los entrenadores de fútbol, por mucho nombre que tengan, suelen empezar por foguearse en banquillos discretos, brindemos a Michelle la oportunidad de dirigir España antes de asaltar el Capitolio. Si queda Capitolio, tras un posible paso de Trump por la Casa Blanca.
El caso es que Michelle ya conoce España y algunas de sus más rancias tradiciones. De hecho, ha estado en verano en Andalucía, tocando palmas en el Sacromonte, en pleno mes de agosto. Ha visitado la Alhambra y, eso sí, quedó desmentido que hubiera comido rabo de toro en su última visita a nuestro país.
Michelle Obama ha compartido con nosotros su preocupación por impulsar una enseñanza universal y continuada para las niñas de todo el mundo y sus campañas contra la comida basura son bien conocidas.
En serio. Antes que ir a unas terceras elecciones, aboguemos por un “Obama for President”. Tal y como están las cosas… Yes, she can!
Jesús Lens