Al salir al patio, dos de las alumnas del IES Veleta tenían lágrimas en los ojos. Se estaban acordando mucho de él. Le echan de menos. A Máximo. Su compañero. Su amigo.
Para el arranque de Gravite nos fuimos al Cementerio de Granada, uno de los más bonitos del mundo. Como el festival patrocinado por Bankia juega con los viajes en el tiempo, quisimos empezar su segunda edición en el lugar donde todo termina. Principio y fin. Alfa y Omega.
Para el homenaje a Emilio Herrera, hombre del Renacimiento, pionero de la aviación, científico y estudioso, persona de acción y compromiso político; el alumnado del instituto había preparado un recital encadenado de poemas cósmicos escritos por mujeres, seguido de la lectura del arranque de la trilogía de Bruna Husky, de Rosa Montero, cuando despertaba sabiendo que iba a morir. Pero no ese día.
La charla de Sara Cazzoli, científica del Instituto de Astrofísica, cautivó a una chavalada que no quitaba la vista de las proyecciones con imágenes de galaxias tan singulares como la llamada ‘Sombrero’, saltándose la norma de denominarlas con asépticas sucesiones de números y letras. O lo de Betelgeuse, una estrella brillante de tipo supergigante, fácilmente identificable en el cielo a simple vista y que puede estar a punto de estallar y desaparecer, una vez agotado su ciclo vital.
Impresionó también ver la foto del agujero negro supermasivo que el año pasado fue portada de todos los periódicos del mundo y que ha sido adquirida por el Museo de Arte Moderno de Nueva York para formar parte de su colección, sin que todavía esté decidido dónde colgará y en compañía de qué artistas. El arte y la ciencia, cada vez más de la mano.
Como les contaba al comienzo de este artículo, el alumnado del Veleta estaba especialmente emocionado y sensible: hace unos meses, Máximo Morente, uno de sus compañeros, fallecía en un trágico accidente mientras practicaba barranquismo con su padre.
El homenaje a Emilio Herrera también lo fue a Máximo Morente. Sus compañeros fueron a presentarle sus respetos, a contarle cómo les van las cosas. Y a decirle que la lectura de ‘Lágrimas en la lluvia’, de Rosa Montero, está especialmente dedicada a su memoria.
Jesús Lens