A la chavalería de Puri le está gustando. Mucho. Le está encantando. “Maestra, es posiblemente la mejor novela que hemos leído aquí”, le dicen algunas voces en el patio o en la biblioteca. Puri es Puri Manzano, profesora de inglés en el IES Veleta de Granada. Pero más allá de su labor puramente docente, su empeño personal es conseguir que ‘sus niños’ lean. Y que disfruten de la lectura. Justo lo que está ocurriendo con ‘La noche de arena’, la magnífica ópera prima de Trifón Abad publicada por Grijalbo.
Pero lo mejor es que a la propia Puri también le está gustando, hasta el punto de que se tiene que retener para no terminarla antes que sus niños, que es una ‘espoileadora’ de cuidado y hay que temerla. Casi tanto como quererla.
Puri es de esas voraces lectoras que están en tres o cuatro clubes a la vez y que, cuando se encuentra con otras ávidas mujeres de su misma especie fuera de una librería, las saluda con una frase que ya es leyenda: “¿qué haces aquí que no estás leyendo?”.
Me encanta que a Puri y a sus niños les esté gustando ‘La noche de arena’. A mí me fascinó de tal manera que, cuando no iba más que por la mitad, la wuasapeé de madrugada, desde Uzbekistán: “¡Puri, tenemos novela para este año!”. Y es que, de cara a Granada Noir, que celebrará su décima edición entre el 8 y el 17 de noviembre, siempre tratamos de contar con libros que gusten a esa adolescencia que tanto y tan bien lee, por mucho tópico que haya al respecto. Éste es uno de ellos.
En primer lugar, porque la acción de ‘La noche de arena’ transcurre en un pueblo de Murcia tan normal como cualquier otra localidad de nuestro entorno. Ni mejor ni peor. Hay realismo en la novela desde el principio de una narración “de las que van para adelante y para atrás”, como la describía uno de los chavales de Puri.
Efectivamente, Trifón Abad cuenta dos historias en paralelo. Una, la de Berta, una joven que salió de fiesta con unos amigos siete años atrás y nunca regresó a casa. La otra, la de su padre, que malvive en la huerta murciana con la única compañía de Wolfe, su perro. Malvive en todos los sentidos de la expresión. Porque era detective privado en su vida anterior y no fue capaz de resolver el caso más importante de su existencia: el de la desaparición de su propia hija. Languidece acosado por los fantasmas del pasado, los recuerdos y la hiel que deja el fracaso.
La contraportada de la novela nos hace unas preguntas: ¿qué le pasó a Berta? ¿Qué secretos escondía aquella joven rebelde e inconformista? Y, sobre todo, ¿qué sucedió en aquel desierto la noche de la rave? Y es que Berta salió de fiesta. Pero de fiesta grande.
Trifón Abad, que es licenciado en Periodismo y en Teoría de la literatura y Literatura comparada, ejerce como profesor de Lengua y Literatura. De esa manera, su ópera prima combina una prosa exquisita, sólidos personajes, trama adictiva y una estructura narrativa impecable con el conocimiento de primera mano de las situaciones que cuenta.
Normal que la chavalada de Puri se identifique con los personajes de ‘La noche de arena’. Con sus miedos, dudas y zozobras. Con su rebeldía y hastío vital. Con sus ilusiones, planes y objetivos. Con sus problemas. Con las relaciones con padres, amigos, vecinos y compañeros de instituto. Y con quienes no lo son. Una estupenda novela negra que rezuma realismo y verdad a ultranza.
Jesús Lens